ELCHE. El cese de la ya exconsellera ilicitana Mireia Mollà sigue trayendo cola. Aunque diferente según el ámbito. Desde la rama de Iniciativa en la ciudad, además de estar totalmente en contra de la decisión, se reivindica su gestión en el municipio; en la oposición, desde el Partido Popular se acusa al Consell de "ningunear una vez más" a la ciudad. Y sobre todo, desde el congreso de febrero, como ha contado este medio, y después con el nombramiento de Aitana Mas como vicepresidenta del Ejecutivo valenciano, la tensión ha ido en aumento en el seno de la coalición. Aunque se da por hecho que la decisión se ha tomado por un cúmulo de factores, fuentes de la misma apuntan a que lo que ha trascendido es tan solo la punta del iceberg.
Se da por hecho que la decisión no ha sido fácil, "ningún capricho", máxime viniendo del mismo espacio y comarca, y a medio año de los comicios locales y autonómicos. Aunque señalan que había habido enfrentamientos con otros cargos públicos y que estaba en una suerte de "desobediencia", pero no —o al menos no solo— con respecto al liderazgo de Mas, que fue refrendada por unanimidad, sino de la coalición. Para estas fuentes, hay gestos públicos que hablan por sí solos como el plantón en el cambio de cartera para entregársela a Isaura Navarro. Creen que se ha estado tensando la cuerda desde que 'perdió' el congreso de febrero.
Por otra parte, y según ha podido saber este medio, la tensión en la coalición con el asunto de las plantas solares y la llamada de atención de la exconsellera por la lentitud en la gestión no se circunscribe únicamente a ese 'toque', sino que viene de meses atrás, desde el decreto planteado para agilizar su implantación y que provocó la redacción de una carta de diputados de Compromís y de Unides Podem contra el mismo. No se trataría por tanto de una cuestión menor en la formación, de la que se ha debatido en el tiempo, y de la que miembros tampoco entienden como justificación que el presidente Puig llamara también a la agilización, cuando el asunto ha generado quebraderos de cabeza importantes a alcaldes y miembros de gobiernos donde se ven afectado terreno natural y cultivos como los viñedos, entre otros. En algunos municipios ha acarreado el blindaje del territorio a nivel urbanístico.
Por último, en clave interna, esa tensión también se expresó con el nuevo reglamento interno de Compromís en Fira València, en el que se aprobó que las dos facciones más importantes, Iniciativa y Més, se repartirán los dos primeros puestos de salida en las candidaturas locales. Las tres asambleas de las formaciones, Els Verds inclusive, se realizaron simultáneamente, para después refrendarlo en la común, a la que mientras que estaban el resto de consellers, ni Mollà ni otros cargos afines participaron. Otro de esos 'gestos' de los desencuentros internos.
En definitiva, un cúmulo de factores —pasando por una bicefalia compleja de gestionar— y razones posibles de las que tan solo Mas y su núcleo duro conocerán al completo. En cualquier caso, fuentes de Compromís —como esgrimía la opinión Lo de Mollà desde Elche—, son conscientes del carácter e ímpetu de Mollà en política, lo que también ha generado muchos contrastes según quién a la hora de trabajar con ella, como se ha visto estos días en las redes sociales.
Pasando al ámbito local, los dos ediles de Compromís per Elx, Esther Díez y Felip Sànchez, también de Iniciativa —el segundo, previo paso por Gent de Compromís—, mostraban una vez más su apoyo a Mollà, con quien han actuado siempre en sintonía, destacaban la gestión de la exconsellera ilicitana en la ciudad. Principalmente con una de las inversiones más reivindicadas en los últimos años, la nueva depuradora de Algorós, hasta ahora el proyecto más caro consignado de la Generalitat Elche, con un coste de 50 millones de euros. También le atribuyen el haber conseguido el acuerdo del trasvase Júcar-Vinalopó, que afectará a los regantes del Camp d'Elx, así como de comarca y provincia, la defensa del trasvase Tajo-Segura "o que la comunidad haya sido una de las primeras en desbloquear la situación con las quemas agrícolas", defendía Sànchez, edil de Medio Rural.
Por parte de la portavoz, también concejal de Medio Ambiente, destacaba "el avance en la protección del Clot de Galvany, ahora en trámite, el Proyecto Life para protección de la Cerceta Pardilla, también en el Clot, o el plan para renaturalizar la desembocadura del río Vinalopó", que por otra parte tendrá que adelantarse un tramo al no ser terreno municipal el tramo en el que se pretendía empezar. Díez ha sido uno de los cargos públicos que más se ha 'mojado' en esta cuestión, calificando de "error" la destitución a unos meses de los comicios.
A todo esto, empieza ahora el runrun en los mentideros locales (y no locales) sobre qué decisión tomarà la exconsellera, dado que ahora ha quedado sin cargo público. Si esperará para seguir en política de altos vuelos, en este caso a nivel ncaional, o si por el contrario probará suerte de nuevo en Elche, donde Iniciativa podría volcarse en las primarias de febrero tras no llegar a acuerdo con Més. Ello teniendo en cuenta que de un lado los últimos resultados locales en 2019 en los que era la candidata no fueron buenos porque perdieron dos de cuatro concejales, aunque por otro, es un rostro muy conocido y que ahora podría venir con un mayor 'cartel' tras haber pasado por el Consell. En cualquier caso, aún es muy pronto.
Para finalizar, este jueves el portavoz del PP Pablo Ruz también hacía declaraciones al respecto del cese de Mollà, esgrimiendo que después de haber destituido a otra consellera ilicitana, Carolina Pascual, "ahora a la otra consellera ilicitana, desde nuestro punto de vista, sin entrar en valorar el trabajo realizado que ha sido bastante escaso y deficitario de la señora Mollà, lo que viene a presentar es el desprecio que Puig siente por la ciudad de Elche y esto nos preocupa enormemente". Para el presidente y candidato de la formación popular, "la purga que tienen con Elche es inaudita a la falta de inversiones. Ahora se suma la falta de representantes, lo que revela todo esto es que Ximo Puig y Aitana Mas están más preocupados de sus luchas internas que de los valencianos".