ALICANTE/ELCHE. La pugna por la secretaría general del PSPV provincial de Alicante se prevé reñida. De momento, dos candidatos han enseñado sus intenciones: José Chulvi, avalado por una parte de la dirección del PSPV, y Rubén Alfaro, por otra parte, y el respaldo del sector del Ángel Franco, de Alicante. Los sanchistas todavía no se han posicionado, aunque el nombre de Lázaro Azorín ha sonado por algunos mentideros, pero de momento este sector no tiene candidato oficial. Y la cuestión es que nadie quiere que haya tensión ni división, así que a la espera de que el secretario general, Ximo Puig, llame a todos a capítulo, el tapado puede ser el alcalde de Elche, Carlos González.
"Los socialistas de la provincia tenemos que hacer un esfuerzo para que haya un único candidato a la secretaría general del PSPV provincial". Ese ha sido el posicionamiento de González hasta el momento, en el que adjuntó un recorte de prensa con referencia a los dos candidatos, cuyos entornos, hasta el momento han anunciado que pujarán por el cargo.
Los movimientos de Chulvi y Alfaro tienen su lectura interna: ninguno de los dos quiere quedarse atrás ni perder posiciones. Ambos son miembros de la dirección del PSPV, pero sus entornos quieren exhibir músculo y, si pueden hacerse, con la secretaría general. Aunque todos han respaldo a Susana Díaz y Ximo Puig, ahora tienen objetivos diferentes, de ahí que hayan optado por entrar en la pugna. Si persiste, la dirección de Blanquerías les puede llamar a capítulo e invitarles a que dé un paso hacia detrás con el fin de que no haya pugna ni tensión en unas hipotéticas primarias. Y ahí es dónde puede salir el nombre de Carlos González, como hombre de consenso, y sin apenas protagonismo en la ejecutiva del PSPV.
Y a todo eso, falta por saber que van a hacer los sanchistas, que tampoco están por la labor de entrar en una pugna fraticida. Han sido cortejados por ambos bandos y estarían dispuestos a pactar si la oferta de integración es buena. Pero si hay primarias, ellos también podrían lanzar un candidato -puede ser Lázaro, u otro tapado- y esperar a ver qué pasa y lograr una buena negociación en una hipotética segunda vuelta, si quedaran terceros, o si pactan con otro candidato.
Así, en función de cómo vaya la tensión interna y de si Ximo Puig tiene que intervenir para evitar las primarias, la apuesta de Carlos González está ahí. A ver qué pasa.