La Comunitat vive el auge de uno de sus sectores menos explotados, pero con mucha proyección: el camping. Numerosos empresarios, algunos de ellos locales, están dando una segunda vida a terrenos no urbanísticos alejados del centro de las ciudades para convertirlos en alojamiento turístico. ¿El motivo? Todavía hay demanda que cubrir
VALÈNCIA. Como una furgoneta rediseñada para ser ‘camper’, la Comunitat Valenciana está viviendo una transformación de sus espacios libres en nuevos proyectos que dan alas a alojamientos para camping. Esta modalidad siempre ha ocupado un gran porcentaje del total de estancias disponibles en la plaza, pero en los últimos años el número de proyectos se ha incrementado considerablemente. Síntoma del interés que despierta entre los empresarios, tanto por tasas de ocupación altas como por el reducido coste que tiene su nueva implantación en algunas ocasiones, como son las preparadas para autocaravanas. Y la pandemia también ha puesto su granito de arena.
Así lo reflejan las cifras. A 25 de julio de 2022, los datos de Turisme Comunitat Valenciana registran ciento cuarenta y tres campings dados de alta en las tres provincias. Como suele ocurrir con todo lo que tiene que ver con el turismo, Alicante se lleva la palma. Así, de ellos, cincuenta y seis están ubicados en la Costa Blanca, seguida de Valencia, con cuarenta y cuatro, y los cuarenta y tres de Castellón. Estos números se traducen en más de setenta y cuatro mil plazas disponibles en este tipo de alojamiento: 32.710 en Alicante, 20.807 en Valencia y 21.588 en Castellón.
Pero ¿por qué está despertando el interés de los empresarios en estos últimos años? El presidente de la Federación de Campings de la Comunitat Valenciana, Pepe Frasquet, cree que el motivo principal es la demanda. «Hay un desequilibrio entre la demanda y la oferta; hay más demanda. Vemos posibilidades de negocio en crear nuevos establecimientos en la Comunitat Valencianat». El empresario cuenta con el camping Kiko Park, en Oliva, y el KikoPark Rural de Villagordo del Cabriel. Para Frasquet, este tipo de alojamiento se está convirtiendo en una forma de viajar con una aceptación mayor cada día que pasa. Además, la evolución de esta modalidad ha ido abriendo nuevas posibilidades y clientes, como es el caso de los bungalows o el glamping, «productos nuevos que están teniendo éxito», según remarca Frasquet en una conversación con la revista Plaza.
Entre los puntos fuertes, señala que la tasa de ocupación suele ser alta y no conoce la estacionalidad. A grandes rasgos, tiene un cliente muy definido: en verano, más nacional y para familias; en invierno, turistas europeos jubilados que reservan para largas estancias. Es más, Frasquet apunta que la Comunitat Valenciana se ha convertido en el destino mayoritario para los turistas de Europa para pasar los inviernos como un modo de vida.
Aunque con menos importancia, otro de los aspectos que puede influir a la hora de decidirse a poner en marcha una actividad como esta es la inversión inicial. Son cada vez menos los nuevos proyectos dedicados al estacionamiento de autocaravanas que, por ende, tienen costes más reducidos.
Cada vez son menos los nuevos proyectos que nacen dedicados al estacionamiento de caravanas y son más los de resorts
Sin embargo, la modalidad de cabañas sigue siendo menos millonaria que, por ejemplo, un hotel. Así lo atestigua el presidente de la Asociación de Campings de la Costa Blanca, Sergio Gómez, que es propietario del grupo Alannia Resort, con alojamientos en Guardamar del Segura y Crevillente, en la provincia, y tres más en Cataluña.
El alicantino considera que «uno de los puntos importantes para el auge del sector en los últimos años está en las modificaciones del decreto de 2005 que lo regula en la Comunitat». Entre otros asuntos, se reclasificaron los alojamientos, dando prioridad a los servicios más que a la superficie, y contemplando el 50% de su espacio edificable para cabañas, en lugar del 15% que establecía.
* Lea el artículo íntegramente en el número 95 (septiembre 2022) de la revista Plaza