Reunión de la junta directiva de Coepa con el presidente de CEV, Salvador Navarro, en mayo. Foto: ALICANTE. "Quizá haya que llamarlo Cepal bis, o buscar otro nombre". La broma la pronuncia uno de los asistentes a la última asamblea informativa de Coepa, convocada por Francisco Gómez para informar del proceso de liquidación de la patronal alicantina, 39 años después de su creación, y para proponer a las asociaciones sectoriales y federaciones integradas en la patronal en liquidación que impulsen la creación de una nueva. Una fórmula obligada por la liquidación de la patronal, que era una de las fundadoras de la 'no-nata' Cepal, pero que en realidad tiene mucho más sentido.
No eran pocos los empresarios alicantinos que, al menos en privado, expresaban sus dudas sobre la fórmula elegida por Coepa y Cepyme para crear la nueva patronal, y que no era otra que convertirse ambas en fundadoras. Una condición que se explicitaba de forma especialmente gráfica en los estatutos remitidos a la Generalitat (rechazados por su ambigüedad sobre el ámbito territorial), y que extendía algunas sombras sobre el futuro de la patronal única alicantina. Si Coepa era fundadora y socia de Cepal, y esta condición mediatizaba completamente el funcionamiento de la nueva entidad, ¿no podían los exempleados de la patronal reclamar a Cepal los impagados de su fundadora?
Así, la necesidad podría haber hecho virtud en este caso: la liquidación de Coepa obliga a que sean sus socios, y no la propia patronal, los que funden otra plataforma si quieren tener una voz propia y diferenciada de la CEV autonómica en representación de los intereses empresariales de Alicante. Tal como publicó Alicante Plaza el martes, son varias asociaciones sectoriales las que se han involucrado en elaborar una nueva propuesta de estatutos (basada en los descartados de Cepal) para contrastar sus trabajos en el plazo de un mes y activar la nueva patronal cuanto antes.
Entre los colectivos que se han sumado a la propuesta de Gómez para poner en marcha una nueva patronal provincial y se han implicado en el proceso destacan algunas asociaciones de renombre, pero también otras minoritarias. En la mayoría de los casos, aunque no en todos, representan a sectores muy atomizados o con empresas de ámbito estrictamente local, que consideran que sus intereses 'territoriales' no tendrían cabida en la acción diaria de la CEV, según las fuentes consultadas.
Así, al frente del proceso se ha situado la Asociación de la Empresa Familiar (Aefa) que preside el propio Gómez, junto a la otrora poderosa Federación de Obra Pública de Alicante (Fopa) que preside Javier Verdú (del Grupo Los Serranos), una de las sectoriales que mayor lealtad ha mostrado al presidente de Coepa en su rifi-rafe con el presidente de CEV, Salvador Navarro. También presentarán propuestas para los nuevos estatutos, según las mismas fuentes, la federación de transportistas Fetrama o la de promotores inmobiliarios Provia.
También dieron un paso adelante la Asociación Española de Componentes del Calzado (AECC), la misma Avecal de Marián Cano que se ha asociado a la CEV, la Asociación de Empresas de Hostelería (APEHA), la Asociación de Mayoristas de Alimentación, la de montadores eléctricos Apeme, la Asociación de Mujeres Empresarias (AEPA), la de empresarios de óptica Aesop, la de empresas de limpieza Aelpa, la Asociación de Empresas de Biotecnología (AEBA) o la Asociación Provincial de Autoescuelas.
Otras sectoriales presentes en la asamblea mostraron también su disposición a colaborar en el nacimiento de la nueva patronal, y a someter a aprobación en sus respectivos órganos de gobierno la adhesión de sus asociaciones a la nueva confederación empresarial. Hay, no obstante, algunas ausencias llamativas, como la federación de comerciantes Facpyme, que abandonó tanto Coepa como Cepyme y que ahora forma parte de la CEV a través de Covaco; la del metal Fempa, que fue la primera en abandonar la patronal alicantina para abrazar el proyecto autonómico (tras años de pleitos con las sucesivas directivas de Coepa) y que ahora también ha dejado Cepyme, o la hotelera Hosbec, que mantenía la doble adscripción hasta la liquidación de Coepa.
En cuanto al final de la patronal alicantina, Coepa pidió la semana pasada al juez del concurso abrir la fase de liquidación, al no poder cumplir el plan de pagos al que se comprometió con los acreedores: el embargo de sus cuentas por orden del Servef, que reclama 2,3 millones de euros por las subvenciones concedidas en su día para el centro de oficios. Asimismo, la patronal dejará que decaiga la solicitud de inscribir los estatutos de Cepal, paralizada por la Generalitat hasta que se aclarasen ciertas ambigüedades en su ámbito de actuación (Coepa y Cepyme pretendían que fuera autonómica como medida de presión a la CEV)
