ALICANTE. Con una sonrisa de oreja a oreja atendía Manu Garrido a Hércules TV minutos después de finalizar el encuentro frente al Atzeneta en el que el equipo blanquiazul se llevaba la victoria por 2-1 gracias a un tanto del delantero madrileño en el añadido.
"Ha sido un partido muy complicado, muy sufrido pero hemos ganado; se ha cumplido el objetivo y ahora tenemos que ir a por los siguientes tres puntos", decía Garrido que consideraba que el resultado era "merecido", que habían hecho "mucho más que el rival" y aseguraba que el triunfo "recompensaba el trabajo y esfuerzo" del equipo y le "daba alas".
El futbolista cedido por el Leganés saltó al terreno de juego en el minuto 56, en un movimiento ordenado por David Cubillo que implicaba un cambio de sistema (del 4-2-3-1 al 4-4-2), pasar a jugar con dos delanteros: el espigado delantero sustituyó al mediocentro David Sánchez y pasó a ser la referencia en ataque de los blanquiazules junto a Acuña. Apenas cinco minutos después llegaba el penalti cometido sobre el paraguayo y, a continuación, otra buena ocasión para empatar en las botas de Manu que remataba desde la frontal un centro desde la derecha de Jesús Alfaro, pero su disparo era desviado a córner por el meta del Atzeneta, el brasileño Lucas Anacker, quien en el minuto 92 se convertiría en el reverso de la victoria del Hércules...
"Siempre hay que estar atento a todo lo que pueda pasar", decía Manu Garrido respecto a la acción de su tanto en la que el despeje del portero visitante golpea primero en su cuerpo y pese a contar Anacker con mucha ventaja para atajar el rechace, el futbolista blanquiazul, haciendo gala de una gran fe, presiona al meta rival por si este no logra detener el esférico, algo que finalmente sucede.
La celebración del tanto, con Cubillo, Garrido y el resto de sus compañeros fundiéndose en un abrazo multitudinario en la banda, queda ya como una de las imágenes del regreso del fútbol al Rico Pérez.