ALICANTE. El 13 de octubre de 1838, la goleta británica Beatrice, que había partido del puerto de Alejandría con destino a Londres, se hundió supuestamente frente a las costas de Cartagena debido a una fuerte tormenta. Su tripulación logró salvarse llegando a la costa a nado, pero no así los tesoros arqueológicos que la nave transportaba en su bodega. Entre ellos se encontraba el valioso sarcófago del faraón Micerinos, hallado en 1837 por el arqueólogo inglés Howard Vyse en el interior de la pirámide de Guiza que lleva el nombre de este faraón de la IV Dinastía.

Casi doscientos años después, el misterio sigue rodeando el paradero de este ataúd de basalto, decorado con la fachada de un palacio. Pese a las investigaciones, el emplazamiento del pecio y del sarcófago de Micerinos sigue siendo un enigma. Aunque Cartagena es la hipótesis más plausible para la comunidad arqueológica, otros lugares que se han barajado como posibles puntos del hundimiento incluyen el golfo de León, el golfo de Vizcaya, las costas de Portugal o incluso Livorno, en la Toscana italiana.

El escritor Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) se hizo eco de este inusual acontecimiento en su novela La vuelta al mundo de un novelista (Libro III, capítulo XIX), pero resulta llamativo que la prensa de la época no mencionara el naufragio de la goleta en la costa murciana.

A pesar de que los intentos por localizar el pecio han sido fallidos hasta la fecha, el interés por encontrar el sarcófago del faraón resurge periódicamente. En este contexto, el reconocido egiptólogo Nacho Ares visitará Casa Mediterráneo este jueves, 6 de marzo, a las 19 horas, para ofrecer una conferencia titulada En busca del faraón Micerinos. Durante su intervención, hablará sobre la importancia de esta figura, la controversia en torno al emplazamiento del Beatrice y las misiones emprendidas para localizar el pecio y el preciado sarcófago.