ELCHE. Salir en bicicleta por los mismos caminos por los que rodabas en la infancia. De repente, el olor a ciprés deja tu cuerpo agarrado al manillar, pero transporta tu mente al recuerdo de un verano hace 25 años. Sentir paz. Olvidarse del frenesí del ahora. A través de evocar estas escenas, el ilicitano Jorge Albaladejo invita en su nuevo libro, Reflexiones lentas para un mundo con prisas, a filosofar sobre las infinitas alternativas entre las que puede elegir el ser humano y el poco tiempo que tiene para hacerlo y para dedicar a sus seres queridos.
La muerte, la prisa, la melancolía o los problemas entre clases sociales son temas que se entremezclan con formatos de microrrelato o prosa poética, siempre desde una filosofía del día a día y con un componente emocional. "Cuando me viene alguna de estas imágenes me gusta transmitir la sensación, llevar de la mano al lector en este paseo emocional, no tanto explicar lo que hay detrás del recuerdo". Además, matiza que sus letras pueden producir efecto tardío, "no necesariamente al momento de leerlas".
Esta es precisamente una característica del estilo del ilicitano, el idioma de la memoria: "Yo no escribo sobre emociones, pero describo escenas que evocan emociones. Cuando lo leo, me recuerda a las emociones que sentía cuando lo escribí. Mi ambición es que cuando otras personas lo lean, se transmitan emociones y sensaciones parecidas".
Este libro nació de un periodo adverso para el escritor, cuando decidió tomarse un tiempo sabático "y, al parar esa maquinaria frenética de trabajar y de hacer muchas cosas, me pude relajar un poco y empezaron a venirme imágenes a la cabeza mientras iba en bici por los campos de la zona". En estas páginas el lector o lectora no encontrará a los grandes clásicos pensadores, sino filosofía de vida y una invitación a reflexionar "por qué vivimos así", apunta.
Albaladejo autopublicó este segundo libro en febrero de 2021 y ya tiene un tercero en camino, que espera sacar el abril o mayo de este año. "He hecho un poco de trampa, porque llevo escribiéndolo 20 años", comenta medio en broma medio en serio. "Empecé a escribir con 17-18 años como autoterapia, pero nunca me parecía que los textos tuvieran la calidad suficiente. No digo que ahora la tengan -eso tendrán que juzgarlo otros-, pero los dos libros anteriores me animaron, así que empecé a repasar y a extraer los relatos que más podrían ser publicados", cuenta el modus operandi.
El hilo conductor de esta tercera obra del ilicitano es la depresión, pues "la mayoría de estos relatos salieron de un estado depresivo. No quiere decir que sean necesariamente tristes o hablen de la depresión, pero sí que tratan sobre la forma de entender el mundo o de sentirse de una persona que está pasando por estos procesos". Así, el título para el libro que verá la luz en un máximo de dos meses es Destellos fugaces, "porque son microrrelatos", y el subtítulo, Relatos desde la depresión, "que no de la depresión", diferencia Albaladejo.
'Manual de supervivencia para unicornios' fue el primer libro del ilicitanoDe temática diferente fue Manual de supervivencia para unicornios, la ópera prima con la que el autor se tiró a la piscina de la autopublicación. Más enfocada a la autoayuda, trata sobre las altas capacidades y el hecho de ser un adulto superdotado. "Todo vino a raíz de un burnout profesional que me llevó a una crisis vital, porque justo cumplí 40. Fue entonces cuando descubrí que hay adultos superdotados que no fueron detectados en el colegio y no saben realmente que lo son, lo que conlleva una forma diferente de pensar y unas dificultades de adaptación al entorno", explica.
"A raíz de esta crisis, hice la prueba y descubrí que tengo altas capacidades", desvela. Un hallazgo que tilda de "tabú; yo mismo sentía vergüenza hablando de esto, porque no quería parecer prepotente o arrogante". Así nació el primer libro de Albaladejo hace aproximadamente un año, que se divide en tres partes: una más divulgativa, sobre el funcionamiento de las altas capacidades; una más biográfica, donde cuento cómo he ido llevando mi vida tratando de adaptarme al entorno y ahora que he descubierto esa piedra angular que explica por qué voy de depresión en depresión o de burnout en burnout, y una tercera más filosófica, explicando cómo entiendo el mundo y cómo lo hacen muchas personas superdotadas".
