Estrellas Michelin cocinan los menús de Alicante Gastronómica en navidad (FOTOS: Pepe Olivares)
Estrellas Michelin cocinan los menús de Alicante Gastronómica en navidad (FOTOS: Pepe Olivares)
FOTOS: Pepe Olivares
ALICANTE. La iniciativa solidaria liderada por la feria gastronómica de Alicante, el proyecto Alicante Gastronómica Solidaria, vuelve un año más a reforzarse para que ni un solo hogar se quede sin comida en estos días festivos. Además de continuar con su servicio de cocina, sirviendo menús para llevar todos los miércoles, sábados y domingos, el esfuerzo se duplica para llegar a todas las familias vulnerables en Nochebuena, Navidad, Nochevieja y el día de Reyes. Una labor en la que se han implicado, de nuevo, cocineros con estrella Michelin y sol Repsol de la provincia. Si el año pasado repartieron 5.000 menús, serán 6.500 esta vez. “Lamentablemente, en los últimos meses se ha ido incrementando la demanda”, explica Carlos Baño, presidente de la Cámara de Comercio, entidad impulsora de esta iniciativa solidaria junto con una larguísima lista de colaboradores.
Alicante Gastronómica Solidaria atiende las demandas de las ONG y hace reparto directo en estos días navideños. “Hay colas de sesenta o setenta personas esperando esta comida en zonas deprimidas de la provincia, con hogares con niños en los que no tienen ni para pagar la luz”, lamenta Baño. No obstante, con el esfuerzo de una cantidad ingente de voluntarios, se han propuesto paliar esas dificultades, con el valor añadido de disponer de algunos de los mejores cocineros de la provincia: Cristina Figueira, Ferdinando Bernardi, Pablo Montoro, Aurora Torres, Paco Cano y el maestro pastelero Paco Torreblanca.
Estrellas Michelin cocinan los menús de Alicante Gastronómica en navidad (FOTOS: Pepe Olivares)
FOTOS: Pepe Olivares
“Vengo todos los años porque esta es una colaboración muy importante ya que hay muchas personas que en estos días viven una situación que no se debería dar; en estas cocinas no nos falta de nada, estamos bien equipados trabajando como en un negocio, pero es un negocio solidario ya que aquí no cobra nadie, sino que se hace con cariño y corazón”, describe Torreblanca. “Aquí se sucede una mezcla de emociones ya que te diviertes trabajando con amigos y compañeros, pero al mismo tiempo sabes que estás trabajando para gente sin recursos, que lo necesita y, por tanto, sientes esa responsabilidad y nostalgia, sobre todo, quienes no hemos sido ricos de cuna y hemos sentido esa necesidad alguna que otra Navidad”, destaca Aurora Torres. “Es una pena que haya tanta gente para la que cocinar; siempre hay que sacar un poquito de tiempo para poder colaborar”, sentencia.
“Nosotros hemos estado en todas las ediciones y me siento orgulloso de haber participado en la primera acción, cuando lo pusimos en marcha en las cocinas de la CDT de Alicante”, destaca Paco Cano. “Hay muchas cosas que tenemos en común en estas cocinas y en las de nuestros negocios, que es la pasión, el corazón y muchas ganas de hacerlo bien para preparar un menú a gran escala que tiene muchísima ilusión en la elaboración y además está de categoría”, afirma el cocinero. “Hay dos tipos de cocina; la que se hace bien y la que se hace mal, y esta es cocina bien hecha intentando dar lo mejor de nosotros mismos”, añade Cano, quien asegura que seguirá participando las veces que haga falta. “Es una auténtica barbaridad y una pena muy grande, que en los tiempos que corren haya tanta gente que no se puede valer por sí misma para poder alimentar a su familia y vivir con dignidad tirando para adelante”, lamenta.
“Dice el ‘dicho’ que hay más felicidad en dar que en recibir y la verdad es que uno se siente muy agradecido de poder colaborar en esta maravillosa iniciativa y ver cómo ha progresado”, afirma Cristina Figueira. Hay cocineros y gente que nos es cocinera, pero que puede echar una mano en cualquier función complementaria. “Aquí todos somos necesarios y todos hacemos de todo; en la cocina se puede ayudar de muchas maneras”, apunta la chef. “Da mucho que pensar que haya tanta gente que necesite toda esta comida, así que debemos ver qué podemos hacer cada uno en su campo, desde lo que sepa hacer, para poder aportar”.
“Yo me pasé toda la pandemia trabajando en las cocinas de Alicante Gastronómica Solidaria y sigo viniendo a menudo”, recuerda el cocinero alicantino Pablo Montoro. “Tenemos que dar felicidad a la gente que lo necesita”, afirma. Una responsabilidad que asume con emotividad. “Hay que hacer esta labor altruista porque hay mucha gente que lo necesita y es muy duro que esto suceda”, sentencia.
También repite Ferdinando Bernardi, recientemente reconocido con la estrella Michelin. “Colaboro desde el principio y es bonito ver cómo el proyecto va creciendo disparadamente”, explica sobre esta iniciativa. “Satisface unas necesidades básicas y está adaptándose a esa demanda”, explica el cocinero de raíces italianas que, sin embargo, ve similitudes con las costumbres de su tierra de origen. “La cocina española y la italiana son muy parecidas”, recuerda, al tiempo que hace una propuesta para el 2024. “Debemos hacer un equipo de chefs para que podamos venir aquí cada vez que lo necesiten, porque esto es muy necesario”, propone.
Alicante Gastronómica Solidaria no está solo hoy. Este es el día en el se hace un llamamiento especial para que participen todas las personas que quieran ser voluntarias en este proyecto que nació en plena pandemia, cuando se tuvo que aplazar la feria Alicante Gastronómica. Entonces, la organización decidió que no podía quedarse de brazos cruzados e impulsó una iniciativa solidaria para llevar comida a las personas que no podían salir de casa o estaban en la calle. “Gracias a estos cocineros que están hoy aquí, y a muchos otros colaboradores, surgió este proyecto que sigue en funcionamiento y creciendo”, destaca Carlos Baño.
“Hablamos con todo el sector y fue increíble la reacción, porque no solo ofrecieron sus manos, sino que todas las asociaciones y empresas nos dieron sus productos para poder hacer menús”, recuerda el presidente de la Cámara de Comercio. Empezaron haciendo 300 menús en Alicante y a la semana siguiente se extendió a toda la provincia, lo que les trasladó a trabajar en todos los CDT del territorio, haciendo hasta 3.000 menús. “Esta bendita locura nos ha llevado a haber realizado ya más de 800.000 menús”, apunta.
El acogimiento de refugiados de la guerra en Ucrania fue un punto de inflexión, que les hizo dar un salto en esas cifras. “Luego, nos hemos ido reconvirtiendo, haciendo repartos en la calle todos los miércoles, sábados y domingos, pero también damos menús todos los días a distintas ONG y otras organizaciones, para seguir abasteciendo a toda la provincia de Alicante”, relata. Están abiertos a seguir trabajando y colaborando, pero todo esto no sería posible sin las más de 8.000 personas voluntarias que han pasado por Alicante Gastronómica Solidaria, y más de 400 empresas colaboradoras que ayudan día a día. “No sé cómo hemos conseguido hacer este milagro”, confiesa.
Además, la Cámara de Comercio ha convertido esas cocinas en una escuela. Por sus fogones han pasado más de 500 jóvenes en riesgo de exclusión social a los que se les ha enseñado el oficio de la cocina. “Aquí les damos una educación y formación en diferentes ámbitos de este sector; la mejor forma de lograr la integración social es a través de la empleabilidad”, explica Baño. “No solo damos de comer, sino enseñamos a cocinar, a ganarse el pan”, sentencia.