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la autora de 'l'expedició del doctor balmis' recupera la lucha contra la viruela

María Solar: "El movimiento antivacunas se vence con información"

19/04/2018 - 

ALICANTE. "Quería reivindicar una gesta heroica que se hizo en España y ha tenido una repercusión mundial impresionante pero que la gente desconoce porque no está vivo en la memoria de las personas", así resume María Solar la intención con la que se lanzó a escribir su último libro. L'expedició del doctor Balmis cuenta el proceso que liderado por el alicantino Francisco Javier Balmis implantó entre 1803 y 1813 en buena parte de América el sistema de vacunación y ayudó de gran manera a luchar contra la viruela.  

Su novela, editada por Bromera, está ahora finalista entre varios premios a lo mejor del año, razón por la que está aún promocionando este trabajo lanzado el año pasado. Solar está muy contenta con los resultados obtenidos. Además del respaldo crítico cuenta con el del público, con varias ediciones en los tres idiomas que lo ha publicado. "Fue el libro más vendido el año pasado en Galicia, va por la sexta edición. En castellano va por la tercera y en catalán por la segunda". Un reconocimiento a una labor que empezó hace una década.

"Me pasé diez años buscando la información porque había cosas que no coincidían o datos totalmente contrapuestos", apunta. Pese a ser una gesta científica internacional, durante mucho tiempo los datos de lo que pasó fueron poco estudiados. "Fui recopilando cosas y cuando me puse a escribir la novela sí que tenía claro cómo eran los protagonistas: el carácter de Balmis, Isabel Zendal, Salvany o saber cómo vivían aquellos niños".

La dureza en una novela infantil

"El miedo que tenía era el de vomitar datos", asegura. En un proceso tan largo de investigación, tenía mucho que contar de personajes y espacios, "llegas a tener tantos datos que no puedes hacer un libro de texto". Su solución fue incluirlos en los personajes: "Si sabes que se abandonaban a los niños para volver a recogerlos luego -aunque eso nunca se hacía porque no había métodos anticonceptivos y se tenían otros hijos en la pobreza- y se los identificaba con una cinta en el brazo, pues a uno de los protagonistas le ha pasado eso y su madre está intentado saber qué ha pasado con él". De esa forma, la libertad de la ficción le permite recrear la historia.

Con este ejemplo ya plantea la dureza de la época que retrata. Un ejemplo es la viruela: esta enfermedad mató a millones de personas hasta su erradicación en 1980 y era temida también por las consecuencias en quienes la sobrevivían, como ceguera, marcas en la piel o pérdida de dientes. "Hay una serie de enfermedades que ya no vemos a las que le hemos perdido el miedo pero son terroríficas. La viruela es la enfermedad infecciosa que más personas ha matado en la historia de la humanidad, más que la gripe o la peste". 

Otra enfermedad común, el sarampión también causó mucho daño. "En 1980 mató a 2,6 millones de personas y en 2015 a 234.000. La diferencia entre esas dos cifras se llama vacuna". Igual que gracias a ella se consiguió que desapareciera la viruela. Por eso le sorprendía el auge del movimiento antivacuna mientras ella trazaba la historia de la primera gran expedición que implantó el sistema de vacunación. "Lo primero que hice fue entender qué eran las enfermedades: Yo no sabía que el sarampión mataba y el año pasado mató en Portugal a una niña de 17 años. Y el presidente de los pediatras pedía que fuera vía penal contra los padres. Es algo a tener en cuenta porque estás tomando decisiones por tus hijos, que son menores", razona. 

El tono de voz cambia cuando trata este tema, "es una estupidez personal que pone en peligro a toda la comunidad. Si no ves esas enfermedades aquí es porque estamos vacunados". Por eso, está convencida de que "el movimiento antivacunas se vence con información". "Y la información puede salir de un libro de ficción o de un libro de texto", añade, "lo importante es tener criterio y memoria de lo que ha pasado".

Recuperando a Isabel Zendal

Solar tenía claro que quería recuperar la historia de Isabel Zendal, la directora de un orfanato de A Coruña, que se responsabilizó de los veintidós niños a los que inocularon la vacuna para que esta pudiese llegar a América. "Los datos sobre ella son muy recientes porque se tuvo mucha duda incluso por el nombre", indica. De hecho, el propio Balmis "manejó cinco o seis nombres de ella". "Mi opinión personal es que está relacionado con que fuera una mujer, y la época. Seguramente, para Balmis no tenía la misma consideración que los demás miembros de la expedición", explica. Eso sí, puntualiza, "con todo el respeto que él habló muy bien de ella diciendo que se dejó hasta la salud cuidando a los niños. Pero no quita que fuera una mujer de la época".

A principios del siglo XIX, como contextualiza la autora, que una mujer subiera a un barco estaba mal visto porque se consideraba que daba mala suerte. De forma que la tripulación estaba en contra de que se incorporara aquella mujer que luego sería reconocida como la primera enfermera en misión internacional. Además, Zendal cargaba con otro prejuicio de la época, era madre soltera: "Balmis para convencerla de que fuera a la expedición lo que hizo fue que a su hijo figurara como adoptivo, y eso hizo que durante mucho tiempo se pensara que fuera real". 

Ese desconocimiento y la confusión con sus apellidos se ha perpetuado durante dos siglos. "Llegó a tener hasta 33 nombres", indica Solar. En A Coruña, donde hay una calle dedicada a su figura, aparece con otro apellido; el premio nacional de enfermería de México, que está en su honor, tiene mal el nombre; y la OMS, tampoco maneja bien su nombre. De ahí que Solar tenga claro que una cosa que hay que corregir es su nombre, "eso es pura burocracia".

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