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Almirón, adiós tras una trayectoria a la baja

13/02/2021 - 

ELCHE. El argentino Jorge Almirón cerró este viernes en Vigo su etapa como entrenador del Elche tras ser víctima de una nefasta racha de resultados con un equipo que fue de más a menos durante la competición.

Almirón, que también ha sufrido la sombra alargada del anterior entrenador, José Rojo 'Pacheta', ídolo de la afición tras lograr dos ascensos consecutivos, nunca logró conectar con el entorno de la entidad a pesar de ser para la vuelta del equipo a Primera la gran apuesta del propietario del club, el representante también argentino Christian Bragarnik.

El técnico confesó en su presentación que entrenar en España era un "sueño", pero desde el primer momento fue consciente de que las circunstancias no eran las ideales, ya que llegó al club para sustituir a un ídolo y, además, apenas tuvo tiempo para armar una plantilla y realizar la pretemporada, ya que el ascenso a Primera pilló a todos por sorpresa.

Todo se torció casi desde el inicio, ya que, de entrada, tuvo problemas para validar su ficha. De hecho, no pudo sentarse en el banquillo en la primera jornada y tuvo que pasar un control FIFA antes de que se autorizase su licencia.

Además, Almirón arrancó la competición con un proyecto a medio construir, por lo que apeló a la columna vertebral del equipo que logró el ascenso para aprovechar su energía y sobrevivir hasta la llegada de los fichajes.

Tras un debut amargo en casa ante la Real Sociedad (0-3), el equipo creció y comenzó a funcionar apoyado por jugadores como el portero Edgar Badía, Gonzalo Verdú y Josan Ferrández, sin experiencia en Primera, o Fidel Chaves y Pere Milla.

La ilusión por competir en Primera permitió al Elche, que apuró hasta el último día del mercado de verano para hacer hasta siete fichajes, firmar su mejor arranque en Primera tras ganar en las primeras jornadas al Eibar, Alavés y Valencia.

El Elche se convirtió en la revelación del campeonato, pero las estadísticas ofrecían datos preocupantes. Su portero era el que más paradas hacía y aunque el equipo era el que menos ocasiones de gol creaba, su porcentaje de efectividad era el más alto de la competición.

Sin embargo, cuando el equipo dejó de ser efectivo en las dos áreas se cayó de la nube. Poco a poco el efecto sorpresa se diluyó y  Elche, ya con todos sus efectivos, no dio el salto de calidad esperado porque muchos de los refuerzos no dieron un salto de calidad, como ocurrió con el argentino Sánchez Miño, Koné, el colombiano Lucumí o Luismi Sánchez.

Otras de las apuestas, como la de los argentinos Guido Carrillo y Emiliano Rigoni, llamados a marcar las diferencias en ataque, sufrieron lesiones importantes y el equipo se quedó sin chispa ofensiva, a excepción de los goles de Lucas Boyé, y de la calidad a balón parado de Fidel Chaves.

El entrenador, consciente de las limitaciones de su equipo y su vulnerabilidad, intentó modificar el dibujo táctico, pasando de una línea de tres centrales a una defensa de cuatro que, sin embargo, no evitó la dinámica negativa de resultados, amortiguada de forma puntual con empates de prestigio a domicilio ante Levante (1-1) y Villarreal (0-0) y Real Madrid (1-1) en el Martínez Valero.

La coartada de contar desde el inicio de la Liga con dos partidos pendientes, aunque marcados por al dificultad de tener que disputarse a domicilio ante Barcelona y Sevilla, y de mantenerse siempre fuera de la zona de descenso acabó por desmontarse en enero.

Las alarmas saltaron definitivamente tras la derrota ante el Getafe (1-3) y el empate en Valladolid (2-2), en el que el Elche, con un planteamiento muy conservador, se dejó igualar dos goles de desventaja en el tramo final del partido.

Almirón pidió públicamente hasta "cinco o seis" refuerzos, para lograr que el equipo volviera a ser "competitivo", pero el club, pese a tener fichas libres, solo apostó por los colombianos Johan Mojica y, ya a últimas hora, por Helibelton Palacios, petición expresa del entrenador, pero que aún no ha podido debutar.

El preparador argentino se marcha con un pobre bagaje, ya que en veinticuatro partidos (veintiuno de Liga y tres de Copa) solo ha sumado cinco victorias, encajando nueve derrotas.

Pasará a la historia de la entidad, además de por la actual racha negativa, por ser el técnico que más partidos consecutivos ha estado sin ganar.

La afición ya le señalaba como culpable desde hace varias jornadas, pero también le concede el papel de víctima del indefinido proyecto de Bragarnik, quien no atendió a las peticiones de Almirón para corregir la deriva del equipo.

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