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Proyectos enraizados en el territorio y urbanismo versátil, las claves para la Elche del siglo XXI

18/12/2017 - 

ELCHE. Son muchos los retos actuales que Elche tiene por delante, algunos históricos, otros más recientes. Desde la redacción del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) hasta la conexión del Cercanías con la estación del AVE, pasando por la ampliación de suelo de Elche Parque Empresarial o los fondos EDUSI, pasada la crisis, la ciudad vuelve a estar en condiciones para recuperar proyectos y pensar qué quiere ser de mayor. Por este motivo, el pasado martes 12 de diciembre Alicante Plaza organizó una mesa de debate junto a Elche Piensa: ‘Elche en el siglo XXI. Estrategias de futuro’.

Un acto con tres expertos, Santiago Gambín Candel, abogado y vicepresidente de Elche Piensa, Pablo Sánchez Chillón, abogado y director de Foro Global Territorio y Ramon Marrades, urbanista y director estratégico del Consorcio Marina Valencia. Aunque el primero en hablar fue el alcalde Carlos González, que consciente de la temática del evento y de lo que se iba a comentar desde la mesa, hizo un largo speech e incidió en los planes de futuro en los que está trabajando el tripartito, como la Estrategia DUSI, Elx Capital Verda Europea 2030 o los presupuestos de 2018. Enfrente, representantes de las formaciones políticas, destacados empresarios, colectivos ciudadanos como Àgora d’Elx, sindicatos, la Escuela de Organización Industrial o la empresa pública Pimesa. Había que aprovechar la tesitura para vender todo en lo que se está trabajando y ponerlo en valor.

Infraestructuras eficientes, más cultura y un urbanismo moderno

Tras su intervención, el primero de los ponentes fue Gambín, que compartió precisamente el diagnóstico del primer edil, aunque explicó que siempre ha habido planificación pero falta de inversión para ejecutar los diversos proyectos. Algo que achacó no sólo a los políticos, también a empresarios y la propia sociedad civil o la falta de financiación de las diferentes administraciones. En ese sentido, hizo un repaso de algunos ejemplos como el hecho de tener que financiar el Palmeral, Patrimonio de la Humanidad, con fondos propios, los ritmos del proyecto de la Ronda Sur —que especificó que se aprobó en 1996 y aún no se ha acabado—, los vaivanes con la estación del AVE o la infrautilización de la Ciudad de la Justicia, entre otros.

Asimismo, hizo énfasis en la calidad, anteponiéndola a la cantidad, no se trataría de tener muchas infraestructuras, sino hacerlas eficaces. Por otra parte, también señaló que Elche tiene un déficit cultural, y que además de apelar a las emociones con el retorno de la Dama de Elche, hay que apostar más por los museos y trabajar en proyectos como el de Jaén, que se ha adelantado con el Museo de Arte Íbero que tiene planeado crear.

En lo que respecta a Sánchez Chillón, comentó que Elche necesita un nuevo relato, combinar todo su pasado industrial con los grandes retos que afrontan hoy las ciudades, como el urbanismo, fundamental para muchos ámbitos, como la movilidad, la salud, el medio ambiente —por ejemplo, para abordar el cambio climático— e incluso el machismo. Frente a los grandes planes, reivindicó un urbanismo “de arte menor”, más versátil, donde se pueda cambiar la ciudad con ordenanzas y licencias; eficientes y menos burocráticas. 


Uno de los problemas, a su juicio, es que "muchas ciudades del siglo XXI están intentado amoldarse a este con herramientas del siglo XX" y puso en valor la creatividad de Elche con el diseño del calzado, por ejemplo o proyectos de éxito de emprendedores locales, como PLD Space, algo que propuso explotar más. Y por supuesto, la combinación de esto con las nuevas tecnologías, haciendo mención a varios proyectos de smart cities que se llegaron a plantear en Elche sin cuajar.

La importancia de la geografía 

Esa combinación, además, debería pasar por proyectos enraizados en el territorio, como defendió Ramón Marrades, que también quiso destacar la necesidad de que la sociedad civil se pronuncie sobre este tipo de proyectos, algo que tambén ayuda a cohesionar las poblaciones. En su exposición hizo especial hincapié en todo momento en la geografía, en cómo se pueden generar nuevas centralidades y calidad de vida con la interconexión entre pequeñas y medias poblaciones, sin la necesidad de pertenecer a una gran urbe. En ese sentido, explicó que hay que apostar por las escalas de barrio, que son las que inciden directamente en la vida de la gente.   


Por eso es importante hacer un sesudo esfuerzo para que una ciudad como Elche pueda explotar las potencialidades de capital que tiene; ha de tener un plan enraizado en el territorio. Por lo tanto, estos planes han de ser únicos, “si la estrategia es intercambiable (con la de otra ciudad), no vale”. Puso como ejemplo el gran impacto que están teniendo en las ciudades multinacionales como Amazon, por eso es necesario pensar qué ciudad quiere la sociedad ilicitana. Para él, se suele ser conservador en la gestión, entendiendo conservador como falta de ambición, aunque algunas inversiones que se han hecho están justificadas. También apeló a la importancia de tener la UMH integrada en la ciudad, aunque esta debería estar más cercana emocionalmente, y claro, a los EDUSI, de los que aseveró que son un éxito, puesto que es una financiación al nivel de las capitales europeas. En resumen, planteó una reflexión abierta a tener en cuenta, cómo conectar el plano económico con el territorial.

Así pues, varias e interesantes pinceladas las que los tres ponentes expusieron y sobre las cuales Elche tiene que decidir ahora hacia dónde dirigirse. Con los mencionados fondos europeos y la redacción del nuevo PGOU en el que se está trabajando, además de con las gestiones ferroviarias, parece que ese nuevo relato de ciudad está empezando a tener sus primeros cimientos. Se verá dentro de unos años.

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