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El Rico Pérez sigue siendo el camarote de los hermanos Marx

Se cumple un año desde la subasta de liquidación de Aligestión Integral y las dudas sobre el futuro del coliseo blanquiazul no se disipan

8/02/2018 - 

ALICANTE. Esta semana se ha cumplido un año desde que el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) ganara a Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez la subasta por los bienes y derechos de la sociedad Aligestión Integral, haciéndose con la propiedad del 15,07% de las acciones del Hércules y el estadio José Rico Pérez.

Aunque todavía se tardarían dos meses en confirmarse por Salvador Calero, magistrado titular del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Alicante, que la puja del banco del Consell, que ascendía a 3.750.000 euros por los 3.500.000 que ofrecieron como máximo los empresarios, era la ganadora, se puede decir que hace un año el coliseo blanquiazul volvió a ser un bien público, condición que ya ostentó entre 1994 y 2007 cuando fue propiedad del Ayuntamiento de Alicante, después de comprárselo al club y hasta que se lo vendió a Aligestión.

Pero, 12 meses después de pasar a manos del IVF, la situación en la que se halla inmerso el coliseo blanquiazul recuerda a los hermanos Marx en la película "Una noche en la Ópera", con su camarote y lo de "la parte contratante de la primera parte, será considerada como la parte contratante de la primera parte".

Es cierto que el Hércules continúa jugando en el Rico Pérez, algo que tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Alicante se hartaron de proclamar cuando por primera vez en años el IVF le ganó un partido a Ortiz, pero lo hace no porque ambas administraciones hayan suscrito el también anunciado convenio de cesión y la instalación se le haya arrendado de nuevo al club blanquiazul, en este caso por parte del consistorio, lo hace porque el contrato de arrendamiento por 25 años suscrito en 2007 con Aligestión sigue vigente.

Miguel Hernández, administrador concursal de Aligestión y a la sazón liquidador de esa mercantil, reclamó al juez la anulación de ese contrato, ya que el estadio salía a subasta libre de cargas, pero el magistrado dictó un auto el 28 de septiembre declarándose incompetente. Dicha resolución fue recurrida por el administrador concursal (no por el banco del Consell, como desde este se anunció en su día) ante la Audiencia Provincial, que no ha resuelto todavía.

Así, el Hércules continúa como inquilino en el Rico Pérez, con las condiciones pactadas en 2007 con Aligestión, pese a que el propietario del estadio es un banco del Consell que no desea subrogarse en ese contrato de arrendamiento y sí cederle la instalación al Ayuntamiento de Alicante por cinco años,  a cambio de un canon anual de 200.000 euros que el consistorio manifestó que estaba dispuesto a desembolsar, pero que es una cifra que pone los pelos de punta en las oficinas del Hércules y es que se temen que, llegado el día, el Ayuntamiento quiera repercutírsela íntegramente al club, lo que supondría cuadriplicar el precio que está pagando en Segunda B y al que hay que unir unos 100.000 euros por el mantenimiento.

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