El actor y dramaturgo valenciano Roberto Hoyo inaugura PlayLab, una sección en la que se convierte en una especie de Don Juan Tenorio de las artes escénicas valencianas para poner a prueba a actores y actrices de la escena sobrepasando sus límites
VALÈNCIA. “Yo voy a ser una persona poderosa en València, y te voy a poder contratar. Te lo tienes que ganar aquí”. Con este poderío se refiere el actor y dramaturgo valenciano Roberto Hoyo a un actor valenciano en un ejercicio de Playlab, la nueva sección que inaugura en su canal de YouTube. En esta sección, creada también de la mano de Sofía Zaragoza, Hoyo se convierte en director de teatro para mandar sobre los actores y actrices de la escena valenciana. Lo hace con soberbia y sin tapujos, intentando dar vida a una especie de Don Juan Tenorio actualizado que dominará el mundo, salvo que en vez de conseguir a todas las mujeres lo que intenta Hoyo es lograr todos los bolos de la ciudad… y a su vez someter a los actores y actrices que le rodean.
En este caso concreto esa frase se la espeta a Mauro Cervera i Just, actor y compañero con el que aparece en El que sabem y al que ahora enfrenta a un reto frente a la cámara: debe dar vida a un personaje “machirulo” de Lluvia Constante, una obra escrita por Keith Huff.
Este es el tercer ejercicio de PlayLab, una sección que tal y como la define el propio Roberto sirve para enseñar lo que sucede entre cualquier director y un actor antes de que salga a escena: consejos, ejercicios y puestas a punto de cualquier historia que luego se muestra tras el escenario. Lo que se ve en cámara es lo que pasa en esos ensayos, enseñando una parte creativa que aún no estaba reflejada: “No estamos bien representados en internet, este trabajo revaloriza como es la actuación de los actores. En internet no somos nada guays”, comenta el dramaturgo.
Con cada capítulo cambia todo, o elige Roberto el texto o lo hacen los actores. En ambos casos el actor opta entre confort o reto, y según el día que le dé a Roberto se varía la dificultad de cada ejercicio de actuación. Quienes le conocen, como Mauro, se atreven con el reto y se someten cien por cien a sus directrices: “Le conozco de toda la vida y hemos trabajado juntos, es un tío que se adapta mucho a la persona con la que trabaja y lo hace de forma muy empática” a pesar de que en el ejercicio tiene el choque con el personaje que interpreta, más mandón.
Partiendo de la improvisación y de un breve guión generan un contenido audiovisual basado en lo que no se ve en realidad, haciendo quedar a Roberto en el papel de un Don sin saber distinguir qué es ficción y que es realidad. Cuenta Mauro que tras tres horas de grabación se genera un vídeo de apenas ocho minutos en el que va surgiendo todo bajo sus mandos: “Roberto cuenta con un personaje más construido y con aires de superioridad. Cuando entrábamos en la ficción se generan situaciones más incómodas y más tela que cortar, pero había palabras de seguridad para salir de según qué situaciones para hablar de lo que se estaba construyendo”. A pesar de que el producto final es solo un pequeño extracto de lo que sucede de verdad entre los actores y “el director” hay aprendizaje y progreso.
Todo esto es excusa para presentar la siguiente obra de Roberto: Don Roberto, en la que actualiza a Don Juan Tenorio al siglo XXI a través de estos métodos: “Yo me mojo en todo esto, es como hacer un doble o nada en mi carrera. Como ya tengo algo de experiencia en el sector y un poquito de éxito me aprendo a venirme arriba”, comenta orgulloso. La filosofía es la del poder y la soberbia, en PlayLab Hoyo es un director intocable, y se autoproclama como”el mejor de València”, con una filosofía que define como “Don Juanesca".
“Es como que las cosas que hago me ponen como cachondo [ríe] yo quiero hacer cosas de verdad y que me hagan sentirlo todo, que me seduzcan”. Otra de las actrices que forma parte del reto es Paula López Collado quien escoge reto también con un monólogo de Historias de un matrimonio. En el caso de su vídeo no todo sale como se esperaba, y eso a su vez genera mucho más juego a la hora de grabar: “El guión que yo tuve fue el de la escena a trabajar, es el único papel que tuve que estudiar. Y ni siquiera lo hice bien, lo que generó material”, explica la actriz.
En su ejercicio se entremezclan -como en el resto de vídeos de la sección- una parte de realidad y ficción, que se ve quebrantado por el elemento de la cámara: “Todo lo que ocurre en el PlayLab es real, todas las impresas con el texto son de verdad, las conversaciones, los apartes, los conflictos, los debates... pero contamos en un elemento que es una cámara, que está grabando todo lo que ocurre y con lo que se generará un material que recogerá una pequeña parte de todo lo vivido en la sesión”, explica la actriz, quien asegura que la cámara es la que genera ficción a ojos del espectador o espectadora.
Con cámara o sin ella todo es un ensayo para Don Roberto, obra que completa su trilogía de adaptación de clásicos en la que ya cuenta con Hanle y con Lázaro: “Es una autoficción que cambia hacia el futuro, en la figura de director de PlayLab muestro lo que soy con un tono retador y soberbio de no tener miedo a nadie”. La obra se está preparando de cara al 2024, ya que en este momento no quiere trabajar con prisas ni presiones, y porque cuanto más dure la investigación también construye al personaje. Para comenzar lo empezaron a hacer con compañeros que supieran que iban a “entender el código”, pero poco a poco se van uniendo a los vídeos otros profesionales del sector valenciano: “Al final el capítulo se va creando sobre la marca, y u partiendo de lo que deciden vamos a un ejercicio de escenificación real o de una película”, comenta el dramaturgo.
Todo esto se hace desde el punto de incomodidad, que para Roberto es la manera que existe de que el actor pueda crecer. “Yo he trabajado mucho como actor y tengo cierta seguridad en el hecho de como hablarle al actor y como proponerle algo. El guion se construye sobre la marcha, vamos descubriendo poco a poco cual es el conflicto real y lo que nos da juego. Comenta Mauro que el tono puede ser más como una especie de humor tipo Paquita Salas o The Office, siempre y cuando se comprenda que Roberto lo que hace es interpretar a un personaje.
“Interpreta a alguien con poco tacto, un poco ególatra y con ideas de tirando. Siempre hay ejercicios que se tienen que decir las cosas a la cara, pero por suerte esta lucha de egos no se vive tanto”, comenta Mauro entre risas. En el caso de Paula comenta que al conocer ya a Roberto le supone un trabajo complicado a la hora de “tomárselo en serio”: “Es difícil, y más en esos aires de superioridad que destila en PlayLab a la hora de abordar las escenas. Por tanto, colocarme en ese lugar ha sido curioso pero también ha sido sencillo porque he confiado siempre en todo lo que me proponía”, confiesa.
Finalmente parece que si a los actores les da respeto a la vez que un poco de temor es porque algo está haciendo bien con su trabajo, dando paso a Don Roberto por delante del Roberto Hoyo que conoce València, ese que solo actuaba. El que viene dominará la ciudad en un abrir y cerrar de ojos, y no lo hace ya porque lo bueno se está creando lento y con cuidado, para mostrar la mejor versión de tal personaje.