ALICANTE. El Instituto Traumatológico Dr. Soler, fundado y dirigido por el traumatólogo ilicitano Francisco Soler, crece cuantitativa y cualitativamente. La clínica se trasladó la pasada primavera al entorno del Centro de Congresos de Elche para poder ganar metros y visibilidad, pero ya está planeando abrir un segundo centro con mayores prestaciones. Un crecimiento que viene de la mano de la introducción en España de una tecnología pionera para el diagnóstico y tratamiento de las lesiones óseas.
La del doctor Soler, de hecho, es una de las primeras clínicas españolas en introducir la nanotecnología para la práctica de la traumatología, la primera gran revolución que vive el sector desde que en los años ochenta del pasado siglo apareció la artroscopia. "La tecnología médica ha ido avanzando desde entonces, pero en nuestro campo apenas lo había hecho; ahora hemos introducido la fibra óptica y la nanotecnología, de forma que somos mucho menos invasivos", explica su director. "Conocí esta tecnología en Múnich justo antes del confinamiento, y por fin acabamos de empezar a aplicarla".
La principal ventaja de esta tecnología, según explica el traumatólogo ilicitano, es que el instrumental óptico se reduce un 75%. "Con el tamaño de una aguja, podemos meter en la articulación una cámara de alta resolución, lo que permite visualizar la rodilla de forma mínimamente invasiva y sin tener que hacer resonancias, que en algunos pacientes está contraindicado por otras patologías o porque son claustrofóbicos". El diagnóstico se realiza con material fungible sin "ningún peligro, ya que tenemos una asepsia máxima". La otra gran ventaja de esta técnica es que se puede realizar en la consulta, sin quirófano.
La nueva técnica del Instituto Traumatológico Dr. Soler permite realizar de forma mucho menos invasiva una operación de menisco como a la que se acaba de someter el futbolista del Real Madrid Sergio Ramos, por ejemplo. "Va a revolucionar la traumatología porque no es invasiva". Una máxima que la clinica del doctor Soler también aplica al caso de la cadera, con una técnica también no invasiva que permite dar el alta en 24 horas. "Apenas requiere hospitalización, lo cual ahora es muy importante con la pandemia, porque así el paciente pasa menos tiempo en el hospital", destaca el traumatólogo. "Con esta técnica hay muy poco sangrado y la recuperación es muy rápida".
La inversión realizada por el doctor Soler para traer a España desde Alemania esta nueva tecnología ronda los 120.000 euros, según explica. La máquina cuesta unos 18.000 euros, a los que hay que sumar el material fungible, que es lo realmente costoso, y la sala especial en la que se lleva a cabo la intervención. Pero esta inversión no es la última que tiene previsto realizar el instituto. Según avanza el traumatólogo ilicitano, ya tiene en proyecto una nueva clínica "más exclusiva", con un tratamiento más individualizado y hasta tres quirófanos, para permitir una mayor diferenciación. Y ya está pensando en poner en marcha un nuevo proyecto fuera de Elche.
En estos momentos, la cínica del doctor Soler en el Centro de Congresos cuenta con tres consultas y un quirófano donde suele operar (aunque en ocasiones alquila instalaciones externas en hospitales privados) con su propio equipo. La pandemia ha disparado la carga de trabajo, ya que muchas dolencias se han dejado de atender en la Seguridad Social para concentrar los esfuerzos en la covid, de forma "la traumatología privada ha tenido un crecimiento brutal como alternativa". En los últimos meses, el doctor Soler está ateniendo una media de 100 pacientes semanales puramente privados, al margen de mutuas y aseguradoras.