ALICANTE. La cuarta tentativa concluye con éxito. El Colegio Oficial de Aparejadores Técnicos e Ingenieros de la Edificación de Alicante (COAATIEA) venderá el palacete de su propiedad situado en pleno centro de Alicante después de haber recibido al menos dos propuestas de inversores interesados en su adquisición durante los últimos meses, en la línea que había anticipado el nuevo presidente de la entidad colegial, Carlos Casas, en una entrevista concedida a Alicante Plaza.
El acuerdo de venta ha quedado refrendado este jueves en asamblea en una votación avalada por dos tercios de los asistentes, después de que se analizase la necesidad de acometer obras de consolidación en el edificio en el caso de que los colegiados no se decantasen por la opción de la venta. Con todo, no ha trascendido la identidad del comprador, que habría solicitado permanecer en el anonimato. De igual modo, se desconoce el uso que el futuro propietario podría darle al inmueble. No obstante, sí se ha podido confirmar el importe concreto de la operación: el comprador abonará 1,5 millones por convertirse en el nuevo dueño del edificio, situado en la calle Rafael Altamira. La cifra supera el precio de salida que se había establecido para la última convocatoria pública de venta, de 1,3 millones.
Y, además, se habría conseguido establecer unas condiciones de pago satisfactorias para la entidad. En principio, el comprador abonaría 500.000 euros a la firma del contrato y el millón restante, a plazos, en el margen de los tres meses posteriores. Se trata de una propuesta que la mayoría de los colegiados ha considerado ventajosa respecto a la segunda alternativa propuesta por otro inversor interesado, en la que planteaba comprar el inmueble por 1.350.000 euros con otras condiciones de pago.
El colegio había registrado una segunda propuesta de compra por 1,3 millones después de tres procesos de subasta desiertos
Hasta el momento, el COAATIEA había impulsado tres procesos de subasta distintos con la intención de desprenderse del edificio, toda vez que se había desistido de acondicionarlo para que hiciese las veces de su nueva sede institucional. Sin embargo, esas tres subastas acabaron declarándose desiertas por falta de licitadores o por la retirada de los que sí llegaron a presentar puja en la última convocatoria pública. De hecho, en esa tercera tentativa, se llegó a producir la adjudicación del edificio a la propuesta presentada por una sociedad que había ofertado 1.721.000 euros. No obstante, tras su renuncia, el colegio procedió a incautar el aval depositado como garantía para participar en el proceso.
Desde entonces, el colegio ha venido barajando distintas alternativas para definir el futuro del inmueble, que se han despejado ahora con la adjudicación de su venta de manera directa, sin tener que convocar un nuevo procedimiento público: la fórmula por la que se había optado hasta ahora.
El inmueble, que data de principios del siglo pasado y se compone de dos edificios, se emplaza entre las calles Rafael Altamira y Mayor, en una ubicación estratégica, a escasos metros del edificio histórico del Ayuntamiento. Se trata de un edificio emblemático que se encuentra catalogado como Bien Inmueble de Relevancia Local.