La presidenta de Aefa defiende que preservar el carácter alicantino de las empresas familiares requiere una estrategia, visión a largo plazo y un compromiso colectivo entre familias, instituciones y jóvenes emprendedores.

ALICANTE. Más que amenazas, los cambios en el panorama empresarial alicantino son oportunidades para evolucionar. La presidenta de Aefa, Maite Antón, destaca cómo la resiliencia, la innovación y la formación de las nuevas generaciones permiten a las empresas familiares no solo sobrevivir, sino fortalecerse y mantener sus raíces en la provincia.

La compra de empresas alicantinas ha crecido con fuerza, muchas acaban en manos de capital externo. ¿Es esto una amenaza para las empresas familiares de la provincia?

Más que una amenaza, es una realidad compleja que debe analizarse con perspectiva y calma. Es cierto que algunas empresas familiares alicantinas (no una gran cantidad) han sido adquiridas por capital externo. Pero en muchos casos se trata de procesos estratégicos de crecimiento o de transición, no necesariamente de una pérdida. De hecho, la empresa familiar es muy atractiva para inversores por su solvencia, arraigo y buena reputación. Esto refleja el valor que tienen, y que desde fuera se interesen por ellas.

Además, en ocasiones la venta no supone el final del camino, sino el inicio de una nueva etapa: la evolución de empresa familiar a familia empresaria. Es decir, aunque se produzca la venta de la empresa, la familia continúa gestionando su patrimonio, emprendiendo nuevos proyectos o reinvirtiendo en otros sectores. Lo importante en estos procesos es estar bien asesorado para tomar decisiones que preserven el legado y la visión familiar. Desde Aefa siempre fomentamos ese acompañamiento experto.

¿Qué medidas son necesarias para preservar el carácter alicantino y fortalecer el tejido empresarial familiar? ¿Qué es lo más urgente?

Preservar el carácter alicantino de nuestras empresas y fortalecer su base familiar precisa de un compromiso colectivo. Desde Aefa trabajamos desde hace treinta años para apoyar a las familias empresarias con formación de calidad, asesoramiento y espacios para compartir, reflexionar y aprender unos de otros.

Contamos con dos cátedras universitarias, en la Universidad de Alicante y en la Universidad Miguel Hernández, que llevan más de dos décadas formando a jóvenes en las particularidades de la empresa familiar. También organizamos jornadas, seminarios, talleres prácticos y el programa ‘La Empresa Familiar en las Aulas’, que ha acercado este modelo a cientos de estudiantes.

Pero más allá del papel de las asociaciones, es imprescindible que las administraciones públicas generen el entorno adecuado para que el tejido empresarial pueda desarrollarse. Existen medidas de carácter general como la simplificación burocrática, una fiscalidad justa, estabilidad normativa o inversiones en infraestructuras y conectividad.

Y otras más específicas según el sector: disponibilidad de agua en la agricultura, impulso a la formación profesional, apoyo a la innovación industrial o al turismo sostenible. Lo urgente es garantizar que ser empresario no suponga ir a contracorriente, y que quienes asumen ese reto puedan contar con instituciones que los acompañen y no los sobrecarguen. La empresa familiar es el presente y el futuro de nuestra provincia y ha de ser apoyada desde todos los ámbitos.

En un contexto de incertidumbre geopolítica y económica, de aranceles… ¿qué es lo que da estabilidad a las empresas familiares?

Las empresas familiares llevan décadas atravesando crisis: económicas, sociales, sanitarias, tecnológicas… y muchas de ellas, especialmente las más longevas, han salido reforzadas. De hecho, muchas de nuestras empresas centenarias han vivido todo tipo de coyunturas, guerras, recesiones o transformaciones del mercado. Aefa junto con la Cámara de Comercio de Alicante, impulsa la Gala de Empresas Centenarias, que ya suma seis ediciones y reconoce precisamente esa capacidad de adaptación y permanencia a estas empresas que son ejemplo para todos.

En el momento actual, en el que la inestabilidad es sobre todo geopolítica y política, las empresas familiares encuentran su estabilidad en los valores que las definen: visión a largo plazo, compromiso con las personas, arraigo al territorio y vocación de continuidad. Esa combinación es la que les otorga una resiliencia única y una mayor capacidad de resistencia frente a lo inesperado. Además, su flexibilidad organizativa y la toma de decisiones más ágil también son ventajas que cobran valor en momentos inciertos.

¿Qué rasgos destacan en las nuevas generaciones que asumen el relevo y cómo afrontan los retos actuales con respecto a sus predecesores?

Las nuevas generaciones son clave en la continuidad de las empresas familiares. En Aefa lo sabemos bien, por eso impulsamos desde hace años el Fórum Aefa, un espacio dedicado a los jóvenes que empiezan a asumir responsabilidades o a emprender nuevos caminos. A través del fórum, organizamos formaciones, encuentros, visitas a empresas y actividades que les ayudan a desarrollarse como líderes conscientes del legado que heredan, pero con la mirada puesta en el futuro.

"La estabilidad de la empresa familiar está en su arraigo, su visión a largo plazo y su capacidad de adaptación"

Estas nuevas generaciones destacan por su carácter emprendedor, su mayor formación, su compromiso con la sostenibilidad y su interés por la innovación y la digitalización. Muchos de ellos están creando nuevos modelos de negocio dentro o fuera del núcleo original, y eso nos enriquece. Este año, además, en Aefa hemos incorporado un nuevo reconocimiento en nuestros premios: el galardón Joven Alma Empresaria, que pone en valor y reconoce la labor de jóvenes con una visión empresarial transformadora, con raíces familiares y vocación de continuidad y futuro. Ellos y ellas representan la mejor garantía de que la empresa familiar no solo perdura, sino que evoluciona.