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1.800 especies en todo el mundo

Las medusas: un reto científico y un manjar para los osados

21/04/2024 - 

XÀBIA. Hace poco se anunció en Xàbia una conferencia sobre las medusas que suscitó mi interés. Entonces, únicamente conocía sobre este animal marino lo que la mayoría: que pueden fastidiarte un día de playa, ya sea por la posibilidad de sufrir su dolorosa picadura o porque las autoridades locales decidan prohibir el baño haciendo ondear una bandera roja.

La conferencia estuvo organizada por el Institut de Recerca [Investigación] Oceanogràfica de Xàbia (IROX) que preside Xavier Pascual y se celebró en un salón de actos de la población. Fue impartida por Joan Soto Àngel, biólogo marino, doctor en Biodiversidad por la Universidad de Valencia y socio fundador de IROX. Este joven científico valenciano, de Aldaia, que ejerce en la Universidad de Bergen, en Noruega, está considerado como una autoridad mundial en las medusas.

La sala se encontraba a rebosar, a pesar de tratarse de un asunto que, en principio, no parece que pueda atraer al público. Joan Soto disertó sobre el mundo de las medusas y explicó sus expediciones en buques oceanográficos rompehielos al Ártico y a la Antártida, entornos clave para el estudio de este celentéreo. Su charla, coloquio incluido, embelesó a los presentes durante la hora y media que se prolongó.

A su término decidí abordar este fascinante tema en un próximo artículo. Contacté con Soto, le expuse mi idea, que le pareció interesante para la divulgación de sus trabajos, y a continuación le pregunté varias dudas que me resolvió de una forma clara y precisa. Finalmente le pedí, si era posible, que me facilitara algunas fotografías publicables. A los pocos días disponía en mi correo de una magnífica selección de imágenes y, además, diversa documentación que por propia iniciativa me adjuntó para ayudarme en la escritura del texto.

Lo primero que nos sorprende del universo de las medusas es que nadaban por los océanos mucho antes de la aparición de los hongos y las plantas, y que son uno de los organismos no extintos más arcaicos que existen. Cabe señalar que hay un grupo de organismos gelatinosos —que en sentido estricto no se consideran medusas— denominados ctenóforos que, según investigaciones recientes, constituyen el linaje evolutivo del reino animal más antiguo y cuya aparición se remonta a más de 500 millones de años. Este hallazgo se ha demostrado científicamente al estudiar su genética y advertir que no guarda ninguna relación con el resto de los animales.

De forma general y sin entrar en detalles, pues es una cuestión objeto de controversia entre especialistas, se puede establecer en unas 1.800 el número de especies de medusas existentes.

Su interés científico

En primer lugar, las medusas tienen un papel ecológico muy importante en el equilibrio de los mares y océanos. Por un lado, son tanto depredadoras —como sucede, por ejemplo, con los felinos en la sabana—, como herbívoras; y por otro son una fuente de alimento para numerosos animales.

Se ha observado que capturan el carbono de la atmósfera y lo transportan hacia los fondos marinos, contribuyendo a disminuir el impacto del CO2 en el cambio climático. Asimismo, el estudio de sus ciclos vitales, sobre todo de especies con una proliferación masiva, nos está permitiendo conocer mejor la dinámica de los océanos.

Hay una especie que es capaz de revertir su ciclo de vida, volviendo a un estadio evolutivo inicial —la denominada fase de pólipo— sin requerir la reproducción sexual como el resto de las medusas. Por ello, a esta especie se le ha llamado medusa inmortal. Ahora bien, esta capacidad se ha constatado solo en el laboratorio y se desconoce si también puede producirse en su hábitat marino. En cualquier caso, el análisis de su genoma está proporcionando una información muy valiosa sobre la fisiología del envejecimiento celular.

Se ha abierto hace poco una nueva vía de investigación sobre las medusas que puede ser de gran interés. Se centra en el estudio de su baba para ver si puede capturar microplásticos. Esta hipótesis se basa en el hecho demostrado de que son capaces de extraer nanopartículas de oro del agua por sus propiedades adhesivas. En la actualidad, esta evidencia es limitada, pues únicamente se ha podido comprobar en el moco fresco.

En cuanto al modo de pescarlas, antes de nada hay que señalar que para capturar medusas de gran tamaño es suficiente el uso de redes similares a la de los pescadores. Pero como la investigación que desarrolla la Universidad de Bergen se centra en medusas pequeñas o muy frágiles, se precisan unas redes especiales de malla muy estrecha que están provistas de un colector no filtrante. Este ingenioso sistema permite que quede agua de mar en la muestra y de esta forma se evita que las medusas se aplasten y maceren.

Tras izar las redes los siguientes pasos requieren una tecnología compleja para que no se dañen. Al final del proceso se separan por especies y se colocan en unos acuarios especiales con una circulación de agua adecuada para que no se golpeen contra las paredes y, de esta forma, poder estudiarlas y fotografiarlas en posturas similares a las que adoptan en su entorno natural como, por ejemplo, con los tentáculos extendidos.

Cuando se trata de medusas de regiones polares, aún hay que ser más cuidadosos, porque son muy sensibles a temperaturas más elevadas a las que normalmente viven. En estos casos, los laboratorios donde se encuentran estos acuarios están climatizados con temperaturas alrededor de 1 o 2 grados.

Unas delicatessen a descubrir

Del contenido de la charla, uno de los puntos que más me sorprendió es que las medusas son comestibles. Desconocía que se cultivan desde hace tiempo en países asiáticos para su consumo y que en el nuestro la reconocida chef Carme Ruscadella es una ferviente defensora de las medusas como producto culinario. Debemos señalar, también, que en la actualidad hay un grupo de cocineros italianos que tratan de introducirlas en la gastronomía europea, empeño difícil porque se topan ante el hecho de que este producto no forma parte de nuestra tradición alimentaria y con una legislación comunitaria que parece no estar muy interesada en el tema.

Cuando me dirigí a Joan Soto le pregunté a qué sabían. Me contestó que tenían un sabor muy salado, mezcla del salmón y de la anchoa. Y en cuanto a la forma de cocinarlas me dijo que hay varias maneras, pero el primer paso es cortarlas en tiras finas y luego trocearlas, según convenga. Luego se disponen de varias posibilidades de preparación: desecarlas en un horno y así obtener una especie de papas de bolsa listas para consumir, saltearlas en una sartén con aceite y los condimentos habituales, hervirlas para añadir luego a ensaladas o a sopas y, por último, elaborar encurtidos.

Llegados al final de estas líneas, nos puede sobrevolar por la mente la fantasía de que la temida medusa parece renegar del malvado mito que reza nuestra Historia, pues se ofrece a los humanos en forma de alimento y mostrándonos su belleza, y además colabora en la conservación del planeta como si quisiera reivindicar el olvidado significado de su nombre en griego antiguo: guardiana y protectora.

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