ALICANTE. El boom que vive el sector inmobiliario en la provincia de Alicante, volviendo a cifras de transacciones ya no solo de antes de la pandemia, sino próximas a la precrisis de 2008, no se está trasladado de forma directa a los precios. Si bien es cierto que la vivienda se sigue revalorizando en la provincia, lo hace de forma más moderada que hace un año, y muy lejos de los valores que muestran las medias autonómicas o estatal.
Así lo recoge el informe de la tasadora Tinsa, una de las más representativas del sector, relativo a la estadística trimestral 'IMIE Mercados Locales', de precios de vivienda nueva y usada del segundo trimestre de 2022. Según los datos de Tinsa, la vivienda se ha encarecido en Alicante un 3,1% respecto a junio de 2021, un incremento por debajo del dato autonómico (4,5%) y muy lejos del nacional, que es del 8,2%. Así, la revalorización de la vivienda en la provincia es un 60% inferior a la media.
En el caso de la Comunitat Valenciana, el precio medio del metro cuadrado es de 1.233 euros, un 4,5% más que hace un año, con un incremento del 1,1% respecto al trimestre anterior. El precio de la vivienda se ha recuperado casi un 21% desde los mínimos de la anterior crisis, pero sigue un 34% por debajo de sus valores máximos durante la burbuja. Comunidades como Madrid (-14%) o Baleares (-5,2%) están mucho más cerca de cerrar la brecha.
La provincia de Alicante, pese a moderar el incremento de precios, sigue teniendo el metro cuadrado más caro, con 1.317 euros de media, por encima de la provincia de València (1.231 euros/m2). Este valor supone, como se decía, una revalorización del 3,1% respecto al segundo trimestre de 2021, y del 0,5% sobre el trimestre anterior. Sin embargo, el 'rebote' desde los mínimos de la anterior crisis es de solo el 17,8% (más de tres puntos por debajo del dato autonómico), y la brecha desde máximos es aún de un 32,7%, algo inferior a la autonómica.
Y si bajamos al detalle local, el dato es aún más moderado. El precio medio de la vivienda en la ciudad de Alicante es, al cierre del primer semestre del año, de 1.487 euros por metro cuadrado, con un incremento interanual del 1,2% (ocho veces menos que el dato estatal y once veces menos que el de Madrid, por ejemplo), y un retroceso de dos décimas respecto al mes de marzo. Este precio es un 25,7% inferior al techo que se tocó en la burbuja, y supone un rebote del 24,7% desde los mínimos de la crisis de 2008.
Tinsa incluye también datos de los principales municipios de la provincia, entre los que destaca Benidorm, con 1.695 euros por metro cuadrado. Sin embargo, el precio más alto de la provincia supone una caída del 1,3% respecto al mismo mes del año pasado. Orihuela, con 1.507 euros por metro cuadrado, experimenta también un retroceso interanual, en este caso del 1,4%. En cambio, en Elche (1.111 euros) la vivienda se revaloriza un 3,3%, por encima de la media provincial, en Alcoy (814 euros) un 2,9%, y en Torrevieja (1.331 euros) un 0,8% interanual. Donde más aumenta el precio en el último año, con un 9,3% (895 euros) es en la localidad de Elda.
Tinsa destaca que el precio de la vivienda nueva y usada en España mantuvo entre abril y junio el impulso experimentado durante los dos trimestres anteriores, sin aumentar su intensidad. Los 1.685 €/m2 de valor medio reflejado en la estadística representan un aumento del 2,4% respecto al trimestre anterior y del 8,2% en los últimos 12 meses. El grueso de las provincias ha registrado incrementos interanuales entre el 3% y el 7%. Así, el valor medio de la vivienda se sitúa un 21,8% por debajo de los máximos alcanzados en 2007, tras revalorizarse un 30,5% de media desde su nivel más bajo durante la crisis financiera.
"Continuamos observando una demanda activa que se combina con una oferta limitada y tensiona los precios al alza, pese a que las cifras acumuladas de compraventas muestran una ligera desaceleración respecto al mismo periodo de 2021", apunta la directora del Servicio de Estudios de Tinsa, Cristina Arias. La política de incremento de tipos del BCE para contener la elevada inflación hace prever, en opinión de Arias, "un encarecimiento del nuevo crédito hipotecario, que, dada la sensibilidad de la demanda de vivienda a variaciones en los tipos de interés, puede modificar las intenciones de compra de los hogares".
Además, no es descartable que en los próximos meses se produzca un endurecimiento de los criterios de concesión de préstamos por parte de las entidades financieras ante un escenario de ralentización económica y de poder adquisitivo erosionado por la inflación. "El incremento progresivo de los tipos de interés puede derivar en una moderación gradual de la demanda de vivienda que desaceleraría el incremento de los precios del producto residencial", afirma Cristina Arias.