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Vuelta a España 2019. Vuelta a la Costa Blanca

28/08/2018 - 

ALICANTE. El pasado sábado arrancaba la Vuelta Ciclista a España 2018, una edición que partía desde Málaga, donde un día antes se hizo oficial algo que ya era oficioso: la Vuelta de 2019 saldrá desde la provincia de Alicante, concretamente desde las Salinas de Torrevieja y, aunque está aún por determinar por los técnicos deportivos de la organización su recorrido, se desvelaba que además de la prólogo otras dos etapas discurrirán por suelo alicantino.

Sin ninguna duda estamos ante una oportunidad inmejorable para la Costa Blanca, que gracias a la televisión se colará en las casas de millones de personas, potenciales visitantes. El ciclismo está muy globalizado y lo que antaño era un deporte arraigado solo en Europa y Estados Unidos, ahora también lo es en Australia, África, Sudamérica y se ha abierto al patrocinio de países como Bahréin o Israel.

El próximo mes de agosto la serpiente multicolor se impregnará del blanco de nuestra costa (y viceversa) y mucho antes de que arranque la competición: los equipos se instalarán con bastante antelación y saldrán a entrenar en los días previos por una carreteras de la provincia que les son bien conocidas, puesto que son muchos 'teams World Tour' los que eligen esta tierra y su suave invierno para hacer la pretemporada. Miembros de la organización, de la caravana publicitaria, periodistas y aficionados al ciclismo colonizarán las calles y plazas de las localidades elegidas junto a Torrevieja, que acogerá la presentación de las escuadras participantes, evento también retransmitido a medio mundo.

Si los italianos Vincenzo Nibali y Fabio Aru; los colombianos Nairo Quintana, Miguel Ángel López y Rigoberto Urán; el francés Thibaut Pinot, el ruso Zakarin, los hermanos Yates de Luxemburgo, o el holandés Steven Kruiswijk, son solo algunos de los favoritos en la presente edición que ya ha echado a rodar, el cartel a buen seguro que será todavía mejor en 2019.

El impacto de ser sede de salida 

Albergar el inicio de una gran vuelta tiene un doble beneficio: uno, inmediato y otro, a medio y largo plazo. 

Durante esa larga semana será difícil encontrar plaza libre en los hoteles, si bien es cierto que la Costa Blanca cuenta con una infraestructura hotelera cuantitativa y cualitativamente más que envidable, un aspecto que una vez más ha jugado a favor de su candidatura. Además del sector hotelero, que emplea a miles de personas en la provincia y contribuye decisivamente en la aportación que esta hace al PIB, el comercio, restaurantes y otros servicios accesorios se verán fuertemente impulsados esos días. Además, los millones de espectadores que seguirán las etapas por televisión también estarán contemplando las playas, montañas, ciudades y el envidiable clima de la Costa Blanca, algo que llevará a muchos a señalar a Alicante como posible destino de su próximo viaje. No solo para disfrutar de sus encantos, también para practicar el tan en auge a día de hoy "turismo deportivo".

Si las playas de la provincia de Alicante ya eran mundialmente famosas, su montaña empieza a sonar a lugar mítico en el ciclismo: el ciclista francés de moda, Alaphilippe, fue el ganador en Xorret de Catí en 2017; Dumoulin hizo lo propio en la Cumbre del Sol de Benitatxell en 2016; y Froome en mismo lugar en 2017.

Kantar Media, empresa internacional de estudios de mercado, investigación y análisis, fijó el impacto publicitario de la Vuelta a España 2017 en cerca de 94 millones de euros, una edición que partió de Nimes. Leeds y Londres albergaron una salida del Tour de Francia y Jerusalén hizo lo propio con el Giro de Italia 2018. Algo que da buena muestra de lo atractivo que resulta  ser sede de salida y de lo cotizado y difícil que resulta ser elegido como tal.

No andamos sobrados en esta tierra de acoger eventos deportivos de este calibre, por lo que estamos ante una oportunidad ideal para fomentar el deporte y el uso de la bicicleta, amén de impulsar nuestra economía. Aprovechémoslo.

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