ALICANTE. Alicante ha sabido reinventarse a lo largo de los años, demostrando que es mucho más que un destino turístico. Nuestra provincia, forjada en sus relaciones comerciales y el esfuerzo de generaciones, ha sabido conjugar empresas y negocios herederos de la tradición con las nuevas industrias. La ilusión de quienes apuestan hoy por desarrollar sus proyectos aquí se suma a la experiencia de quienes llevan décadas creyendo en este territorio. 

En un mundo marcado por la volatilidad y la incertidumbre, Alicante se consolida como un enclave empresarial dinámico y resiliente. El tejido de más de 140.000 empresas y cerca de los 165.000 locales que operan en la provincia constituye una red sólida y diversa, verdadero motor de la Comunitat Valenciana. Quienes conocen la inquietud emprendedora de la gente de esta tierra no se sorprenden ante estos datos: la capacidad de adaptación y el vínculo con las raíces son nuestras señas de identidad. 

Las pequeñas y medianas empresas, muchas de carácter familiar, son las que predominan en el tejido productivo alicantino y las que sostienen la economía local desde hace años. Negocios basados en la confianza, el esfuerzo común y la vocación de servicio que han resistido los envites del entorno, sumando 4.492 nuevas sociedades en lo que va de año —un 5% más—. A la vez que el empleo muestra claros signos de recuperación. 

Al turismo, la hostelería y el comercio, referentes económicos indiscutibles, se le están uniendo con fuerza sectores emergentes como la tecnología, la logística y la construcción especializada. El puerto y el aeropuerto, junto a una extensa red de polígonos industriales, abren nuevas vías y oportunidades para quienes desean crecer sin perder la esencia local. 

Alicante es, en definitiva, una tierra dual, que conjuga el mantenimiento de las actividades con solera con el empuje de la innovación. El auge del ecosistema emprendedor y los programas de apoyo convierten nuestra provincia en un laboratorio donde el talento florece y se proyecta al exterior. El futuro, aunque incierto, se vislumbra prometedor. Porque aquí, en esta tierra de contrastes y oportunidades, seguimos construyendo juntos, con esfuerzo y constancia, un horizonte digno de nuestras aspiraciones. Alicante late con fuerza, y su mejor historia aún está por escribirse.

* Manuel Nieto es director territorial de Cajamar en Alicante.