ALICANTE. La palabra robot significa, en su acepción original, sirviente o esclavo. Así apareció por primera vez en la obra de teatro Rossum's Universal Robots, del checo Karel Čapek, en 1921. Este punto de partida es el que ha provocado que, cien años después, el ROS Film Festival celebre su IV edición bajo la premisa de Degrees of freedom (grados de libertad) para reflexionar sobre las relaciones entre tecnología y humanos. "Cada vez somos más dependientes de ella, así que nos hace más libres y también más esclavos", ha contrapuesto Ricardo Domínguez, impulsor del festival, quien ha señalado que "a través de la figura del robot, de estos esclavos que hemos creado, queremos reflexionar sobre cuáles son los grados de libertad en que nos movemos ahora y en el futuro con, gracias y a pesar de la tecnología".
De hecho, uno de los 240 cortometrajes que se han presentado a concurso trata sobre "un señor mayor que necesita contraseñas para entrar a todos lados. ¿Dónde está mi libertad si tanta clave necesito para poder acceder a los sitios?", pregunta Domínguez. En cuanto a la cantidad de los cortos recibidos, el alma mater del festival admite que si bien es cierto que se han recibido menos (el año pasado fueron 335, de los cuales se proyectaron 70), son de mayor calidad y se van a proyectar 100. "Me llamó la atención al principio haber recibido menos, pero el nivel de este año es mejor, la producción está más trabajada", asegura.
Entre ellos destacan los 15 cortometrajes que han seleccionado en la categoría de experimental. En este sentido, los que tienen un perfil más cyberpunk se proyectarán el domingo 14 en el 8 y medio; aquellos que hablan sobre la libertad y esclavitud tendrán cabida el jueves 18 en Las Cigarreras y los relacionados con el espacio lo harán bajo el lema Tripulantes del futuro el viernes 19 también en Las Cigarreras. "Y el sábado 20 se proyectarán los que no han cabido en categorías anteriores", justo antes de que el jurado dé a conocer su listado de cortometrajes ganadores.
Aquellos que se alcen con los premios conseguirán 1.200 euros (primer puesto); 500 euros (segundo) y un reconocimiento de 300€ que decidirá el público. El jurado de esta cuarta edición está formado por Javier Ordóñez, catedrático de Historia y Filosofía de la Ciencia y la Tecnología y especialista en ciencia y ficción; Gabriela Martí, directora del Festival Rizoma; Lorena Sánchez, directora de la revista de divulgación QUO; Neal Hartman, director del festival de cine del CERN CineGlobe, y Jordi Ojeda, ingeniero industrial y parte de la organización del festival.
A lo largo de estos diez días, el festival ha desarrollado una serie de actividades culturales repartidas por las distintas sedes que tiene por la ciudad. La cita previa al evento será la proyección de los cortometrajes de los tres años anteriores el viernes 5 en la librería Fahrenheit 451. Ya dentro de la programación a concurso, el viernes 12 se ha organizado la fiesta de presentación en el Söda Bar, con la participación de Lorena Sánchez, de la revista Quo, donde se proyectarán vídeos musicales.
El sábado 13 comenzará con un taller de robótica en Fahrenheit para público de entre 8 y 14 años y continuará en Las Cigarreras con la performance Sistematurgia Variétés (la dramaturgia de los sistemas operativos) del fundador de la Fura dels Baus, Marcel·lí Antúnez, el sábado 13, en la que, a través de un exoesqueleto, "va a interactuar con proyecciones en la pantalla", describe Domínguez.
El miércoles 17 Viva la Pepa acogerá un debate con Lydia Na sobre amor, sexo y esclavitud y será el jueves 18 cuando se celebre una mesa redonda que debatirá sobre el lema de esta IV edición, los grados de libertad, "esta relación entre ingeniería y cine". Además, el viernes 19 tendrá lugar el concierto de Antonio Arias, quien ha musicado en indie-rock y añadido proyecciones a los poemas que escribió el comandante del Apollo 15, el cohete que llegó a la luna. Y, tras el fallo del jurado el sábado 20, el domingo 21 8 y medio acogerá la proyección de los cortometrajes galardonados.