Cultura de club, convivencia, suburbanización del ocio nocturno, herencia de la Ruta o necesidad de una comisión nocturna que intermedie entre municipios e iniciativas. Dos de las caras más reconocibles de la escena, conversan
VALÈNCIA. ‘El Pedro Pascal de la noche’, dirá Yasmina Elkak, conocida como Yas, al reencontrarse con Luis Donat. ‘Nos conocimos en Pachá’, dirá Donat. Aunque apenas han coincidido, son dos de los rostros habituales en la creación de una escena musical nocturna en València. Donat acaba de llegar de Días de Campo, el festival electrónico del colectivo theBasament, al que pertenece, Yas -de regreso a Benimaclet- comanda las fiestas Neowarras, proyecto en alza que busca alterar las etiquetas.
Si en otras campañas electorales fue recurrente la tonadilla al respecto del ocio nocturno, de la posibilidad de crear una figura intermediaria e imparcial entre municipio e iniciativas de ocio, en estas últimas semanas la cuestión ha pasado desapercibida. Un indicador del estado de desconexión entre ambas partes. Hablarán del porqué de su oficio, de la gentrificación de su actividad, de la sombra de la Ruta, de la necesidad de crear industria y de dejar de mirar desde la nostalgia.
-¿Cuál fue vuestro comienzo en la noche?
-Yas: Colándome en Las Ánimas del Puerto, cuando tenía 14 o 15 años, con el DNI falso. Luego ya a los 16 iba a The Mill, que luego sería La 3, como mucha de la gente que ahora tiene los treinta. A los 21 me fui, a Londres primero, donde comencé a investigar más sobre la programación que existía en cada club, saliendo a fiestas queers, donde me sentía más cómoda, donde sabía que nadie me iba a acosar ni decir nada. Luego, el año que estuve en Berlín, me voló la cabeza. Por su sentido de comunidad, un cuidado hacia el sonido, los protocolos dentro de la sala, una comisión nocturna que vela por los intereses de la sala… Siempre he creído que un club es una buena manera de conocer la cultura de un lugar. Te da pistas sobre cómo se relaciona la gente, qué música les gusta.
-Donat: Además de salir, sobre todo lo que he hecho es trabajar de noche. Empecé en The Face, sobre 1999. Un tiempo donde era relaciones públicas puro y duro. Aprendí el negocio de la música a través de un grupo inglés que venían de Ministry of Sound y tenían una discoteca que se llamaba Guru. Vi cómo se trabajaba un producto, la inversión, la promoción… Cómo los cachés que pagas por unos Djs repercute en la venta de tickets. Conocí cómo se podía transmitir cultura desde la noche con Le Club: la importancia de trabajar la programación y lo que la envuelve.
-¿Qué es lo que más os interesa del sector en el que trabajáis?
-Yas: La capacidad para generar puntos de encuentro, de reunión con gente con la que tienes mucho en común. Ese hedonismo. Tampoco quiero enmarcarlo solo en la noche, porque el día también es igualmente disfrutable, lo que pasa es que en esta ciudad no existe esa costumbre como en otras ciudades. Es ese punto de de dejarse llevar, poder tener conversaciones muy distendidas. He hecho muchas amistades que me duran a día de hoy. Aunque eso solo es una parte, lo que más me gusta de esto es desarrollar un concepto de fiesta donde se defina cuál va a ser el género musical, cómo va a ser el estilo. Si va a ser más colorido, si va a ser más oscuro, más maketo, más gótico. Y la política del protocolo: qué tipo de fiesta. Puede ser kinki, puede ser más pop, puede ser muchas cosas.
-Donat: Hay una nueva generación que explora de manera más abierta. El abanico es más amplio, hay como muchas tendencias diferenciadas que sin embargo consume la misma gente. No hay tanto clasismo a la hora de juzgar una propuesta. Antes era más sota, caballo y rey.
-Yas: No no lo he vivido, pero la València de de los años 80 me da la sensación -por lo que me han informado- que también se mezclaban muchas tribus urbanas y además los Djs mezclaban diferentes géneros, era como muy poco ortodoxo. Lo que me da la sensación es que cuando vieron el negocio de la fiesta, se empezó a perder el aspecto más cultural. Surgió una necesidad de que las fiestas se definieran en plan ‘esto es minimal, esto es comercial, esto es techno, esto es lo otro’. Ahora creo que hemos vuelto un poquito a mezclar géneros sin parar. Me es muy difícil cuando me preguntan ‘oye, qué se escucha en tu fiesta’. Un dj de 25 años te va a poner un techno durísimo con música traída de TikTok. Mezclado todo sin parar. Realmente es difícil de clasificar. Le llamo ‘club deconstruido’.
-¿Cuál es la causa de ese fin de los géneros?
-Donat: Es totalmente internet. Antes a la hora de de vestir, encontrar la gorra que querías llevar, te exigía tiempo y te hacía definirte más en una tendencia. Internet ha cambiado todo y lo ha hecho super rápido. Quizá demasiado. Pero también provoca públicos quizá más abiertos, que quieren ir más allá de un solo estilo.
-Hablaba Yas del poco recorrido en València de la electrónica diurna…
-Yas: De hecho la primera fiesta de Neowarras empezó en horario de after porque era mi sueño empresarial. Echo en falta que en una ciudad como València, con tantas horas de sol, no haya más matinés.
-Donat: Se puede aprovechar mucho el día, pero también es verdad que he salido de noche más que el camión de la basura…
-Yas: Es que eso de dejarse caer en una discoteca porque sí… Para eso prefiero irme a mi casa a ver los Bridgerton. En Madrid, en Barcelona y en Ibiza (siempre miramos a Barcelona pero Ibiza es nuestra vecina) sucede. Con todos los espacios públicos que tenemos aquí, vamos a dinamizar más el día, el aire libre, los museos… Muchos amigos que vienen de fuera me dicen: ‘pensábamos que València era un poquito más divertida, que tenía más opciones de ocio…’.
-Donat: A nivel electrónica si te sales de Spook, Oven, Gordo o theBasement de manera puntual, hay muy poca oferta.
-Yas: Zulu, en Aldaia, en el antigua Ágora, están haciendo cosas muy interesantes aunque están muy fuera del foco.
-Donat: No tengo ni idea por qué sucede pero es una putada, porque los empresarios tiran a lo comercial siempre.
-Yas: Hay un poco de miedo. Hace falta que las nuevas generaciones vayan educando, empresarios con inquietud cultural. Ha habido muchos monopolios que no han pensado en la programación. Ha impedido el relevo generacional. Es por una falta de espacios donde se haya podido pinchar. Hay muchos referentes en Catalunya, en Galicia, en Granada… ¿En València qué ha pasado?
-Donat: Lo dicen en uno de los capítulos de La Ruta: lo ponemos todo grande y cuando ya lo tenemos hecho… No ha habido un mantenimiento de cultura. Nos cuesta sostener las tendencias.
-Yas: Nos hemos aferrado precisamente a la memoria de la Ruta porque es de lo poco que se tiene. Tenemos la autoestima muy dañada. Mirar al pasado de la Ruta es un poco cansino, pero…
-Donat: Al menos ha comenzado a limpiarse su reputación. Donde la cagamos muchísimo fue con la apuesta por el remember.
-Yas: Al principio, en la Ruta, la gente tenía una ilusión por la música, fuera de grandes empresarios. Se mezclaban muchas tribus. Muchos sellos, muchos productores. Había una cultura musical brutal.
-Donat: Sobre todo la mezcla, lo importante es la mezcla. Los guetos no son buenos.
-¿Por qué es necesaria la figura de un conector entre instituciones públicas y salas?
-Donat: Para mantener una cierta imparcialidad, no se puede ser empresario de la noche y al mismo tiempo velar por los intereses comunes. No puedes hacer esta labor teniendo siete discotecas.
-Yas: La comisión nocturna, en Berlín -que justo me ha llamado para a un panel en el Sónar donde voy a estar hablando de la noche valenciana- se dedica a conectar con los clubs y trasladar sus mensajes al ayuntamiento. Un alcalde de noche sobre todo debe mirar por la ciudad, porque tenga un ocio bien regulado, dinámico, divertido. Que se pregunte cómo hacer crecer el ocio: ¿debe quedarse en la ciudad o salir afuera?, ¿cómo traer más colectivos?, ¿cómo hacer que los espacios públicos sean parte de esa escena? Es tomarte un club igual de en serio que un teatro o que una banda indie.
-Donat: Garantizar la igualdad entre los distintos proyectos: de nivel de sonido, de límite en las entradas gratuitas…
-Yas: Compartir las buenas prácticas. Se vio con los casos de sumisión química. Faltaba un organismo con conocimiento que con agilidad supiera afrontarlo.
-¿El futuro del ocio nocturno está fuera de las ciudades?
-Yas: La ciudad ya no es un sitio para el ocio nocturno. Si quieres tener una experiencia de usuario excepcional, si quieres que la fiesta te dé los menores problemas posibles, diseñarla un poco como quieres, tiene que ser fuera de la ciudad. Aunque me cuesta mucho educar a la gente a ir fuera del centro, por los 20 años que ha habido de ir a Russafa porque sí. Habría que facilitar eso: naves alrededor de la ciudad.
-Donat: Dentro de la ciudad ya hay salas donde la gente escucha la música con cascos.
-Yas: Hay que preparar las afueras para la siguiente ola.
-¿Por qué el futuro de València debería tener en cuenta su cultura nocturna?
-Donat: Suma a lo que ofrece la ciudad, a su población local y a quienes vienen de fuera.
-Yas: Simplemente porque es eso, cultura. Igual que nos preocupamos por los cantantes, la electrónica lo merece y está en todo. ¿Y dónde se escucha? En salas, en discotecas.