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Entrevista Ap | directora general de innovación 

Sonia Tirado: "Con infrafinanciación debemos saber qué devolvemos por cada euro en innovación"

10/10/2022 - 

ALICANTE. La Generalitat Valenciana impulsa un programa orientado a acompañar a municipios en la implementación de la innovación que comenzó a diseñarse en 2021 y se ha iniciado en 2022: Territorios Innovadores, con una dotación de 2,8 millones de euros. Es un programa amplio que tiene diferentes ejes de actuación: uno de diagnóstico, otro de planificación estratégica, otro de formación y otro de impulso de proyectos. Son los cuatro pilares de un programa que desde la Conselleria de Innovación realizan y ejecutan con colaboración público-privada. Por ejemplo, la formación se realiza con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP); la innovación con Las Naves, la de diagnóstico con Avaesen y el impulso de proyectos, a través de una línea de ayudas propia que ha nacido en 2022. A esa ayuda se han presentado 40 municipios. La directora general de Innovación, Sonia Tirado, habla con Alicante Plaza para explicar en detalle este programa marco, las próximas actividades previstas en la Comunitat, la importancia de conocer el grado de innovación de cada municipio y en qué retorna cada euro invertido.

-¿Qué es el Programa de Innovación Municipal dentro de Territorios Innovadores?

-Uno de los ejes de este programa marco es la formación. Entendemos que el personal de los ayuntamientos necesita estar actualizado en materia de innovación y que se reduzca la brecha digital de conocimiento. Esta parte formativa la realizamos en colaboración con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias. En 2021 ya iniciamos el programa con diferentes cursos y actuaciones y en ese año destinamos 75.000 euros en formar a más de 600 personas. Ahora, en 2022 hemos formado a personal de 117 ayuntamientos y aún no ha acabado el año. Además, con Las Naves hemos acompañado ya a 12 municipios para desarrollar sus proyectos de innovación. Es importante que antes de empezar a trabajar se tenga el conocimiento, las capacidades, partamos de un diagnóstico y de una planificación para que los planes sean parte de un modelo de ciudad meditado y las decisiones se tomen desde el propio lugar. Y es que, cada municipio tiene que poder identificar sus retos propios, que no son los mismos en todo el territorio, porque hay mucha heterogeneidad. Después, cada ayuntamiento decidirá cómo los financia, sin con fondos propios, del Consell, Ministerio o Europeos.

-¿Se va a ahondar en esa formación?

-Sí, en 2023 ofreceremos una formación específica en materia de innovación que va a tener una titulación universitaria. A través de la FVMP y mediante convenios con las cinco universidades públicas se está articulando un curso de Especialista Universitario en Gestión de la Innovación con clases presenciales y virtuales. Este año hemos iniciado una pequeña experiencia que es un curso de compra pública de innovación que se imparte este mes que se va a impartir en la Universitat Jaume I, y el certificado del curso será expedido por la misma universidad.  

-¿Cómo ha funcionado Terra Innovadora este año y qué planes tienen para el próximo curso?

-Es un espacio de intercambio de experiencias y de buenas prácticas en materia de innovación municipal que nace de la necesidad de hacer el camino acompañado. Cuando trabajas en innovación, un ayuntamiento que nunca ha abierto ese campo tiene muchas dificultades al empezar. Y una cuestión importante es ir de la mano de otros ayuntamientos o de otras entidades que ya tienen la experiencia previa e identificar a quienes ya han desarrollado proyectos y pueden servir como ejemplo. Esa identificación ya la detectamos el año pasado en la edición de Terra Innovadora. En 2019 hubo dos ediciones, una en Alicante y una en València, con unos 290 asistentes de personal municipal, funcionarios y funcionarias y también concejales y alcaldes. Este año repetimos Terra Innovadora; lo haremos en Altea el 18 y 19 de octubre, con la misma idea: presentar ejemplos, buenas prácticas y casos de éxito de proyectos que se han desarrollado en ayuntamientos donde se han resuelto problemas del municipio a través de la innovación. Por ejemplo, hay casos de comunidades energéticas locales o soluciones para los municipios turísticos, gestión inteligente del patrimonio, la realidad aumentada o la ciberseguridad, que es una cuestión importantísima que tiene que ver con la transparencia, pero también con la protección de datos. También llevaremos experiencias de pueblos inteligentes porque en la Comunitat Valenciana tenemos experiencias muy interesantes. La idea es que Terra Innovadora se consolide como esa ágora de intercambio de buenas prácticas y experiencias municipales y que año a año vaya recorriendo todo el territorio. Este año vamos a Altea y el año que viene lo estamos concretando. Intentamos equilibrar las actividades en el territorio porque entendemos que la cercanía y la presencialidad es una cuestión importante.

Intentamos acercarnos al territorio y, además, dentro de este trabajo que hacemos con la Federación, también formamos cargos electos, concejales, alcaldes y alcaldesas. ¿Por qué? porque al final la toma de decisiones en un municipio es una toma de decisiones política y tiene que haber un liderazgo por parte de los representantes políticos sobre cuáles son. Se trata de que se genere una coherencia entre el impulso que deben tener los cargos con la capacitación y la formación que han de tener los cuerpos técnicos.

-¿Cuál es el nivel general de la Comunitat Valenciana en Innovación?

Los últimos indicadores europeos son los de 2021. La Comunitat Valenciana ocupa un nivel moderado y a nivel del país, está la quinta posición tras País Vasco, Madrid, Navarra y Cataluña. A mí me gusta hacer especial incidencia en cuáles son las cuatro regiones españolas que están por delante, porque la situación de nuestra comunidad no es la misma ni partimos de la misma financiación por parte del Gobierno central. Sufrimos una infrafinanciación crónica y el tamaño de nuestras empresas tampoco es igual. El tejido empresarial valenciano es de pequeñas y medianas empresas, no de empresas grandes que pueden ser tractoras. Tampoco nuestra fiscalidad es la misma que en otros territorios.  

Partiendo de una situación claramente en desventaja, esta quinta posición nos hace pensar que las cosas no se están haciendo del todo mal. Es decir, los índices no salen por casualidad. Si ha habido una mejora, sobre todo desde 2019 hasta ahora, se debe, por una parte, al impulso de la Generalitat, que es innegable en políticas e inversión en innovación. También sube la inversión en innovación por parte de las empresas, de manera lenta, pero también en alza según los últimos datos del INE. Otra clave es el trabajo que se sigue haciendo de manera excelente en universidades, centros tecnológicos e institutos de investigación, que son los que desarrollan esas novedades. Asimismo, al papel cada vez más activo de los pueblos y de las ciudades que antes no estaban en este escenario de la innovación y a una implicación, todavía muy modesta pero que va creciendo, de la sociedad. Al final, ese trabajo colaborativo que se está llevando a cabo en los últimos años tiene un resultado que se plasma en los indicadores. Eso sí, son mejorables, no podemos caer en la autocomplacencia y desde la Conselleria trabajamos para que la innovación siga una trayectoria ascendente imparable.

-¿Cómo se conoce el grado de innovación que tienen los municipios de la Comunitat?

Precisamente, dentro del programa Territorios Innovadores, el primer paso es el diagnóstico. Cuando en 2019 empezamos a diseñar las políticas de innovación para municipios, vimos que no teníamos una foto de cuál era la situación y era una necesidad que había que cubrir. Por eso, junto con Avaesen, en este modelo de colaboración público-privada, diseñamos una herramienta, el Índice Smart City, que es un autodiagnóstico online para que los ayuntamientos se identifiquen a sí mismos con respecto a diferentes dimensiones de lo que es una Smart City. Es una herramienta que ponemos a disposición de todos los ayuntamientos, gratuita y con dos beneficios fundamentales: ayudar a los ayuntamientos a hacer ese diagnóstico a partir del cual orientar sus actuaciones, y, por otra parte, a tener esa foto de todos los municipios de la Comunitat. Ese es el objetivo para que podamos construir proyectos de aquí en adelante: un visor territorial de innovación donde podamos situar a cada municipio de manera que la información que obtengamos nos ayude a planificar las actuaciones, las políticas, centrándonos en las necesidades de cada uno.

-¿Cuántos municipios han participado en ese autodiagnóstico?

-Las sesiones se iniciaron en julio y ya han participado en la cumplimentación del índice 80 municipios. Tenemos 542 municipios en la Comunitat, todavía nos queda trabajo para para tener esa foto completa, pero acabamos de empezar. Yo sí estoy muy satisfecha de este proyecto porque creo que nos va a ayudar tanto a los ayuntamientos como a la Generalitat para también orientar sus políticas.

-¿Qué retos son necesarios abordar en cada una de las provincias de la Comunitat? 

-El programa territorial innovador no está planteado para hacer actuaciones provinciales. Hay que tener en cuenta la territorialidad de las actuaciones y la adaptación a las necesidades de los ayuntamientos, desde el más grande al menor, que tienen retos diferentes. Nuestras actuaciones se orientan más hacia los municipios. Por ejemplo, nuestra línea de concurrencia competitiva cofinancia más dinero a los proyectos presentados por ayuntamientos más pequeños. En cuanto a los retos, más que provincias sí que hemos identificado zonas de especial vulnerabilidad. Una es el Baix Segura, que todavía está recuperándose de la DANA y en la que tenemos proyectadas actividades que haremos de aquí a final de año. Con respecto al resto del territorio, las zonas de municipios rurales, que suelen ser municipios pequeños y que corresponden a las comarcas del norte de Alicante y las comarcas del interior de València y de Castellón. Estamos haciendo un estudio que verá la luz en breve de diagnóstico de necesidades TIC en los territorios rurales para poder identificar cuáles son esas necesidades y diseñar las políticas de impulso de pueblos inteligentes, las Smart Village, por parte de la Generalitat. Ese estudio lo estamos haciendo con la Fundación El Olmo, en este modelo de colaboración público-privada, por la experiencia que tienen. Aras de los Olmos es un municipio muy pequeño de València, pero es un referente en materia de Smart Village.

-¿Qué momento vive Alicante en cuanto a innovación?

-Si hablamos de la ciudad de Alicante te diría que tenemos todas las papeletas para ser una ciudad innovadora. En este sentido, el impulso o las políticas claras del Botànic son indiscutibles. Se ubica la Conselleria de Innovación, se ubica el Distrito Digital para impulsar el sector tecnológico y se está impulsando de una manera decidida el hub de innovación en el Puerto, que ahondará en transporte y la logística. Ahora, vuelve el audiovisual con la liberación de la Ciudad de la Luz. Además, está el trabajo coordinado por la consellera Josefina Bueno para conseguir que la Agencia de Inteligencia Artificial se ubique en la ciudad. Los mimbres, por parte de la Generalitat, están. Ahora bien, hay una parte en la que no podemos entrar: las decisiones del día a día que son competencias del Ayuntamiento. Deben decidir si quieren que Alicante sea una ciudad innovadora, que dé respuesta eficiente a los problemas de las personas o si quiere estar anclada en un modelo de ciudad del pasado. Nosotros podemos colaborar y nuestras puertas están abiertas. Yo creo que todavía se puede hacer más por parte del Ayuntamiento.

-¿Cuál es el trabajo que realiza la Dirección General de Innovación junto con Redit?

-Es una colaboración muy amplia. Por una parte, trabajamos directamente con los centros tecnológicos para que desarrollen proyectos de colaboración con empresas. Este es el segundo año de colaboración y hemos hecho ya una inversión de 6,6 millones de euros. Es una línea que está planteada también para continuar en 2023 y mejorar nuestro tejido productivo y generar empleo de calidad. Otra colaboración es con Redit como asociación de los institutos tecnológicos. Hay varias vías, pero destaco dos. Una es la plataforma Innspiradoras para poner de relieve el talento que se está desarrollando por parte de mujeres en proyectos de innovación con unas características un poco diferenciales. Por una parte, no hablamos solamente de mujeres en innovación tecnológica. Por otra, no estamos hablando de las grandes referentes, sino de las referentes del día a día. Tenemos que hacer visible el papel de las mujeres en la innovación, porque en un gobierno feminista como es el Botànic, el objetivo es que la igualdad se produzca en todos los ámbitos. Por otra parte, el segundo proyecto que me gustaría resaltar es el del análisis y el estudio de la innovación responsable y el retorno social de la inversión en innovación. Es un trabajo junto a Redit pionero en Europa. Intenta analizar, por una parte, las implicaciones que tiene la innovación que se desarrolla por parte de los 11 centros tecnológicos y el retorno social de la inversión. El estudio nos ha mostrado que por cada euro que invertimos en innovación en un centro tecnológico, el retorno social y ambiental que se produce es de 7,6 euros. En un contexto de escasez de recursos, de infrafinanciación autonómica, de crisis energética debemos ser capaces de saber qué le devolvemos a la sociedad por cada euro que invertimos en innovación. Es un plan estratégico porque hemos comenzado con los centros tecnológicos, pero esta evaluación se tiene que extender a todo el ecosistema en un contexto de transparencia y de rendición de cuentas a la ciudadanía, que hace un esfuerzo muy grande con sus impuestos. Es lo mínimo que podemos hacer.

-¿En qué línea irán los presupuestos de la Generalitat de 2023 en cuanto a Innovación?

Los presupuestos de la Generalitat se están negociando ahora mismo. En líneas generales, van a ser unos presupuestos con un marcado carácter social y medioambiental. Tenemos que dar respuesta a la situación que está viviendo la gente y el medio ambiente y la innovación va a jugar un papel muy importante. No solamente las políticas que se impulsan desde aquí: es transversal a todo el presupuesto del Botànic. Cuando la Conselleria de Sanidad está implementando una nueva técnica para la detección del cáncer de útero, detrás hay una inversión potentísima en I+D, o cuando la Conselleria de Agricultura está presentando un programa de reutilización total para un vertido cero, también.

-¿Qué es la innovación responsable que definen desde la Dirección General?

-Se refiere a el impacto no deseado o los efectos secundarios de la innovación cuando se llevan a cabo desarrollos para dar solución a un problema. Además del proyecto, también se dan unos efectos que no son el objeto principal y que pueden ser negativos. Tener en cuenta el impacto de los desarrollos de innovación en su contexto es lo que llamamos innovación responsable. Y ahí podemos hablar de diferentes cuestiones. La de género, con la Inteligencia Artificial tiene un impacto clarísimo. También el ambiental. No tiene sentido que un proyecto que desarrolle una tecnología para ahorrar agua, al mismo tiempo esté consumiendo mucha electricidad. Estamos teniendo en cuenta al usuario final y la comunicación que hacemos de los resultados de la innovación. La ciudadanía tiene derecho a saber a dónde van los impuestos que paga, ahora mismo, con mucho esfuerzo. También en qué le va a repercutir en su día a día, cómo va a mejorar su vida. En ese contexto de rendición de cuentas, la innovación responsable pone un foco central en el papel de la sociedad civil que se tiene que incorporar al contexto de las políticas de innovación.

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