ALICANTE. Irse a ver una peli estos días no es lo mismo que sentarse en un bar. De hecho, puede ser incluso más seguro. Pero parece que la 'nueva normalidad' no lo ha entendido así desde el principio, lo que ha provocado que la duda y la incertidumbre hayan sido los primeros espectadores en la cola para comprar entrada. Mientras que las terrazas de cine de verano abrirán sin apenas haber notado la hecatombe de la pandemia, aunque con sus particularidades, en las salas más pequeñas o de cines más alternativos siguen enfrentándose al intríngulis de si pedirse unas palomitas estando a seis butacas de tu pareja o no comer nada durante la proyección y llevar mascarilla para poder cogerle de la mano, en una cinta de terror psicológico, por ejemplo. Una situación a la que se suma el parón -y consecuente retraso- de estrenos comerciales, lo que ha llevado a muchos cines a 'refrescar' algunas novedades del año, y a buscar alternativas con plataformas como la Sala Virtual de Cine, impulsada por los Verdi y A Contracorriente.
La cuestión es clara. ¿Cuándo va a abrir 'el groso' del cine en la Comunitat? La cosa está entre el 26 de junio, este próximo viernes, y principios de julio. La Asociación Valenciana de Empresarios de Cine calcula que existen 82 cines en la actualidad en la comunidad, con un total de 444 salas. De los 55 que son afiliados, con 182 pantallas, 17 cines pertenecen a la provincia de Alicante -un total de 55 salas-, y el resto son no asociados. "Los cines que han abierto no han podido aguantar bien con solo el 30% del aforo", asegura Paloma Fernández, secretaria de Avecine. "Con la fase tres, aumentado al 75%, tampoco arregla demasiado si hay que seguir dejando la separación, porque el espacio es el que es", limitado a la sala. "En vez de tres butacas, hemos aconsejado que dejen una, normalmente la gente va de dos en dos, o tres, algunos solo. Siempre te da una tranquilidad el no tener a nadie pegado al lado", añade. Aunque con un espacio, al no cumplirse el metro y medio, dos metros, de separación, haría falta mascarilla. "La historia está en que luego se compran palomitas y tal. Se supone que para poder comer hay que dejar por lo menos tres butacas; en ese punto estamos", incongruente, insiste.
"Luego ya veremos cada espectador qué es lo que hace". Cuando se apaga la luz, la responsabilidad recae en el espectador, ahí no hay vuelta de hoja. A esta tesitura se ha enfrentado ya el público de los Altet, en Cocentaina, que dedica buena parte de su programación a propuestas independientes, y pionero en la reapertura. "El cine, ahora mismo, porque los asientos están numerados, respetándose la distancia, y por la poca gente que va, es uno de los sitios más seguros que hay, más que el bar". Las salas que regenta Jorge Marín cerraron el 13 de marzo a las diez de la noche. El Estado de Alarma les hubiera pillado justo a mitad proyección. "La sesión de las once no podíamos hacerla porque acababa a la una de la madrugada", recuerda. Los Altet han aprovechado este tiempo para reestructurar la web, igual que otros cines. Desde que abrieron el pasado 1 de junio, con la limpieza y desinfección de las salas, la rutina de su 'nueva normalidad' ha sido la ya habitual en otros espacios: mascarilla y desinfección de manos después de cada cliente. "Por eso hemos optado por guantes, para evitar ponernos tanto alcohol en la piel. Además, las salas se desinfectan después de cada sesión con un producto especial", asegura Marín.
Aunque no es la primera crisis que afronta, las pérdidas están siendo considerables en este espacio donde trabajan en total tres personas, en este momento, dos. "Nosotros solíamos hacer de media unas 2.000 espectadores a la semana, y después de la pandemia no estamos llegando a las 200". De nuevo, el asunto problemático de los estrenos. "Hasta que no haya, será así. Hemos optado por sacar pelis que no habíamos traído y también hemos refrescado algunos estrenos del año", clásicos como Los cazafantasmas y Joker, ahora de nuevo en cartelera y la película más taquillera que han tenido este año, explica, sin olvidar su sello, el cine de autor y el europeo que, no obstante, "no gusta a todo el mundo" en un momento en que cada butaca llena cuenta. "El final será bueno, tenemos público de Alcoy, Cocentaina, Muro, Ontinyent, Ibi. Volveremos a estar como estábamos, igual a mitades de julio, y agosto, tenemos la suerte, de que la gente se muestre más reacia a ir a la playa, además de que tendremos el estreno de Mulan", avanza.
Pero el paso adelante que han dado los Altet es excepcional en cuanto a salas menos comerciales se refiere. La fecha que tantea la mayoría de las otras empresas, por ejemplo, los Axion -en Alcoy, San Juan, Santa Pola, Orihuela-, los ABC Park, es la primera, el 26 de junio. Los titánicos Kinépolis y Cinesa fueron de las primeras grandes empresas exhibidoras en 'lanzarse a la piscina', un poco sin saber si había agua, mientras que las salas de los MN4 lo hicieron con un descuento descomunal para favorecer la acogida de los reestrenos, que pusieron a un euro, oferta que se extiende hasta el 18 de julio. Por su parte, los Colci -en Benidorm, la Vila, el Albir- tienen dudas sobre sus cines en cerrado, con la inminente apertura de la terraza Suyma. Si no hay estrenos de grandes producciones en Estados Unidos, ni en Inglaterra, ni tampoco en China, estamos ante un terreno árido. Y si hay ocho, pero pocas copias, tampoco todas las salas tendrán la opción de proyectarlas, que al mismo tiempo no saben si ahora es el mejor momento para lanzar cintas minoritarias de menor impacto comercial.
"La gente en muchos casos no se ha enrollado nada a la hora de rebajar alquileres en los complejos comerciales", lamenta Fernández. "Nosotros solo queremos ofrecer tranquilidad y seguridad, tanto al empresario como al espectador", reitera. Y hasta que no puedan asegurarlo, otro de los negocios familiares del cine más veteranos, con más de sesenta años, IMF Mediterráneo, con ocho salas en Finestrat, las mismas en Torrevieja y otras tantas en Ondara, seguirá con sus pases en sala virtual. "La realidad es que no tenemos claro cuándo vamos a abrir", explica Eduardo Rubio, portavoz del grupo y jefe administrativo. "También estamos a la espera de estrenos de macroproducciones, pero la caída de ingresos será total, a final de año se sabrá". Una cifra que cifra en hasta un 60% menos de facturación. De las dos terrazas que tiene el grupo en la Manga del Mar Menor, una se abrirá probablemente a principios de julio. "Aunque el cine de verano ya lleva tiempo que no tiene mucha actividad en España", insiste.
Si las salas cerradas están en un mar de dudas, las terrazas de verano han sido más prematuras, y han abierto ajustándose al calendario de su temporada, la mayoría. ¿Sus principales dilemas? Que se reduzca la llegada de veraneantes, turistas, parte de su público, y el aforo, aunque sea en abierto, limitado en su caso al entorno de una plaza, por ejemplo. De los 55 cines afiliados en Avecine -adonde recientemente se ha sumado el Cine Maravillas, única sala de la provincia de Teruel con tecnología digital 3D con 35 años de trayetoria-, 11 se enmarcan en la categoría de cine de verano. Uno de ellos es La Esperanza, en San Vicente del Raspeig, que cambia su espacio de cerrado a terraza, esta última ya abierta desde el viernes 19 con El hombre invisible, y que se estrenó en España el pasado 28 de febrero. También se ha avanzado a esta fecha el cine terraza Tugar, en Gandia. Otras salas de verano, como la de Alboraya, la Lumiere -que suele tener programación ya en mayo-, han preferido esperar al viernes 26, en la línea del Cine Navia, en la Dehesa de Campoamor, y Las Villas, en Torre de la Horadada, según avanza Avecine. Hay más, como el cine de verano Cabo Roig, también en Orihuela, o los legendarios Cines Costa, en San Juan, que arrancarán con fuerza en julio. "Prácticamente las terrazas de cine de verano están cumpliendo todas su marcha", sin olvidar que Jávea, por ejemplo, se esperará al 3 de julio, y también alguna de las asociadas en Murcia.
El otro gran grupo 'olvidado' son las salas municipales, los centros culturales y sociales, donde interviene normalmente la Concejalía de Cultura correspondiente. En muchos de estos casos -desde Benetúser, pasando por Benissa, hasta las localidades más próximas de Onil, Castalla o Villena, también Guardamar- la programación se paraliza en verano y no arranca hasta otoño-invierno. Por ejemplo, el Teatro Cortés, el cine de Almoradí, suele cerrar en mayo y abrir en octubre, y mantendrá esta tónica. Y el caso del Cine-Club Pessic, en Dénia, que por el cierre del centro social ha pasado lo que quedaba de su programación -dos lunes, contando hoy- de esta temporada al Autocine Drive in. "Nosotros solemos arrancar la programación en septiembre, pero estamos barajando con el Col·lectiu Saginosa hacer cine en la calle", explica Damián Venteo, de otro cineclub, el Layndon, en la localidad de Ibi. Otra alternativa. En el caso de cines con películas en versión original, como los Albatros Babel, que propuso la venta online de entradas anticipadas válidas hasta finales de año, la reapertura será el 1 de julio, o la sala de reestreno también valenciana, Cinestudio d'Or, que anunció en Facebook que regresaría también a principios del próximo mes. El caso de la Filmoteca de Alicante, del Teatro Arniches, es bien distinto: su programación, normalmente extendida hasta mitades de julio, no se reanudará hasta el mes de septiembre, como han confirmado a este diario.
La inventiva sigue mandando en tiempos de crisis. "Los empresarios que tienen menos pantallas lo tendrán más fácil, creo yo", confiesa la responsable de Avecine. La portavoz del empresariado en la Comunitat ha explicado que están a la espera de ayudas específicas para los cines valencianos. "Está el borrador, junto a las del Ministerio, mirando especialmente a la exhibición. Hay que cubrir las pérdidas de estos tres meses", explica. "Las terrazas de verano han de informatizar también las taquillas, hasta ahora manuales, asumir nuevos gastos", detalla. Un punto de inflexión que llega justo cuando el cine comenzaba a sacar cabeza. "Llevaba un par de años, uno, en remontada. Se hicieron 106 millones de espectadores en una sola temporada, después de ir en bajada durante mucho tiempo, y gracias a que el IVA se redujo finalmente al 10%", recuerda. Confiemos en que las buenas costumbres no las arruine un virus. Pero confiemos y vayamos al cine, porque las palomitas no saben igual desde el sofá de casa.