SANT JOAN D'ALACANT. Reformar el patrimonio para darle una utilidad más allá de la herencia histórica. Incluirlo como agente activo dentro de la cultura de un territorio. Ese ha sido el punto de partida y objetivo de la Torre Ansaldo de Sant Joan d'Alacant, cuyas obras se encuentran en la fase final para convertir este Bien de Interés Cultural (BIC) en un centro de interpretación que, a su vez, acogerá diversos espacios culturales. "Está prácticamente acabada", asegura Eva Delgado (PSOE), concejala de Urbanismo, quien informa de que "la fecha de finalización prevista es el 30 de enero, un plazo de prórroga que se ha pedido para rematar la obra".
El Ayuntamiento de la localidad firmó el contrato para llevar a cabo los trabajos el 17 de marzo, en pleno confinamiento, y fue en mayo cuando se suscribió el acta de reanudación del proyecto. Las obras se han dividido en dos fases, planteadas de manera independiente en un principio, pero que se han acabado solapando: "La idea era que se terminara la consolidación de la torre y, acto seguido, se empezara con la rehabilitación. Pero por el tema covid la primera empresa hizo un parón y han acabado coincidiendo las dos, lo que ha dificultado la situación, aunque se han compenetrado bastante bien", traslada.
Las obras tienen un coste que supera el millón de euros, habiendo conseguido 700.000 euros de financiación pública, de administraciones como la Diputación de Alicante y la Unión Europea a través de los fondos FEDER. La fecha tope para poder justificar la subvención concedida era el 4 de noviembre, momento en el que, debido a los retrasos sufridos, "no se pudo justificar en su totalidad, pero estábamos por encima del 91%", aporta el dato la edil. Este mínimo porcentaje requiere que el Consistorio añada más dinero, "entre 10.000 y 20.000 euros, que en una obra de más de un millón de euros es una cantidad diminuta ", concreta el alcalde, Jaime Albero (PSOE), la aportación municipal.
La primera fase del proyecto, presupuestada en 200.000 euros, ha incluido el refuerzo y ejecución de la cimentación, la cubierta y la consolidación de los muros de las dos naves laterales a la torre. De esta manera se impide la entrada de agua al interior del edificio, lo que paralizará el deterioro, ya que los muros de mampostería se encontraban en mal estado. "La torre la hemos cogido ya in extremis. Con las lluvias de la Dana se estropeó bastante", declara Delgado.
Unos primeros trabajos en la que las fachadas se han guiado por el proyecto que proponía Marius Beviá en 2006, abriendo nuevas ventanas. Por otro lado, la segunda actuación asciende aproximadamente a 900.000 euros, cantidad que se ha empleado en acondicionar el interior del edificio para albergar el Centro de Interpretación de la Huerta Alicantina, así como para las salas de ensayo para la orquesta y la biblioteca del futuro Conservatorio de música.
El vestíbulo principal será el lugar que acoja exposiciones fijas y temporales, además de distribuir el resto de los espacios del centro, ya que desde él se accederá a la primera planta de oficinas, donde se ubican los despachos de coordinación y dirección y la secretaría. En este sentido, el departamento de Patrimonio del Ayuntamiento ya prepara la primera colección museística que inaugurará el espacio la cual, "seguramente, se lleve al primer pleno de enero", adelanta Albero.