ELCHE. Son cada vez más administraciones locales alerta por las afecciones de sus barrancos o ríos, y la provincia tiene uno de esos elementos a vigilar, un río de 96 kilómetros que da nombre a tres de sus comarcas y cuyo cauce, barrancos y construcciones en zonas inundables hacen de él una corriente sobre la que hay mucho por trabajar. A pesar de las actuaciones que pueda adoptar cada Ayuntamiento, cuentan con un extenso documento, un informe técnico del Cedex de 2020 con alternativas de restauración del Vinalopó, y que no solo analiza su situación, sino que detalla cuáles son sus prioridades, fortalezas y propuestas de intervención para abordar sus problemas en el tiempo.
Con una cuenca intercomunitaria (de la Confederación Hidrográfica del Júcar y del Segura) de 1.692 kilómetros cuadrados, es una de las cuencas más alteradas de la Demarcación Hidrográfica del Júcar. Un río sometido a diferentes presiones en las tres comarcas a las que da nombre, y que como relata este plan que se adjudicó desde la conselleria de Medio Ambiente al Cedex (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas), dependiente de dos ministerios, una de las partes más preocupantes está en Elche.
En general, el informe relata la alteración del régimen hidrológico debido a la sobreexplotación de los acuíferos de la cuenca —derivado del crecimiento urbano e industrial tras las migraciones hace décadas y de los cultivos— y a la derivación de caudales para satisfacer las demandas de abastecimiento y riego, sin respetar el régimen de caudales ecológicos ni los tiempos de renovación del recurso hídrico.
Así, habla de la contaminación de las aguas causada por fuentes puntuales como los vertidos autorizados y no autorizados, y por fuentes difusas como los fertilizantes y productos fitosanitarios utilizados en la agricultura. También se destacan los caudales líquidos homogéneos y escasos –en ocasiones ausentes– que limitan la capacidad autodepurativa y de transporte de sedimentos, nutrientes y energía del ecosistema fluvial. Obviamente también de las inundaciones 'relámpago' con riesgo elevado en determinadas zonas de la cuenca, como consecuencia de un régimen pluviométrico irregular, caracterizado por precipitaciones aisladas y escasas, pero en ocasiones de carácter torrencial.
También se pone de relieve la pérdida de hábitats para especies acuáticas y de ribera, derivada tanto de los cambios en el funcionamiento hidrológico del río y de los cambios en la calidad de sus aguas, como de las alteraciones geomorfológicas asociadas. Las transformaciones socioeconómicas que han tenido lugar en la región del Vinalopó, principalmente el desarrollo de la industria, la urbanización y la modernización de la agricultura, han exigido un volumen de agua cada vez mayor. De este modo, la explotación de los recursos subterráneos se ha ido haciendo cada vez más intensiva y ha dado lugar a la sobreexplotación de los acuíferos de la zona, y a una desconexión entre las masas de agua superficial y las masas de agua subterránea. En consecuencia, la extracción de agua subterránea es una de las presiones más relevantes en toda la cuenca.
El volumen de agua subterránea disponible para atender el abastecimiento a la población y los usos agrícolas en el sistema de explotación Vinalopó - Alacantí es notablemente inferior al volumen asignado para atender los usos actuales (48 hm3/año frente a 113 hm3/año). Y apunta a que la velocidad a la que se está extrayendo agua subterránea es superior a la velocidad de recarga de los acuíferos del propio Sistema de explotación. Además, existe una importante diferencia entre el volumen de derechos de agua concedidos y el volumen asignado (193 hm3/año frente a 113 hm3/año), lo que para el Cedex evidencian un claro desequilibrio en la gestión del recurso hídrico subterráneo.
Estos movimientos migratorios dieron lugar a un fuerte desarrollo urbanístico en la época de los setenta, y que puso de manifiesto la carencia de infraestructuras necesarias en estas aglomeraciones urbanas para garantizar un adecuado sistema de saneamiento y depuración de las aguas residuales que se generaban. En consonancia, los municipios donde se concentra una mayor cantidad de vertidos son Villena, Monóvar, Hondón de las Nieves y Elche.
Por otra parte, y lo que es más visible, en el curso del río Vinalopó existen varios encauzamientos o canalizaciones cuya construcción ha tenido como principal objetivo proteger a personas y bienes frente a la ocurrencia de inundaciones. "Sin embargo, estas obras longitudinales, desde un punto de vista hidráulico, ayudan a aumentar la velocidad del agua y disminuir la resistencia al movimiento y la erosión", y destaca que por ello, lejos de cumplir su objetivo, "incrementan el riesgo y la peligrosidad aguas abajo, alteran la dinámica fluvial —generando cambios en el funcionamiento hidrogeomorfológico y ecológico del río— y aportan una falsa sensación de seguridad a la sociedad".
En Sax, Elda o Elche existe un lecho de hormigón similar, obra revertida en Novelda, con un cauce renaturalizado en el que se han eliminado los canales permitiendo que el río ocupe la extensión que precise, pero dentro de los cajeros laterales, que se han mantenido. Pero no son solo estos cauces hormigonados las infraestructuras que el estudio señala como elementos que presionan al río. Entre ellos están los azudes, que interrumpen la continuidad longitudinal del flujo de caudales, tanto líquidos (agua) como sólidos (sedimentos), y al mismo tiempo, afectan a la movilidad de la biota.
Alteran los procesos de erosión y sedimentación, así como el régimen de caudales, la calidad del agua, o la migración de especies entre otras afecciones. Otro tipo de obras transversales que afectan negativamente a la continuidad fluvial de los cursos de agua son las presas o una gran cantidad de ODT (pasos entubados o marcos), " inadecuadamente dimensionados". Esto origina que los elementos arrastrados por las crecidas obstruyan fácilmente estos pasos y se conviertan en barreras transversales casi permanentes, "limitando de esta forma también la conectividad longitudinal en momentos de aguas bajas o en episodios de crecidas menores".
Por otra parte, y al calos de los desbroces de los cauces o barrancos, otro elemento es el de las especies alóctonas, que compiten con las especies autóctonas por los recursos, luz, agua o nutrientes, así como por el hábitat. Por tanto, su presencia en los ecosistemas acuáticos y ribereños puede afectar a la distribución y crecimiento de otras especies de fauna y flora, desplazándolas o poniendo en riesgo el desarrollo de los procesos ecológicos de sus poblaciones. En el ámbito de estudio se ha detectado la presencia especies invasoras, tanto vegetales como animales.
Otro de los principales daños es la ocupación del espacio fluvial: la pérdida de espacio físico que de forma natural ocuparía el río debida a la apropiación para otros usos y actividades humanas en ese mismo terreno. A lo largo de toda la longitud del río Vinalopó, esta presión se manifiesta en repetidas ocasiones, con diferente grado de intensidad. El estudio achaca este motivo a varios factores, como la falta de delimitación del dominio público hidráulico (DPH) en la cuenca y los retrasos en el procedimiento de deslinde de este dominio, lo que ha favorecido, en algunos casos, la invasión del propio cauce, y en otros, de las márgenes o de los terrenos colindantes con el cauce. Tanto en la comarca del Alto Vinalopó, como en el Camp d'Elx las márgenes del río se encuentran ocupadas por cultivos. Además, existen edificaciones construidas sobre el antiguo cono aluvial, en las inmediaciones de la desembocadura del río Vinalopó en el azarbe de Dalt. Asimismo, estas construcciones están presentes en las márgenes del río en otras zonas de la cuenca.
Los efectos que genera esta ocupación del espacio fluvial son fundamentalmente cambios morfológicos que afectan a la ribera y dificultan la consecución del buen estado en los elementos de calidad hidromorfológicos. No obstante, una de las consecuencias que es más fácilmente percibida por la población son los graves daños que se producen durante las avenidas relámpago, las inundaciones repentinas, en las cosechas, infraestructuras y viviendas que se encuentran situadas en los terrenos que ocupaba originalmente el río.
Sobre los cultivos, otro factor de presión es la agricultura intensiva, que constituye una de las presiones más relevantes que afectan a los ecosistemas de agua dulce de todo el mundo. Desde los productos fertilizantes que se emplean contienen compuestos nitrogenados que, a través de la escorrentía superficial, pueden finalizar en las aguas superficiales y/o subterráneas, alterando su calidad físico-química y los procesos ecológicos que en ellas se desarrollan, a que también supone una presión tanto en las masas de agua superficial como subterránea, ya que representa la mayor demanda de recurso hídrico de la cuenca. La agricultura representa la mayor demanda de recurso hídrico de la cuenca. Según el informe, "esto podría comprometer no solo la capacidad de satisfacer las demandas de otros usos, sino también el cumplimiento de los caudales ecológicos".
Otra presión relevante en la cuenca son los numerosos vertederos incontrolados que se detectaron, por ejemplo del sector del mármol en Novelda o Aspe. También se achaca a la falta de integración de los diferentes planes sectoriales en los planes de ordenación territorial y en los procesos de planificación hidrológica. Otra cuestión, más que fehaciente estos días, el de la falta de coordinación entre las diferentes administraciones con competencias en el territorio.
En el caso de Elche, ya en el tramo de la desembocadura, se observa cómo el cauce ha sido simplificado deliberadamente hasta convertirse en un canal. La imagen del vuelo americano de 1929 todavía muestra el abanico o cono aluvial del Vinalopó, aunque en retroceso por el aprovechamiento de las tierras para el cultivo. Esta modificación de la morfología del trazado en planta es la más importante que se ha constatado en la cuenca del Vinalopó y tiene repercusiones importantes en términos de riesgos de inundación, pues, actualmente, con el trazado rectilíneo del tramo final, el agua circula a mayor velocidad, alcanzando la desembocadura con elevado potencial energético.
Por el contrario, el abanico aluvial que formaba el Vinalopó era la manera que disponía el sistema fluvial para disipar la energía y laminar las avenidas en periodos de fuertes precipitaciones. Además, asociada a esta simplificación del cauce, también cabe destacar la densidad de la edificación, especialmente en la margen izquierda, que agrava los problemas ante episodios torrenciales, como se describe en el siguiente apartado. Para el Cedex, estos datos reflejan que en los tramos urbanos existe un nivel de riesgo mayor que en otras zonas de la cuenca.
Así, los hidroservicios se encuentran distribuidos de forma irregular. En la cabecera desde el nacimiento hasta el azud de Beneixama estarían representados un buen número de ellos, con una buena estructura de ribera lo que aporta múltiples beneficios a los ecosistemas acuáticos y ribereños (retención de sedimentos, nutrientes y sustancias contaminantes, la creación de sombreado en el cauce, la regulación de la temperatura y de la humedad ambiental, estabilidad del cauce o servicios culturales). El estudio destaca que "la función de filtro o retención que presenta la vegetación de ribera es especialmente relevante en episodios de inundación".
En los eventos de avenidas la carga de sedimentos en el cauce y los iones disueltos en la corriente tienden a aumentar, procedentes de las tierras de cultivo adyacentes, mientras que la vegetación ribereña actúa como tamiz de materiales en suspensión, contribuyendo a disminuir la turbidez del agua. Mientras que la vegetación de ribera de la zona alta, caracterizada por una buena estructura y composición, cumple funciones de corredor ecológico y es capaz de proporcionar refugio a la fauna, en sus movimientos entre diferentes territorios, en los tramos desviados y canalizados, los hidroservicios disminuyen
considerablemente.
Esto imposibilita la regulación de avenidas, ya que no existe conexión entre el cauce y la llanura de inundación, se impide la recarga de acuíferos debido a la impermeabilización del lecho, lo que su vez aumenta la velocidad del flujo, incrementando el riesgo aguas abajo en episodios de crecida. Por tanto, en estos tramos fluviales no solo disminuyen los beneficios que reportan, sino que, en algunos casos, aumentan la vulnerabilidad al riesgo de inundación. Una característica común a estos tramos desviados y canalizados es que están desprovistos de vegetación de ribera (figura 107). Esto, sumado a la cobertura del cauce con hormigón, anula el efecto amortiguador de la vegetación sobre la temperatura.
Así pues, desde el informe se enumeran una batería de propuestas amplias y actuaciones concretas con el objetivo de lograr una gestión socio-económica realista, recuperación del territorio y continuidad fluvial en sus tres ejes, mejorar el estado ecológico del ecosistema, mejor calidad química de las aguas o uso sostenible de los recursos. Recomienda desde el aumento de inspecciones a la concienciación y difusión para sensibilizar medioambientalmente. Pero también se propone la revisión de las concesiones de aguas superficiales y su uso (algunos son antiguos, pueden haber dejado de utilizarse o cambiado) para realizar una explotación racional conjunta de los recursos. Lo que podría llevar a algunas extinciones o adaptar las concesiones. Una medida que se indica, "se podría empezar a ejecutar de manera inmediata, ya se ha demostrado como una práctica factible y eficaz en otras demarcaciones españolas como la del Duero".
Otras cuestiones que se abordan y recomiendan son la de actualizar y revisar los deslindes de la demarcación, ya que no actuar ha permitido en parte la construcción en estas zonas inundables pertenecientes al río. También dotar a las depuradoras como la de Algorós, de un tratamiento para la separación del nitrógeno, de forma que mejore la calidad de los efluentes, "y a la vez disminuiría la presión por nitratos procedentes de fertilizantes agrícolas a la que se halla sometido el río y que pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua". A priori, está pendiente su renovación completa y presupuestada.
También se propone la adecuación o eliminación de obstáculos transversales, el retranqueo o eliminación de barreras longitudinales o la renaturalización de tramos urbanos y periurbanos. Para los distintos tramos fluviales de las ciudades, se indica que la abundante vegetación que se agolpa en sus límites, aguas arriba y aguas abajo, "pone de manifiesto la necesidad de recuperar las funciones del río como corredor ecológico", y se destaca que la renaturalización de estos tramos supondría "transformar estas superficies hormigonadas, estériles e inconexas en zonas ecológicamente activas —con diferente grado de actividad según la solución escogida— que permitiría la consolidación de un corredor fluvial continuo en el río Vinalopó, ofreciendo así una mayor diversidad de servicios ecosistémicos a la población".
Aquí cabe destacar que Medio Ambiente planteó la renaturalización de la desembocadura del río Vinalopó. Esta actuación, impulsada por el Botànic pero en ejecución ahora, planteaba intervenir en el azarbe en el que desemboca el río, con la renaturalización de los terrenos y laminación de las aguas, pero al no lograr acuerdos con los propietarios, el Consell está actuando en el tramo anterior, donde se han impermeabilizado terrenos para eliminar especies invasoras.
En ese sentido, el Cedex propone también "encarecidamente" en el informe que todas las administraciones competentes coordinen sus esfuerzos y revisen las edificaciones existentes para adaptarse a las disposiciones que establecen las diferentes normativas de aplicación. Por todo lo expuesto, se debe tener presente que los escenarios que se proponen son solamente un ejemplo de los diferentes trazados en planta que podrían diseñarse para reducir el riesgo de inundación con los condicionantes propios de este tramo de estudio. Sin que ello signifique que no se puedan proponer nuevos escenarios o combinar las propuestas para los problemas descritos. Con todo, el estudio reconoce que si bien la condición ideal sería recuperar la morfología natural en forma de cono aluvial, "es presumible que, a día de hoy, no sea posible alcanzar esa imagen de referencia que muestra el vuelo de 1929".
Además, en los nuevos desarrollos urbanísticos se recomienda incentivar el establecimiento de redes de saneamiento separativas de aguas residuales y pluviales con objeto de reducir los caudales punta de entrada a las EDAR, y evitar los vertidos de aliviaderos, para reducir la contaminación por sólidos gruesos y flotantes en el medio receptor. Y en especial, en el desarrollo de nuevas zonas industriales, como por ejemplo en la ampliación de Elche Parque Empresarial, cosa que se ha hecho, con la futura generación de parques inundables en el proyecto.
Por otra parte, sobre el mantenimiento de la vegetación de ribera y revegetación de márgenes, el plan propuesto establece a modo de guía cuál sería la forma de actuar, con una planificación previa. Lo primero que apuntan es que es conveniente realizar un inventario forestal del tramo en el que se vaya a operar, y si fuera posible, sería aconsejable extenderlo a todo el curso fluvial del Vinalopó.
En paralelo a los estudios específicos para determinar el régimen de caudales ecológicos, sería necesario analizar el régimen hidrológico, la morfología fluvial del tramo —o del curso completo preferentemente— y su relación con el estado de la vegetación sobre el cauce de aguas bajas. También un diseño y planificación temporal de los trabajos selvícolas sobre la vegetación ribereña existente, utilizando como orientación las guías de buenas prácticas de conservación y mantenimiento de cauces.
Para ello hay que tener en cuenta que es "extremadamente importante la adecuada elección del momento de la ejecución de los trabajos". En el caso del apeo y los desbroces sería, de forma general, antes del inicio de la parada vegetativa, mientras que para la poda es recomendable al término de la parada vegetativa, siempre antes de la salida de las hojas, ya que se trata de un momento con mayor actividad fisiológica que favorecería la pronta cicatrización de las heridas ocasionadas.
Así pues, en pleno debate sobre cómo actuar en barrancos, ríos y zonas inundables tras la Dana, cabe recordar la existencia de planes y estudios ya elaborados como este del Cedex de 2020, de quienes sobre todo se destacó su propuesta de eliminación del hormigonado en Elche, si bien sus propuestas y análisis van mucho más allá en este documento. En todo caso, estos planes, de envergadura, suelen quedar en un cajón por la envergadura de su ejecución para una única administración, como ya ocurrió con la ambiciosa propuesta de actuaciones de paisaje del Pativel entre Elche y Alicante. En cualquier caso, las iniciativas de actuación en el Vinalopó siguen llegando en el tiempo, un tema en constante debate, como el pasado abril, con técnicos provinciales proponiendo actuar sobre el río poniendo como ejemplos modelos cercanos como el río Tarafa en Aspe.