VALÈNCIA. Las nuevas excavaciones realizadas en el yacimiento Los Saladares, en Orihuela (Alicante), han proporcionado información sobre las prácticas económicas desarrolladas por esta comunidad del Bronce Final / Hierro Antiguo con una ganadería centrada en la explotación de ovejas y cabras, bovinos y cerdos.
Estos trabajos han sido financiados por el Ayuntamiento de Orihuela, que ha encargado las investigaciones a un equipo de arqueólogos de la Universidad de Alicante, quienes han llevado a cabo la tercera fase de las excavaciones, entre los días 6 y 17 de mayo.
Los trabajos han aportado información sobre la fase fundacional del yacimiento, fechada a partir de diferentes dataciones radiocarbónicas en la transición entre los siglos IX y VIII a. C. y se han identificado restos de cabañas y espacios de vertido localizados en la parte más alta del cabezo.
El catedrático de Prehistoria y director del grupo de investigación en Prehistoria y Protohistoria de la Universidad de Alicante, Alberto Lorrio, ha explicado que en esta última fase el material recuperado incluye cerámicas a mano de diferentes calidades, que incrementan el repertorio recuperado en las campañas anteriores.
A este repertorio se añaden, según ha explicado, algunos fragmentos de ánfora procedentes de los asentamientos fenicios de la costa mediterránea andaluza hallados en los niveles más recientes de esta fase, lo que sitúa esos primeros contactos en un momento anterior a la presencia fenicia estable en la zona del bajo Segura.
Además, en esta ocasión, el catedrático de la UA indica que estos restos "se complementan con la información paleobiológica, ya que se han encontrado interesantes restos de las faunas doméstica y silvestre consumidas por los habitantes del yacimiento".
Entre ellos, ha destacado el hallazgo de "un asta de desmogue (proceso natural que sucede cada año cuando los cérvidos pierden sus cornamentas) de cérvido con marcas de procesado que sugieren el aprovechamiento de esta materia prima para la confección de útiles". De igual relevancia, según Alberto Lorrio, es "el hallazgo de restos de galápago, que ponen de manifiesto el aprovechamiento de esta especie con fines culinarios".
El catedrático de la UA indica que "estos descubrimientos son de gran interés, pues proceden de los niveles más antiguos y aportan información sobre las prácticas económicas desarrolladas por esta comunidad del Bronce Final/Hierro Antiguo con una ganadería centrada en la explotación de caprinos (oveja y cabra), bovinos y cerdos.
El estudio faunístico se está llevando a cabo en la sección de Arqueología del IVCR+i (Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació de la Generalitat Valenciana), al mismo tiempo que se están realizando los estudios paleocarpológicos (semillas) y antracológicos (carbones) por investigadores de la Universitat de València.
Además, Alberto Lorrio ha avanzado que está previsto "continuar con la musealización del yacimiento, poniendo en evidencia la clara vocación divulgativa del proyecto, que permita la integración de estos bienes patrimoniales en la sociedad".
A este respecto, ha precisado que la actuación se centrará en la restauración de una vivienda del inicio de la Edad del Hierro fechada en la primera mitad del siglo VII a. C. excavada en anteriores campañas, que ha proporcionado importantes evidencias sobre la transformación de los grupos locales de finales de la Edad del Bronce como consecuencia del impacto colonial, y cuya localización en la terraza inferior pone de manifiesto el rápido crecimiento de la población, que a partir de ese momento empezó a ocupar las zonas más llanas y más accesibles del yacimiento
Los trabajos han contado con la financiación del Ayuntamiento de Orihuela, propietario del yacimiento, y constituyen la tercera fase del proyecto de investigación, iniciado en 2021, entre esta institución y la Universidad de Alicante.