ALICANTE. Vox cierra la primera ronda de encuentros políticos sobre el presupuesto del Ayuntamiento de Alicante para 2023 sin despejar la incógnita de su aprobación. Lo cierto es que el encuentro entre sus dos representantes, Mario Ortolá y José Bonet, con la edil de Hacienda, Lidia López, celebrado este jueves tuvo un desenlace similar al registrado en las citas previas celebradas con los ediles de PSOE, primero, y con los de Unides Podem EU y Compromís, después: el de la insatisfacción.
No es una conclusión novedosa, a tenor de la evolución de las negociaciones registradas en la tramitación de los tres presupuestos precedentes aprobados este mandato, ya que las cuatro fuerzas que ejercen funciones de oposición expresaron su desagrado con las distintas planificaciones económicas presentadas por el equipo de gobierno (PP y Cs) en esos tres años al término de los primeros contactos. Y, a la postre, las cuentas se acabaron aprobando en los tres ejercicios gracias al respaldo explícito (voto a favor) o tácito (abstención) de Vox (en 2021, también con la abstención del PSOE tras la firma de un acuerdo negociado con los representantes de Cs).
Sin embargo, en esta ocasión -quizá en busca de una diferenciación política en la antesala de las elecciones municipales de 2023-, Vox sí ha intensificado el mensaje del desencuentro con el equipo de gobierno al incidir en el rechazo a uno de los planteamientos a los que se da alas en los presupuestos: las obras de reurbanización de calles para calmar y reducir el tráfico en los anillos del Centro Tradicional y de la Gran Vía para implantar la llamada Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
Así, su portavoz municipal, Mario Ortolá, incidió en que "va a ser difícil llegar a un acuerdo puesto que estos son los presupuestos de la Zona de Bajas Emisiones y de la restricción de derechos de los ciudadanos con la instauración de un 'Alicante Central'", señaló. "Son unos presupuestos alineados en la lucha contra el cambio climático en los que se ha comprado el mensaje de la izquierda, y nosotros estamos en la posición de defender a los sectores de la hostelería y el comercio que están en serio peligro con esas restricciones de libertades", insistió.
En esta línea, a la espera de conocer el detalle de la propuesta, ya que "todavía no conocemos el borrador, que sigue en fiscalización en Intervención", Ortolá recalcó que "los presupuestos no nos gustan porque están centrados en la acción contra el cambio climático", pese a que ha reconoció que sí existen otros elementos que encajarían con las posiciones defendidas por su partido, en la línea insinuada por PSOE, Unides Podem EU y Compromís. Entre ellos, el portavoz de Vox citó los recortes en las partidas asignadas a áreas como Cooperación e Inmigración, "que pensamos que todavía se pueden reducir más". Es más, anticipó que su intención es solicitar recortes adicionales en esas áreas, así como la eliminación de toda asignación económica al área LGTBI. De igual modo, apuntó que trasladarán propuestas para incluir inversiones en los barrios, en el caso de que se convoque una segunda reunión o que se les emplace a la presentación de enmiendas.
Al margen de todo ello, Ortolá insistió en otro factor de revisión adicional a la hora de decidir cuál podría ser su posición de voto en cuanto la propuesta se eleve a la consideración del pleno (en una fecha todavía por determinar, que el bipartito pretende situar antes de que concluya el año). Se trata de la comprobación de cuáles de las medidas negociadas en la confección de los presupuestos de 2022 -cuando PP y Cs admitieron todas las enmiendas presentadas por Vox consideradas técnicamente válidas- se han llegado a cumplir y a ejecutar de manera efectiva para evaluar el cumplimiento de los acuerdos alcanzados por parte del bipartito.