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el billete / OPINIÓN

La importancia del 'efecto anclaje'

Foto: KIKE TABERNER
19/11/2023 - 

La campaña del PP contra los pactos firmados por Pedro Sánchez para lograr la investidura tiene dos líneas: el rechazo a la amnistía y la defensa de la igualdad entre los ciudadanos que viven en diferentes territorios. El domingo 5 de noviembre, Alberto Núñez Feijóo celebró un mitin en València bajo el lema "Por la igualdad de los españoles", pero la atención desde entonces está centrada en la amnistía, trágala que, si el Constitucional no lo impide, lleva camino de terminar como las de los indultos o la rebaja del delito de malversación, asimiladas por los ciudadanos, bien porque compren el relato de que esto se hace por bla, bla, bla, y no por unos votos, bien porque las ruedas de molino maduran como la fruta y acaban entrando.

Por ello, porque la furia pasará y habrá que negociar, la campaña del PP valenciano debería centrarse menos en la amnistía, que es un asunto nacional y está más que atendido por Feijóo y cía, y más en el problema de la igualdad.

Cierto es que Carlos Mazón viene mencionando lo de la igualdad cada vez que le ponen un micrófono delante, pero se echa de menos que la orquesta siga el movimiento para que suene compacta y el mensaje llegue entre tanto ruido. Cierto es, también, que necesita acompañar la música de un ejercicio de pedagogía, porque el valenciano de a pie no tiene por qué saber que los servicios públicos en otros lugares de España funcionan mejor porque reciben más dinero, ni mucho menos que, aunque funcionen igual –de bien o de mal–, resulta que allá se financian con dinero de los impuestos que reparte el Estado y aquí se financian parcialmente con un préstamo, también del Estado, por el que tenemos que pagar intereses.

Es como si una empresa pagase el sueldo a sus 17 trabajadores y a dos de ellos, el valenciano y el murciano, les abonara una parte en forma de préstamo. Así, no solo irían acumulando deuda, sino que cada año tendría que destinar más dinero del sueldo recibido a pagar intereses. Esa desigualdad la padecemos los valencianos desde hace 20 años. Camps, Fabra y Puig lo sufrieron y se quejaron por ello, sin éxito. Ahora le toca a Mazón. ¡Suerte!

Foto: KIKE TABERNER

El pacto del PSOE con ERC para condonar deuda a Cataluña, insultante para los valencianos a los que se nos había dicho que lo de condonar deuda no podía ser, permite al PP valenciano centrar el tiro en la reivindicación de una igualdad entre territorios que en realidad nunca ha existido. Y de paso, explicárselo a Llanos Massó y a Vox CV, que no se enteran y creen que pedir la igualdad desde una comunidad autónoma es atacar la unidad de España.

Ya que la reforma del sistema de financiación autonómica no está entre las prioridades de Cataluña ni del País Vasco y, por tanto, tampoco de Pedro Sánchez, lo inmediato va a ser la negociación de la condonación de deuda autonómica que el PSOE ha dicho que va a extender al resto de CCAA para que no se enfaden. Y aquí es donde es importante no dormirse.

Ya expliqué en otra columna hace años, a propósito del reparto de fondos covid, la importancia del llamado 'efecto anclaje'. Se trata de un mecanismo psicológico por el cual tomamos como referencia del valor de una cosa la primera cifra que escuchamos respecto a ella, y no podemos evitar que nos influya a la hora de tomar decisiones de compra o de venta. Funciona muy bien en una negociación, donde es importante echar el 'ancla' antes que nadie para que la primera cifra sea la referencia sobre la cual negociar.

Imaginemos –no es difícil– que el Real Madrid quiere fichar a Javi Guerra y que Peter Lim está dispuesto a traspasar a la emergente estrella del Valencia CF, que tiene una cláusula de rescisión disuasoria de 100 millones de euros. Imaginemos que Florentino no quiere pagar más de 20 millones y el Valencia no espera menos de 40. Si así fuera, la primera señal del interés del Real Madrid la daría la prensa madrileña –y madridista, la que no desenmascaró a Vinicius Jr. pese a ser testigos directos de sus mentiras– revelando en primicia las intenciones del "equipo blanco" y el precio que estaría dispuesto a pagar: unos 15 millones. El 'efecto anclaje' haría que cualquier negociación girara sobre esa cifra y que 40 millones pareciera una locura, para acabar cerrándola en 20 kilos, que era la pretensión de Florentino. De ahí la importancia de que si Lay Hoon quiere sacar 40 millones, eche el ancla y empiece a filtrar, como de hecho ya está pasando, que varios clubes ingleses ofrecen 50 por el jugador. Tendría el problema del escaso eco mediático de los valencianos en España, que también padecen los políticos.

Francisco Pérez, este viernes, en un acto de la plataforma Per un Finançament Just. Foto: UGT

Trasladado al árido mundo de las finanzas públicas, si queremos que el Estado condone a la Comunitat Valenciana unos 27.500 millones de euros de deuda, que es la cifra que ha calculado que nos corresponde nuestro experto en finanzas patrias Francisco Pérez, director del Ivie, Mazón y el ministro socialista que nos toque en suerte, junto al resto de la sociedad que respalda una financiación justa –seis años hace de aquella manifestación, y seguimos igual–, deberían lanzar el ancla en los medios de comunicación nacionales cuanto antes y por elevación, unos 30.000 millones, que luego vendrá María Jesús Montero con las rebajas.

Ya lanzó una hace unos días, pero no pasó de Requena, Salvador Navarro, presidente de la CEV, al manifestar que la quita en el caso valenciano debería ser del 70% de la deuda contraída con el Estado, unos 34.000 millones. Cifras que contrastan con los menos de 10.000 millones que nos atribuyeron, a ojo, cuando el PSOE firmó el pacto con ERC. Si el punto de partida son 10.000 millones, poco sacaremos de más.

¿Y eso qué le importa al valenciano de a pie? Pues de ello depende que la Generalitat valenciana libere, para gastar en otras cosas, varios cientos de millones de los 870 que en 2024 tendrá que destinar al pago de intereses de la deuda. Casi nada.

PS: además de pedir, hay que controlar el gasto. Esto que ha destapado la OCU puede que sea de juzgado de guardia porque, de ser cierto, alguien se está forrando con el material ortopédico que pagamos todos.

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