'Unplugged' de Abascal en Alicante: un PHN para unirlos a todos y alejarse del "voto inútil"

ALICANTE. Falta un cuarto de hora para que empiece el mitin de Vox en la plaza del Ayuntamiento de Alicante, con el sol fuera tras una mañana de intensas y bien recibidas lluvias (el 'meteorólogo' de Vox que decidió no suspender el evento demostró más acierto que la Aemet), y suena 'El imperio contraataca' de los ochenteros Los Nikis, con un componente irónico que expresa justo lo contrario de lo que pretende quien la haya programado para caldear el ambiente. Le sigue Manolo Escobar y su 'Que viva España' (ahí sí), y en la plaza se concentran unos 2.000 simpatizantes, cierto público 'cautivo' que estaba tomando algo en las terrazas adyacentes y un par de turistas que no entienden nada y quedan atrapados en los soportales de la Audiencia Provincial al cerrarles el paso un voluntarioso voluntario que espera que justo por allí pase Santiago Abascal de camino al escenario.

Pero no. Abascal, Ana Vega, Carlos Flores Juberías y la candidata a la Alcaldía, Carmen Robledillo, entran por la diagonal entre el fervor colectivo de los allí presentes, banderas de España y de los tercios al aire, y gritos de 'presidente, presidente'. La última vez que Abascal vino a Alicante en campaña, lo hizo en el pabellón Pitu Rochel al más puro estilo de una estrella del rock. Desde entonces, ha mejorado como orador (y no era precisamente malo), pero esta vez ha decidido marcarse un 'Unplugged' al aire libre con el Ayuntamiento objeto de deseo como telón de fondo. Y los fieles (menos jóvenes que hace cuatro años, eso sí) responden.

Las intervenciones de los 'teloneros' son breves y tiran de repertorio nacional o, en el caso de Vega, autonómico (resumido en "hay que echar a los socialistas"), con la salvedad del candidato a la Generalitat ("Generalidad"), que mete a Alicante y a los alicantinos ("y alicantinas") en cada bloque de ideas que desgrana con parsimonia y un toque de humor. Flores Juberías ya marca el terreno autonómico y provincial que luego va a transitar un Abascal en clave más local que en anteriores ocasiones: el agua. Vox defiende, y hay que reconocérselo, que a estas alturas ya es el único partido que defiende los trasvases en cualquier territorio, algo que no pueden decir PP y PSOE y que, desde luego, no tienen interés en hacer los partidos regionalistas o nacionalistas.

La gran apuesta de Abascal, ya lo era en 2019, es de hecho plantear un nuevo Plan Hidrológico Nacional (PHN) que centralice la gestión del agua para llevarla de donde sobre a donde falte, con una ambiciosa propuesta de interconexión de cuencas, que asume compleja y costosa, y que sería una de las primeras medidas que tomaría si algún día se sienta a la cabecera del Consejo de Ministros. Porque la primera sería "derogar todo lo dañino que ha hecho el PSOE, de la noche a la mañana, y empezar a reconstruir la concordia". 

Abascal, que bromea con su amor a Alicante "porque si no, no entro en casa" (su esposa es de San Vicente) y pronuncia en valenciano el claim "la millor terreta del món", dedica al agua buena parte de su intervención. Pero también carga con dureza contra los medios de comunicación, a los que (nos) acusa de mentir, ignorar a su partido o directamente inventar titulares para enterrarlos. Presume de haber abierto debates como el de las políticas de género que "enfrentan a hombres y mujeres", o "la dictadura climática" que "arruina al campo y a la industria", y asegura que los van "a ganar". Y, en el tercio final del mitin, a medida que el fervor sube, los aplausos son más atronadores y los gritos más frecuentes, señala al nuevo enemigo: el PP.

Abascal no se resigna a que su partido sea muleta de los populares allí donde los números salgan (ya lo había advertido por la mañana en Orihuela), e ironiza sobre la apelación al voto útil de la derecha. "¿Voto útil? Pero si son lo más inútil que hay para cambiar las cosas", asegura, y recuerda que se pasaron ocho años "leyendo el Marca", en alusión a Rajoy, en lugar de deshacer lo hecho por Zapatero. El líder de Vox acusa a los dos grandes partidos de jugar al 'turnismo' y promete que su partido viene a cambiar las cosas si toca poder. 

A Vox le gusta Alicante, y todos los intervinientes lo subrayan. No en vano en el Ayuntamiento de la capital han podido apuntarse algunos tantos tras conseguir dos concejales claves para la gobernabilidad hace cuatro años, y aspiran a mejorar esa representación el 28M. Y es la provincia que más votos autonómicos les brindó en 2019. El 28M se desvelará si ese idilio es recíproco.