ALICANTE. Estruendo, decibelios, el sonido de los petardos; cuellos vueltos hacia arriba, sosteniendo las miradas de admiración que se posan sobre las esculturas de colores, algunas reivindicativas y con figuras caricaturizadas (otras inofensivas), representantes, todas tan detallistas como hechas a lo grande y listas para sentir cómo el fuego recorre sus estructuras; calles exentas de coches y abarrotadas de peatones; música que suena a fiesta y huele a pólvora. No existe nada más alicantino que las Hogueras. Con ellas, junio eleva su vida urbana y sus actividades gastronómicas, culturales y de ocio en la ciudad, con iniciativas tan diversas como la salida fotográfica de Hogueras de Alicante, que se celebra hoy viernes, 21 de junio, y está organizada por La Escuela de Fotografía Mistos, una ruta que consiste en "dar un paseo, una vuelta por las hogueras, aprovechando que hay un montón de gente y que uno puede hacer fotografías de una manera más desapercibida", sostiene el director de la Escuela Mistos, José Luis Carrillo.
El recorrido parte desde la ubicación de la escuela para acabar en ella misma, pero dentro de esa ruta circular se visitan las hogueras localizadas en la Plaza Séneca, la Diputación, la Plaza Muntanyeta, el Mercado Central, el Ayuntamiento y el puerto. Unos lugares especiales por resultar emblemáticos para la fiesta del fuego y la pólvora: "La hoguera del Mercado y la del Ayuntamiento son espectaculares en cuanto a tamaño y dimensiones, y también visitamos el puerto por su ubicación", justifica el director. Y añade que procuran moverse "por sitios abiertos como Alfonso el Sabio o la Rambla", debido a que eso les ofrece un mayor "espacio para tomar las fotos, justo lo contrario de lo que sucede con las calles estrechas o las hogueras que están encajonadas en lugares cerrados".
Este suma el séptimo año que desde Mistos se lleva a cabo la salida de Hogueras, un acontecimiento anual que, al final, "se ha convertido en un sello de identidad de la escuela", califica Carrillo a una iniciativa que se realiza, con carácter exclusivo, durante esta celebración alicantina. "Debido a que una de las especialidades de nuestra escuela es la fotografía urbana, decidimos idear una ruta trazada donde cada uno de nosotros va ofreciendo su visión personal de la fiesta, las hogueras, del bullicio, de la gente", revela. Y subraya el hecho de hacer "hincapié en la calle como punto de encuentro" y de aprovechar "la fiesta de las Hogueras para programar una salida fotográfica, ya que, de esta manera, resulta más fácil organizar este tipo de eventos".
Dentro de esta modalidad urbana, se busca o se suele repetir un mismo patrón en las fotografías: "Aprovechando que están las hogueras, se juega mucho con las escalas, puesto que estas figuras rompen las dimensiones y permiten ofrecer una imagen novedosa", expone. Pero añade que también "se toman muchas fotos que inciden en el bullicio, en el hecho de que hay mucha gente concentrada en muy poco espacio". Para tener una idea de cómo captar los momentos típicos de este pedazo de la tradición de la Costa Blanca, los y las asistentes a la salida suelen contar con unas nociones o conocimientos previos sobre fotografía y composición, según concreta el director, porque "acostumbran a venir estudiantes de la escuela que ya arrastran una cierta trayectoria". Sin embargo, en el perfil referente a la edad no predomina ningún rango, ya que suele ser "bastante amplio, bastante variado".
Este colectivo de cazadores de instantes suele estar compuesto por menos de una treintena de integrantes para resultar "un grupo viable", razona Carrillo. "Sin embargo, nunca hemos llegado a ser más de treinta, pero en el caso de que lo fuésemos, ya veríamos lo que hacemos, porque tampoco le vamos a decir a alguien que no venga", apunta. Y comenta que se fija este aforo "por la organización, por no ser excesivos y por no llamar demasiado la atención". Después de haber invertido un día recorriendo las calles vestidas de fiesta para inmortalizar a sus protagonistas, "más adelante, el día 28, quedamos para hacer una puesta en común y visionar las fotografías que hemos tomado durante ese día", expone, aunque lejos de exponerlas o de presentarlas a concursos, "cada uno se guarda sus fotos", comenta.
El Premio Nacional de Fotografía 2024 se encuentra con la obra de Gabriel Cualladó, primer receptor del galardón, en el IVAM