Hay síntomas de la fortaleza económica de Alicante tras el ejercicio 2020 y uno de ellos es el apetito que han despertado, entre grandes grupos nacionales y multinacionales e inversores privados, multitud de empresas con sede en la provincia. Así, 2022 se ha convertido en un año de récord también en operaciones corporativas no solo en pequeñas, y a veces poco conocidas empresas, sino también sobre buques insignia del tejido alicantino
La ansiada recuperación se debía dar en 2022, pero ha habido motivos de sobra para que se ralentizase: el precio de la energía y la crisis de materias primas, y una guerra al lado de casa. Unos factores que podrían llevar de nuevo a la provincia hacia la recesión. Sin embargo, las empresas han aguantado el embate y no parecen del todo pesimistas