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PRESENTACIÓN EL 28 de diciembre en el IAC Gil-Albert

'Maganta', el cómic 'vago' con el que Lola Lorente retrata la frustración

9/12/2021 - 

ALICANTE. Lola Lorente y Mary Pain son algo más que autora y personaje. Comparten un contexto. La ilustradora ha volcado parte de su realidad en Maganta (Astiberri Ediciones), su vuelta a la novela gráfica. Con este título se puede adivinar que Lorente es originaria de la comarca más sureña de Alicante, la Vega Baja (concretamente de Bigastro), donde el término se utiliza con una mirada negativa, como sinónimo de vaga, perezosa. "Marca cómo nos pueden percibir los demás, porque es un término que viene dado del exterior. Y, una vez vas creciendo y madurando, es culpabilizante. Pero también un recuerdo, un souvenir de algo que, quizás, diría una madre o padre", establece.

El personaje principal se encuentra en la frontera entre la juventud y la madurez y regresa a casa de sus padres, en su pueblo natal, al ser golpeada por la crisis económica. Será entonces cuando tenga que enfrentarse a no encajar o a la frustración que generan las expectativas no cumplidas. "Yo he vivido muy claramente la crisis de 2008 y el hecho de no tener trabajo es difícil de experimentar; sobre todo, piensas que es tu culpa", traslada el sentimiento la ilustradora, quien justifica que este suceso real llevado a su cómic le ha permitido "hablar de las cosas que he palpado".

Pese a este contexto compartido de crisis económica y frustración, Lorente aclara que ella no es su personaje: "Evidentemente tiene partes de mí, porque muchas veces me he sentido descontextualizada en el pueblo donde vengo -aunque estoy a gusto-, porque decir que haces cómic es como decir que vienes de Marte. Aunque Mary Pain está inspirada en cosas emocionales que yo he experimentado, literalmente no me ha pasado nada de eso. Estas escenas que, de una forma u otra, sí he vivido, he decidido llevármelas a mi cómic, porque hay algo de mi identidad. No por mí, sino porque es lo que conozco y me parece la mejor forma de ambientar a ese personaje", traslada.

Aunque su autora comenzó el proceso de creación hace casi una década, Maganta desprende actualidad. "Las nuevas generaciones también están enfrente de esta sensación de fracaso o de darse cuenta de que no es tan sencillo llegar a esas expectativas a las que pensabas que ibas a llegar de joven. Además, el marco de crisis socioeconómico es todavía perenne", sostiene. Una visión que se dibuja a lo largo de las casi 300 páginas de su trabajo y que podrá ampliar el martes 28 de diciembre durante la presentación en el IAC Gil-Albert a las 18:00 horas.

El pasado 9 de septiembre este cómic con fama de vago vio la luz, tras ocho años de invención, perfeccionismo e investigación. "Para mí, crear un cómic es un ejercicio de experimentación gráfica y narrativa y de transmitir emociones a través del dibujo", expresa Lorente. Y señala a su exigencia como una de las culpables de este retraso, además de haberse entremezclado este proceso con su trabajo y sus oposiciones. "Entre que me he quedado satisfecha y que he dispuesto del tiempo para poder concentrarme han pasado ocho años. Pero yo no hago cómic para ser publicado ni tengo ninguna prisa en pertenecer a es industria. No hago mainstream, sino un trabajo independiente", aclara.

Dentro de la parte narrativa, la ilustradora se inclina más hacia el storytelling a través del dibujo y no tanto mediante las palabras. "Yo me muevo muchísimo por la propia fuerza del dibujo; necesito narrar a través de lo que pueda solucionar el dibujo, la coreografía, el gesto. Es ahí hacia donde voy investigando en la narración. A la escritura le tengo más respeto, aunque también escribo. El lenguaje gráfico, la forma del dibujo, el silencio o los dibujos más detallados narran y es por ahí por donde me suelo mover yo", insiste.

El acercamiento de Lorente a esta expresión artística que ahora crea se dio cuando estudiaba en la universidad, momento en que empezó a descubrir el cómic "desde otro punto de vista. Tuve la oportunidad de ver que con mi dibujo podía narrar historias; para mí ese descubrimiento fue revolucionario, porque yo nunca he sido lectora de cómics", confiesa. Y admite que este "noveno arte" se ha democratizado, acercándose a un público más amplio debido a que "ahora hay más autores y, sobre todo, más autoras y más temáticas, lo que permite al lector o lectora empatizar".

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