-¿Los empresarios tiene más problemas ahora con los gobiernos del cambio surgidos a raíz del 2015?
-Los problemas son permanentes. Destaca sobre todo el tema de Urbanismo en el Ayuntamiento de Alicante- Es un tema complicado y por la interlocución, sigue siendo cero. Después de que se le ha dicho con el tema del catálogo de zonas protegidas de Alicante, pues debería usted (en referencia al concejal Miguel Ángel Pavón) hablar con los empresarios. El gran problema es que el político intenta politizar al funcionario. Han intentado poner a más gente para salvar a los funcionarios con el puesto fijo. Y yo no me creo que haga falta tanto personal para el área de Urbanismo. Por otra parte, creo que se deben superar el tema de las afiliaciones de los empresarios cuando se presenta un proyecto, entre otras cosas, porque los empresarios no deben tener color político. Y lo que hay que valorar son los proyectos por sus números y no por quién lo traiga. Por desgracia sigue pasando mucho.
-¿La recuperación económica es sólida?
-Falta mucho para hablar de recuperación económica plena. En la provincia de Alicante, los datos son peores. El informe de Ineca lo deja bastante meridianamente claro. El sector industrial se destruyó mucho al principio de la crisis con el cierre de la fábrica de cemento o de la embotelladora de Coca-Cola. Empresas grandes que se marcharon y otras que quebraron. Yo no entiendo que Alicante deba tener un modelo económico definido y exclusivo. La historia nos dice que hemos tenido muchas ramas económicas.
-¿Qué alternativas propones?
-Siguen habiendo otros problemas como que las empresas siguen sin tener confianza para hacer inversiones; el mercado financiero es débil, hacen falta medidas específicas para las pymes, y, sobre todo, hace falta poner reglas del juego que cumplan todos. Y eso pasa con las grandes corporaciones, que no pagan a los proveedores en tiempo y forma. De hacerlo, el dinero fluiría. Ese tipo de cosas es lo que hace falta que la administración lo regule y proteja el tejido empresarial de las pymes. Las grandes empresas se protegen esas solas. Y a ello, se añade que nos están quitando todas las bonificaciones y ahora el Gobierno valenciano está anunciando la creación de nuevos impuestos, será algo kafkiano porque yo no sé que más se puede someter a gravamen. Esto no es el caldo de cultivo que necesitan las pymes y no genera dinamización económica.
-Temes también nuevos impuestos del Gobierno central...
-Nuestros políticos han demostrado, tanto a nivel central como autonómico, que sólo saben dinamizar las arcas públicas a base de subir los impuestos. Por tanto, suspenso para todos. Si algún de ellos, hubiera manejado una empresa, sabría que eso no es así. Pero lo que pasa es que todos son funcionarios. Y el único conocimiento que tienen de las empresas es por televisión. Tienen el síndrome del veterinario, que no pueden recetar a personas. Nuestros políticos tienen un divorcio de conocimiento absoluto con el tejido empresarial.
-Qué sabe de la cooperativa Denaria que se intentó poner en marcha hace un tiempo...
-No se pudo llevar a cabo porque los requisitos que marca el Banco de España es que en la creación debe haber un núcleo muy pequeño y muy potente de inversiones. Y nosotros, teníamos una gran cantidad de gente que ponía poco dinero. Por eso, el Banco de España no lo ve con buenos ojos porque el músculo que puede tener una entidad en su nacimiento no lo asocia a muchos inversores, sino a una cantidad pequeña de socios pero con mucho volumen. Además, voluntad política no hubo en ese momento. Es más, había miedo porque las cajas de ahorros valencianas habían caído. El modelo cooperativo no le gusta al político porque es un modelo muy independiente. No gozó de los apoyos suficientes en el ámbito político.
-¿Te vas a volver a presentar a la presidencia de Cepyme?
-Al final de este año se cumple el plazo para poder convocar las elecciones. Me hubiera gustado aplazar la convocatoria hasta que se hubiera estructurado más el modelo patronal. Hemos perdido mucho tiempo con los enfrentamientos. Por una cuestión de responsabilidad, hay que incidir en mejorar lo que hay e intentar que estemos todos juntos. Y si se consiguiera y hubiera un planteamiento más estable, optaría por marcharme. Por responsabilidad, no debo marcharme ahora mismo. No obstante, el proceso para presentarse está abierto, y viene alguien con un proyecto mejor que el mío, no tengo ningún problema en que alguien dé el pasado adelante.