ALICANTE. La firma alicantina Realturf nació al mismo tiempo que el césped artificial de tercera generación (fueron los primeros en comercializarlo en España tras descubrirlo en Estados Unidos hace veinte años), en 2002. Sus propietarios y administradores, Antonio Candela y Juan Rodríguez, vieron un nicho en el segmento del césped artificial para uso deportivo (cualquiera que haya jugado a fútbol o tenis en el césped artificial anterior a esta tercera generación entenderá la razón de su éxito) y se lanzaron; curiosamente, hoy su principal vía de ingresos es el uso decorativo.
Realturf tiene su planta de producción en Crevillent, pero decidió abrir un centro logístico en el polígono de Atalayas de Alicante, por su situación estratégica entre dos autovías (la A-7 y la A-31) y cerca del puerto y el aeropuerto. Ahora buscan crecer en metros cuadrados para unificar en Atalayas la actividad de sus tres centros logísticos, todos alquilados, y ganar en eficiencia. Pero para eso es necesario que la ansiada ampliación del parque empresarial salga adelante.
Mientras, la firma alicantina se ha posicionado como la líder de su sector en España, dominado por cuatro empresas de entre las que Realturf es la mayor, roza los 50 millones de facturación y, contando todos sus centros de trabajo, emplea a más de 100 personas. La empresa forma parte del grupo de inquilinos de Las Atalayas que se ha sumado a la iniciativa del Observatorio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la entidad de gestión y modernización, para poner en valor la aportación de las empresas alicantinas (no siempre visible ni reconocida) en este campo. En su caso, el objetivo que se cumple es el 8, 'Trabajo decente y crecimiento económico', y más concretamente la meta 8.8, 'Protección de los derechos laborales y trabajo seguro'.
El Observatorio es una iniciativa de la entidad de gestión para poner en valor lo que están haciendo sus empresas, muchas veces de forma natural o intuitiva, para promover la consecución de dichos objetivos. "Muchas no saben ni que lo están haciendo", explica su gerente, Vicente Seguí. "Nuestro objetivo es que la sociedad conozca que los empresarios están empujando para conseguir estos objetivos, contra la imagen negativa que últimamente se está trasladando de las empresas, y que al conocer estas iniciativas se produzca un efecto 'contagio' al resto".
Realturf no solo es una empresa comprometida y cuyo modelo de negocio contribuye a ahorrar agua (sustituir 100 metros cuadrados de césped natural por artificial ahorra 182.000 litros de agua al año y 360 euros en la factura), sino que también destaca como empresa innovadora. Recientemente ha llevado a cabo dos proyectos de investigación con el CDTI y el Impiva, 'Final Turf y Circular Turf', centrados en alcanzar el zero waste al darle una segunda vida a las fibras de su césped. En tres años han invertido un millón de euros en I+D.
Pero volviendo al inicio del proceso, al césped artificial que fabrica Realturf, hay que destacar que se usa en jardines privados, parques infantiles, campos de fútbol o pistas de pádel, entre otras muchas posibilidades. "Somos la única empresa española de nuestro sector con certificado FIFA", explica Candela, lo que significa que sobre su césped se pueden jugar partidos de las máximas competiciones internacionales. "Los grandes clubes aún son reacios, pero en fútbol base el césped artificial tiene ya mucha aceptación", explican. "Y en Brasil, equipos de primera como el Palmeiras ya lo tienen en su estadio". La razón es simple: ahorro en mantenimiento y mayor intensidad de uso porque no se estropea y permite entrenar en el mismo campo entre partidos.
Con todo, la fuerza de Realturf está en la decoración y el mercado exterior. El césped para jardines supone un 60% de los ingresos (el otro 40% es el deportivo), y la exportación sostiene el 55% de la facturación de la empresa alicantina. La firma ha abierto sedes en Estados Unidos, México, Panamá y República Dominicana, con sus correspondientes centros logísticos. El último año salieron de su fábrica 3,5 millones de metros cuadrados de producción. "Trabajamos directamente con empresas instaladoras, B2B, es mejor tener un mal césped bien instalado que al revés".
La empresa de Candela y Rodríguez es una más de las que está esperando la ampliación del polígono para poder crecer en metros cuadrados, pues el crecimiento de su negocio empieza a tensionar su capacidad logística. "Queremos traer a Atalayas el centro principal, unificar aquí lo que ahora está en tres alquileres", explica Juan Rodríguez. "Este polígono es magnífico, con conexiones estratégicas, pero se ha quedado pequeño".
Vicente Seguí, por su parte, destaca que hay otras muchas empresas esperando poder crecer en metros cuadrados, como Sprinter o Aliaxis. "Son dos empresas con matrices extranjeras a las que les han encomendado dirigir importantes áreas de negocio desde aquí, lo que da una idea de la excelencia en la gestión que aporta esta zona".