ORIHUELA. Primer paso para materializar el proyecto "Refluye mi río", una ambiciosa propuesta del Ayuntamiento de Orihuela para recuperar el cauce natural del Segura tanto aguas arriba del casco urbano y sus sotos característicos como aguas abajo. Un proyecto que cuenta con una subvención de 3,5 millones de euros por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), con el fin de evitar inundaciones ante una gran avenida de agua en la localidad, como la que causó las graves inundaciones tras la DANA de 2019. El proyecto viene de lejos, ya que fue desarrollado por el exedil popular Dámaso Aparicio en la pasada legislatura, ante de la moción de censura de abril de 2022 que llevó a la Alcaldía a la socialista Carolina Gracia. Fue ella quien, junto a representantes del Ministerio, presentó esta millonaria subvención que persigue un fin tanto ambiental, con esa recuperación del cauce natural del río y su limpieza, como de contención de inundaciones. Ahora, un año y medio después de darse a conocer esa subvención, el nuevo gobierno del PP, con Aparicio como asesor y Noelia Grao al frente de la Concejalía de Medio Ambiente, da ese primer paso para hacerlo realidad con la salida a licitación de la redacción del proyecto por 234.065,1 euros. Todas las acciones que se describan en él, tendrán que ejecutarse antes del 31 de diciembre de 2025, por lo que el Consistorio tendrá que trabajar contrarreloj para llegar a tiempo de ejecutar el proyecto.
De esta forma, se establecerá la hoja de ruta para ejecutar este proyecto, que se divide en dos grandes bloques: las actuaciones para recuperar el cauce aguas arriba del casco urbano, y las acciones a llevar a cabo aguas abajo. En cuanto a la parte alta del cauce, a su vez, se establecen tres actuaciones principales. La primera, pasa por la recuperación de la ribera del río Segura en el tramo que limita con el término municipal de Beniel, donde se ubica la EDAR Rincón de Bonanza. La vegetación actual en el tramo considerado del río Segura se caracteriza por una intensa colonización de especies exóticas de carácter invasor. La ribera del río presenta una importante colonización de caña común que ocasiona una indudable pérdida de biodiversidad, obstruye los cauces, e incrementa la gravedad de los episodios torrenciales al obstaculizar la evacuación natural de la punta de avenida. Este tramo será desde la EDAR de Rincón de Bonanza hasta el límite con el término municipal de Beniel, es decir, un tramo de 5,2 km de longitud. Este corredor verde uniría las actuaciones de recuperación de los meandros devolviendo el trazado antiguo del río, creando bosques de ribera, y disponiendo de estos espacios para laminar el caudal en momentos de crecida.
La segunda parte de las actuaciones aguas arriba contempla la recuperación de los sotos I-1 y D-1, que se encuentran en las proximidades del entronque con el canal del Merancho, por lo que, en momentos de crecidas, el caudal en este punto se ve considerablemente incrementado. Además, cercano a este punto se encuentra un núcleo de población, “el Arenal”, que se ve sensiblemente afectado en los momentos de avenidas. Así, se crearía una válvula de escape y auténtico aliviadero en esta zona, que serviría a su vez como protección a todo el municipio de Orihuela. El soto I-1 tiene una extensión 4,10 hectáreas. En este punto se eliminará la mota actual devolviendo al río el trazado del antiguo meandro, en el espacio interior se pretende restaurar el bosque de ribera, y consiguiendo dar un alto valor paisajístico que pudiese ser usado por la población como una gran área verde de esparcimiento. A su vez, todo el espacio interior podría disponerse para laminar el agua en momentos de crecidas reportándole una funcionalidad mixta muy valiosa, señala el pliego. En el soto D-1, situado casi enfrente del anterior pero en el otro margen del río, abarca una superficie de 3,38 hectáreas. Sin embargo, el trazado no es tan sinuoso como el I-1, y por lo que en este caso se plantea el retranqueo de motas, lo que permitirá dar más capacidad al cauce reproduciendo su trazado natural.
La tercera parte pasa por la recuperación ambiental del soto del Molino de la Ciudad. Este molino, que el Ayuntamiento ya anunció que estaba estudiendo cómo recuperar para que pasara a ser parte del patrimonio municipal a cambio de una permite, es un elemento patrimonial emblemático de gran valor histórico para Orihuela y su río. En este soto hay un by‐pass hacia el antiguo molino de la ciudad que termina en una laguna. Actualmente la laguna presenta bajos niveles de agua y ha sido invadido por un crecimiento espontáneo del carrizo ocupando casi toda la laguna con presencia también de caña común. Se pretende restaurar esta zona fluvial de la laguna erradicando las especies exóticas invasoras, recuperar el hábitat fluvial de la laguna mediante restauración de los elementos hidráulicos existentes, y de esta forma modificar la funcionalidad del mismo para que sirva para laminar en caso de inundación.
Con esta actuación se favorecería la reconexión del molino con el río como elemento patrimonial a proteger, lo que permitiría el mantenimiento de la lámina de agua creando un hábitat acuáticoreferencial. Esto supondría un incremento sustancial de la biodiversidad en este emplazamiento. El nivel de la laguna podría incrementarse en momentos de crecida del río, siendo un espacio aprovechable para reconvertirlo coyunturalmente en caso de inundación. Además, entre la laguna se encuentra el soto donde se tiene previsto efectuar una reforestación con las especies arbóreas dominantes.Esta actuación daría lugar a la recuperación de los bosques de ribera, y se convertiría en otra zona verde para uso de la población, que junto la intervención de los otros sotos y la actuación en la ribera del río, generaría un eje verde ambientalmente diverso que dotaría al entorno de la ciudad de mayor valor paisajístico y medioambiental.
En lo que respecta a las actuaciones de renaturalización aguas abajo, se dividen en dos partes. La primera pasa por la recuperación de los sotos Miguel Hernández y Nº13. Estos dos sotos se encuentran ubicados casi enfrente, en un tramo clave del río Segura, y donde recurrentemente se producen roturas de motas y consiguientes desbordamientos. El soto de Miguel Hernández se encuentra actualmente sin uso y dispone de un gran espacio sin repoblar. En un rincón existe una caseta de sondeo que podría quedar fuera de la actuación, y el resto del espacio del soto podría ser usado para laminar la avenida del río en esos episodios de inundaciones. Por otra parte, la zona donde se sitúan ambos sotos es un tramo de río con muy poca pendiente, lo que supone un perjuicio en los momentos de crecida. En pasados episodios de inundaciones en este tramo del río, al recibir el caudal del azarbe de las Fuentes, se han producido desbordamientos en el azarbe, alcanzando la CV-91 y consiguientemente se ha colapsado esta vía que comunica equipamientos tan relevantes como el Hospital Comarcal (tal como ya ocurrió en la DANA del 2019).
La segunda parte pasa por la recuperación del Soto de Molíns. Se trata de otro punto singular del cauce por cuanto aquí se produce el entronque del Canal del Reguerón con el propio río Segura. En este lugar, en esos episodios de crecidas, el río aumenta su caudal ya que recibe también el aporte de las aguas del Reguerón, lo que da lugar al desbordamiento del río en este punto siendo Molíns el núcleo más afectado. Actualmente existe una clapeta que conecta el Reguerón con este Soto. La actuación prevista pretende servirse de esta conexión y usar el soto para laminar el agua proveniente del Reguerón para restar caudal en momentos críticos. La actuación consistiría en el vaciado parcial del soto, respetando las masas arbóreas, y con ello dar capacidad de drenaje al canal del Reguerón entendiéndose que serviría como válvula de escape y aliviadero. En este sentido es digno de reseñar que las masas arbóreas se respetarían a modo de islas no inundables, y el resto se reforestaría con especies propias de hábitats de ribera.
Las empresas tienen ahora hasta el 30 de octubre para presentar sus ofertas. Una vez adjudicado el contrato, el plazo para la redacción del proyecto es de cinco meses, si bien estos tiempos podrían acortarse ya que uno de los criterios de adjudicación es precisamente la reducción del plazo de ejecución.