ALICANTE. El Puerto de Alicante comienza a despejar el camino para la construcción de su ansiada estación ferroportuaria como punto de conexión clave con el Corredor Mediterráneo. Lo hace tras alcanzar un principio de acuerdo con la concesionaria de la terminal de mercancías de la zona sur, Terminales Marítimas del Sureste (TMS), que permite iniciar la declaración de interés portuario sobre parte de los terrenos comprendidos entre los muelles 19 y 21 que actualmente quedan bajo su explotación comercial. 

Ese acuerdo, ligado a otra decisión vinculada con la reducción de los tráficos mínimos que TMS debía cumplir hasta ahora, permite que pueda producirse el rescate de esos terrenos concesionados para poner en marcha ese nuevo nodo intermodal con el que se pretende fomentar el salto en el transporte de mercancías entre el tren y el barco. En concreto, se estima que la construcción de esa nueva estación ferroportuaria se extienda sobre una superficie global de más de 65.000 metros cuadrados entre ambos muelles, en función de los cálculos iniciales elaborados por la consultora especializada Civis a la que el Puerto le encomendó la realización de un estudio de alternativas sobre su implantación, al que tuvo acceso este diario.

La futura estación aprovechará gran parte de las infraestructuras ferroviarias y de la playa de vías preexistente que hasta ahora viene gestionando TMS. Pero, además, se completará con dos zonas de apartado que se acondicionarán para el acopio de contenedores y para la realización de maniobras, al margen de una prolongación de vías hasta el muelle 19 con el fin de permitir la circulación de trenes de hasta 750 metros de longitud.

Con ello, se prevé que las futuras instalaciones cuenten con capacidad para recibir y gestionar hasta 110.000 contenedores al año, siempre que se opte por un modelo de explotación durante los siete días de la semana con una operativa de 14 horas diarias, según remarca el mismo estudio elaborado por Civis. Ese sería el escenario más optimista para el que se calcula que podrían recibirse hasta 2.250 trenes al año. No obstante, también se plantea otra hipótesis menos intensiva, con una operativa de 10 horas diarias, que permitirían la llegada de 1.500 trenes y 74.000 contenedores al año. 

¿Qué inversión resultaría necesaria para acometer el acondicionamiento de las nuevas instalaciones no disponibles en la actualidad? El estudio elaborado por Civis apunta que su ejecución íntegra supondría un desembolso de más de 17,8 millones, aunque contempla su desarrollo en hasta tres fases temporales distintas con inversiones parciales de 5, 7,4 y 4,7 millones, respectivamente. Se trata de las primeros cálculos que acabarán dependiendo de los proyectos de ejecución que se redacten en lo sucesivo, en los que, además, no se incluiría el importe de compensación a abonar a TMS por el que debe concretarse el rescate de ese suelo.

División en tres fases

¿En qué consistirían esas tres fases? Según el estudio, la primera o Fase 0 comprende el uso de la infraestructura ferroviaria actual del muelle 19, habilitando zonas de "almacenamiento y transferencia de contenedores". En la segunda fase, o Fase 1, se incluiría la ampliación de la infraestructura ferroviaria para operaciones con trenes de hasta 500 metros. Esa fase se subdividiría en dos: la primera, sobre la prolongación de la vía IT-2 en paralelo a la IT-1 existente, en igual longitud; y la segunda, sobre la prolongación de las dos vías IT-1 e IT-3 hasta una longitud total cada una de ellas de 530 metros. Por último, la tercera fase o Fase 2 abarcaría la prolongación de las vías existentes, permitiendo la actuación de trenes de hasta 750 metros de longitud.

¿Cuándo podría estar operativa esa futura estación intermodal? En principio, la planificación trazada por la Autoridad Portuaria hasta el momento contempla la posibilidad de que esas instalaciones estén en funcionamiento entre finales de 2027 y principios de 2028, de modo que pueda producirse el entronque con el Corredor Mediterráneo. Al menos, debería estar operativa en sus fases iniciales, una vez que se complete la electrificación de las vías preexistentes.

¿Qué consecuencias tendría su desarrollo para la operativa del Puerto? La principal, el aumento de posibilidades para captar nuevos tráficos de mercancías entre los sectores productivos de la provincia al permitir la intermodalidad en su desplazamiento, con el consiguiente ahorro en tiempos y la correspondiente reducción de emisiones a la atmósfera respecto al transporte convencional por carretera. Y, al tiempo, supondría constreñir las opciones que todavía pudiesen albergarse para que se ejecute el proyecto de instalación de la planta de almacenaje de combustibles promovida por XC Business en la que se contempla la instalación de seis depósitos sobre suelo concesionado de TMS en el muelle 19.

Por el momento, ese proyecto estaría bloqueado después de que el Ayuntamiento de Alicante haya desestimado la concesión de licencia de obra solicitada por la compañía, aunque sí dispone de licencia ambiental reconocida por sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJCV). Con todo, XC Business persistiría en su intención de ejecutar su propuesta hasta el punto de haber anticipado su intención de volver a recurrir en los juzgados el rechazo municipal a ese segundo permiso.