ALICANTE. La Asociación de la Empresa Familiar de la Provincia de Alicante (Aefa) ha convertido el tamaño de las empresas en su gran caballo de batalla, en busca de competitividad y capacidad de innovación. Junto a la fiscalidad autonómica y los retos que deja la situación macroeconómica tras la pandemia, la guerra y la escalada inflacionista, trazamos con su presidenta, Maite Antón, la foto del sector en la provincia en este comienzo de verano electoral.
En la asamblea anual de 2023 se informó de que Aefa había alcanzado los 174 asociados, ¿qué objetivo numérico se fijan, si es que se lo fijan, y qué valoración hace de la penetración de Aefa en el tejido empresarial familiar de la provincia?
En realidad no nos marcamos como objetivo alcanzar un número específico de asociados, preferimos ir creciendo, pero de forma sostenible y constante, que las empresas familiares que se sumen a AEFA, independientemente de su tamaño o sector, compartan los principios y valores de nuestra Asociación y les ayuden las acciones que realizamos. También queremos que haya representación de todos los sectores económicos de nuestra provincia y de todas nuestras comarcas para que sigamos cohesionando nuestro territorio a través de las empresas familiares, que tanto aportan al estado de bienestar de nuestra provincia y que actualmente suponen el 92% de su tejido empresarial.
¿Cuáles son los principales retos que en estos momentos afrontan los asociados de Aefa y la empresa familiar en general, relevos generacionales y tamaño de la empresa aparte?
Las empresas familiares se enfrentan a los mismos retos que las no familiares: para empezar la supervivencia en un mundo de cambios continuos, para lo cual la constante innovación y la adaptación a las nuevas tecnologías es fundamental, también la captación y crecimiento de talento, la transformación digital, la adaptación a los cambios en los modelos de consumo, etc. Y a todo ello hay que añadir los que son propios de estas empresas: las relaciones entre los miembros de la familia empresaria y de sus posibles divergencias. Un reto a todos los niveles es hacer convivir de manera positiva personas de distintas generaciones (boomers, X, millennians, Z) con inquietudes muy diferentes y que esa mezcla no sea fuente de conflicto, sino que aporte valor.
La profesionalización, establecer una planificación mediante instrumentos como el protocolo familiar y adoptar estructuras de gobierno adecuadas, son también retos importantes a la hora de promover la continuidad de las empresas familiares. Gracias a esta profesionalización podemos mantener la gestión de las tres esferas que se dan en la empresa familiar: la empresa, la familia y la propiedad, de una forma independiente y al mismo tiempo alineada.
En cuanto al tamaño, usted apuesta por incrementarlo, pero en ocasiones crecer puede ser contradictorio con mantener el carácter familiar, ¿cómo conciliar ambas ideas?
Creo que no tiene por qué ser algo contradictorio. Si dentro de la empresa familiar se comparten unos valores, se conoce cuál es la misión y cuál es su visión a largo plazo, y los responsables de los órganos de dirección y miembros de la empresa familiar saben transmitir todas estas cuestiones a todos los públicos que forman parte de la organización, aunque la empresa crezca, se seguirá manteniendo su esencia y esos valores no se perderán. De hecho erróneamente se piensa que el carácter familiar solamente se aplica a empresas de pequeño tamaño, cuando no es así. Muchas de las empresas más importantes de España como Mercadona o Inditex por ejemplo, son empresas familiares. Tampoco el que coticen en bolsa determina que pierdan ese carácter familiar.
Sin duda, el tamaño de las empresas es el gran caballo de batalla que aún tenemos pendiente de resolver. La mayoría de las empresas en nuestro tejido empresarial son pequeñas y medianas, frente a otros países de nuestro entorno europeo, y esto representa un problema en la mejora de la competitividad, de la innovación, de la internacionalización y derivado de esto en las posibilidades de mejoras para todos las personas que componen nuestras empresas.
El último ejercicio media docena de empresas familiares históricas de la provincia (Café Jurado, Suavinex, La Escandella, Aceitunas Serpis…) fueron adquiridas por fondos de inversión o multinacionales. ¿Qué lectura realiza de este escenario?
La primera lectura es que estas empresas familiares son modelos muy eficientes en su gestión y con una historia y trayectoria de prestigio que las hace atractivas para los fondos de inversión y las multinacionales. Pero lógicamente cada empresa familiar puede vivir distintas circunstancias que impidan la continuidad en manos familiares o que requieran una inversión imposible para atender a las necesidades de ese sector. Para nosotros, la supervivencia de las empresas es la prioridad, por lo que supone de mantenimiento de empleo y de actividad, pero lógicamente preferimos que la venta se realice a otra empresa familiar que mantenga los valores y el arraigo al territorio.
También hay casos en los que se vende una parte para poder acometer el crecimiento necesario y con el tiempo se recompra esa participación. En cualquier caso, la venta de la empresa familiar no determina la desaparición de la familia empresaria, en algunos de los casos que se mencionan, la familia ha continuado tras la venta, manteniendo una estructura empresarial con los fondos obtenidos, realizando inversiones, diversificando en otros sectores, etc.
En los últimos meses Aefa ha insistido mucho en la fiscalidad, ¿espera un cambio al respecto con el nuevo Consell?
Así lo han manifestado en todas sus declaraciones y en todo caso nosotros seguiremos haciendo la labor de concienciación con todos los partidos políticos y con la sociedad en su conjunto, porque creemos que es bueno para todos. Algo que siempre hemos reivindicado, y que seguiremos haciendo ante el nuevo Consell, es que se reduzca la presión fiscal que soportan nuestras empresas, que al final repercute en todas las personas que trabajan en ellas. Dimos un paso importante con la bonificación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, pero aún se deben dar más en lo que se refiere a la tributación.
En 2022 la presión fiscal en España se situó en máximos históricos, superando el 42% del PIB y, por tanto, quedando por encima de la media europea, que rondó el 41,7%. Esta tendencia debe cambiar, y las empresas familiares deben ser apoyadas y vistas por las Administraciones como lo que verdaderamente son: motores generadores de empleo y riqueza en nuestro territorio.
¿Qué otras medidas propuestas por Mazón durante la campaña electoral son positivas para las empresas familiares y, por tanto, hay que pedirle que cumpla?
Lo primero que hay que pensar es que aquello que sea bueno para la empresa familiar será bueno para todas las personas de nuestra provincia, por dos motivos. El primero, es el motor de la economía y de la sociedad, tanto cuantitativa como cualitativamente. Y el segundo, la visión humanista actual de la empresa, reforzada por los valores familiares, debe dejar atrás una confrontación entre empresarios y trabajadores (hasta los términos parecen arcaicos), sustituyéndose por el concepto de un proyecto común en el que todos se esfuercen para hacerlo crecer y así tener cada vez mejores condiciones de vida.
En cuanto a las medidas propuestas por Mazón es muy importante la reducción de trabas administrativas, la agilización de trámites para crear actividad y empleo, la obtención de licencias y autorizaciones, el silencio administrativo positivo y las declaraciones responsables. En todo caso, en breve mantendremos reuniones con todas las instituciones para trasladarles nuestras propuestas e inquietudes en nombre de todas las empresas familiares de la provincia. También le pediría que defienda a nuestra Comunidad y en particular a nuestra provincia en cuanto a las inversiones y financiación, puesto que en ese sentido estamos francamente maltratados sin ninguna justificación.
En general, ¿qué pide Aefa a los nuevos gobernantes municipales y autonómicos surgidos de las urnas el pasado 28 de mayo?
Ante todo, pedimos responsabilidad y compromiso con los ciudadanos. Sobre todo, que asuman su papel fundamental de facilitadores de la actividad económica de sus territorios. Pedimos también una forma de hacer política que no se base en la confrontación de posturas simplemente por contradecirse entre gobierno y oposición, sino que aprovechen los próximos cuatro años para hacer una alianza sólida junto a los técnicos municipales y autonómicos para resolver todos los frenos y trabas al desarrollo económico de nuestros municipios, porque de ahí surgirán más recursos económicos para ayudar a toda la sociedad: una nueva forma de gestión administrativa con mayor unión entre todos los participantes.
Y con vistas a las elecciones generales, ¿qué habría que pedir a los partidos que se presentan y a quien ocupe el Gobierno después de las elecciones?
Algunas de las cuestiones mencionadas en la anterior pregunta pueden trasladarse a nuestro gobierno central. Hay que pedir a todos los partidos responsabilidad hacia la ciudadanía y también sentido de estado a la hora de formar el nuevo Gobierno. Los ciudadanos esperamos que el nuevo Gobierno adopte las medidas necesarias para que la marcha de la economía no se detenga, y para que el estado de bienestar siga manteniéndose.
Necesitamos gobiernos sólidos que generen marcos estables legislativos y tributarios, donde las empresas familiares podamos continuar trabajando y generando empleo. Es fundamental que se regule un marco formativo adecuado para desarrollar el talento entre nuestros jóvenes y aquellos ciudadanos que buscan empleo, adaptando los métodos y necesidades formativas a la realidad económica. Estas podrían ser algunas de nuestras peticiones, pero como he mencionado tenemos otras más que queremos presentarles personalmente.
¿Cree que, con las ‘campañas’ de los últimos tiempos, la imagen de los empresarios se ha deteriorado? ¿Qué habría que hacer para mejorar la percepción social de las empresas?
Creo que la sociedad cada vez es más consciente de lo que realmente aporta el empresario a la sociedad y del verdadero compromiso que la empresa familiar mantiene con su entorno, ya que son modelos muy arraigados en el territorio. Desde AEFA no nos cansamos de transmitir, cada vez que tenemos la oportunidad, de todo lo bueno y positivo que aporta la creación de empresas familiares no solo para la economía de nuestra provincia, sino también para la sociedad en general. Hay que transmitir a toda la sociedad, y en particular a nuestros jóvenes, que cuantas más empresas sólidas haya en nuestro país, mejor serán las condiciones de vida para todos y que todo ello es posible gracias a personas emprendedoras que con mucho esfuerzo tienen proyectos empresariales que consiguen mantener en el tiempo. Eso es una realidad incontestable.
Trabajamos para que este mensaje llegue a toda la sociedad con eventos como los Premios de la Empresa Familiar o la Gala de las Empresas Centenarias, pero también mediante nuestras Cátedras de Empresa Familiar en las Universidades de Alicante y Elche y queremos llegar también a los más jóvenes, transmitir el mensaje de que el compromiso y el esfuerzo obtienen siempre su recompensa, tanto individualmente como para el conjunto de la sociedad. Debemos estar más en los medios de comunicación mostrando esa realidad.
Volviendo a Aefa, ¿de qué logros se siente más orgullosa durante su mandato, y qué objetivos le quedan por cumplir?
El mero hecho de mantener el elevadísimo nivel de mis predecesores (Manuel Peláez y Paco Gómez) ya es un logro; y aumentar la visibilidad y utilidad de ese prestigio y buen hacer de AEFA es mi responsabilidad, así como poner en valor la importancia transcendental de la empresa familiar en nuestra sociedad. Me siento especialmente orgullosa de las personas y empresas que forman AEFA, de los que me han acompañado en la Junta Directiva, de haber situado a la empresa familiar como un elemento cohesionador de nuestra provincia, un objetivo que fue iniciado por nuestro presidente Francisco Gómez y en el que nosotros hemos continuado trabajando desde AEFA. Me siento orgullosa de la unidad y fuerza que tiene nuestra asociación y del dinamismo y actualización constante que desarrolla y transmite. Por ejemplo, hemos sido de nuevo pioneros al crear el primer código ético de AEFA porque es algo en lo que creemos firmemente y que formaba parte de nuestro espíritu, pero que hay que tangibilizar como buena práctica.
También me siento orgullosa de predicar con el ejemplo en cuanto a la ODS 17 de alianzas para conseguir los objetivos, realizando acciones conjuntas con el resto de organizaciones de nuestro entorno en total armonía y comunión. Además, si alguna de las empresas familiares, asociada o no, que ha asistido a alguna de las actividades desarrolladas ha encontrado las herramientas o el apoyo para mejorar su actividad, mantener el empleo y para hacer frente a alguna de las dificultades a las que nos enfrentamos, estamos cumpliendo con nuestro objetivo.
Respecto a lo que nos queda por hacer, esto no acaba más que empezar, tenemos 28 años de existencia como asociación, lo que son muchos frente a la longevidad de otras organizaciones empresariales. Fuimos la primera en constituirse en España tras el IEF y tenemos que continuar trabajando para dar un vuelco a la estadística y que cada vez sea mayor el número de empresas familiares que llegan a tercera y cuarta generación. Curiosamente soy la primera presidenta miembro de segunda generación de empresa familiar y eso es indicativo de los retos de futuro. Los empresarios familiares lo entenderán muy bien. Así que mi labor es seguir trabajando en los importantes fines de la asociación y contribuir a mantener en el largo plazo este extraordinario proyecto. Igual que en la empresa familiar.
Aefa trabaja con el Consell una nueva normativa para ampliar bonificaciones en la transmisión de propiedad para la empresa familiar.