La RFEF sigue sin inscribir a La Nucía y su salvación pasar ahora por el auxilio de inversores foráneos

ALICANTE. La situación de La Nucía sigue siendo más que delicada, hasta el punto de que el runrún es que hay en marcha un plan B para dar continuidad de alguna manera al fútbol en esta localidad de la Marina Baixa por si el club rojillo finalmente baja la persiana. Así ha dejado ISMX Group a La Nucía tras su espantada en primavera.

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sigue sin tramitar su inscripción al no cumplir los requisitos en materia de 'fair-play' financiero que se le exigen a un club de Segunda Federación. Este viernes, sin ir más lejos, el Juez Único de Competiciones No Profesionales le daba a la entidad un plazo de cinco días hábiles para subsanar unas deficiencias que giran sobre los preceptivos avales a presentar (en el caso de los rojillos de importe importante).

El inicio de la pretemporada se ha retrasado una semana más (ahora se habla oficiosamente del lunes), mientras se mantienen reuniones al más alto nivel (tuteladas por el Ayuntamiento) con inversores para tratar de reunir una suma que varias fuentes cifran en "no inferior al millón de euros". Esa sería la cantidad necesaria para que La Nucía pueda seguir funcionando (que no para poner el contador de la deuda a cero) y no se vea obligada a solicitar la liquidación voluntaria ante el Juez de lo Mercantil.

Después de salvar en junio la bola de partido que suponían las denuncias por impagos a 31 de mayo ante la Comisión Mixta Asociación de Futbolistas Españoles-RFEF, La Nucía se enfrenta ahora a otras muchas: desde el bloqueo de los derechos federativos por las denuncias que también se interpusieron por los jugadores ante el citado órgano en relación a la nómina de junio, pasando por varias demandas ante la Jurisdicción Social de extrabajadores (días atrás se despidió a varios, alguno de ellos indefinido) por impagos de salario e indemnizaciones y, especialmente, la deuda que mantiene en situación irregular tanto con la Agencia Tributaria como con la Tesorería General de la Seguridad Social. 

Ahora mismo, aunque La Nucía lograse que se valide su inscripción federativa, necesitaría que los futbolistas retiren las mencionadas denuncias en relación a junio, porque sin ello el club no podría tramitar la ficha a nuevos jugadores, lo que unido a lo corto que va de efectivos probablemente le llevaría a una sanción de exclusión de la competición por incomparecencia tras la segunda jornada de la fase regular. Esos son los dos escollos a salvar más inmediatos, pero ni los únicos ni los más importantes, pues ahí está la deuda con la Administración Pública y sus consecuencias: por ejemplo, le impide el cobro de cerca de medio millón de euros correspondientes a ayudas federativas y derechos de televisión en la 2022/23. Aunque se confía en que, llegado el caso, se podría conseguir que dicha suma sea abonada por la RFEF a Hacienda y Tesorería en nombre del club, el auxilio financiero externo (y no menor) seguiría resultado imprescindible.

Las conversaciones para conseguir esa inyección de capital que salve a corto plazo a La Nucía se mantienen con inversores nacionales (de la Comunidad de Madrid) y extranjeros (de origen ruso, aunque afincados en la Costa Blanca).