Jet2 suspende sus vuelos hasta el 31 de octubre y confirma los peores presagios de Benidorm

BENIDORM. La turoperadora británica Jet2 ha decidido suspender sus paquetes vacacionales de la Costa Blanca, tanto vuelo como alojamiento. La empresa anunció esta medida el pasado jueves a última hora. El motivo que aducen es la recomendación del gobierno de Reino Unido de no viajar a España. Así, tal y como figura en su web, las reservas se pueden hacer ahora a partir del 1 de noviembre. La situación confirma el peor escenario que preveían los hoteleros de Benidorm.

Como explicara Alicante Plaza, la decisión de la mayoría de los establecimientos abiertos en la ciudad será bajar la persiana en los próximos días. El presidente de la patronal hotelera Hosbec, Toni Mayor, señaló que el cierre masivo se producirá en un periodo de unos 10 días, aunque también habrá algunos que se queden abiertos para dar servicio a los posibles clientes.

Pero el panorama no es el más esperanzador. Aunque la otra turoperadora importante para Benidorm, TUI, confirmó el jueves que seguiría volando al aeropuerto de Alicante-Elche, Mayor negó que esto haya supuesto un incentivo en la demanda y vaticina que tendrá el mismo camino que Jet2. "Se hace difícil pensar que la turoperación británica empiece este invierno, a no ser que se comiencen a suministrar las vacunas", opinó Mayor. 

Hay que tener en cuenta que en los últimos años, el perfil de turista que llegaba a la ciudad en otoño e invierno era senior, mayoritariamente nacional y británico. Pero las puertas en el extranjero están prácticamente cerradas. En cuanto a los españoles, el Imserso tiene papeletas para que se termine cancelando y aquellos mayores que lo hacían por iniciativa propia, lo más seguro es que decidan no viajar este año por miedo al contagio ya que son personas de riesgo.

"No hay turistas. Las familias se quedarán en sus casas porque los niños tienen colegio, los mayores tienen miedo y los extranjeros tienen casi prohibido venir", sentenció el empresario de Benidorm.

Mayor lamentó cómo se ha gestionado el asunto de la imposición de las cuarentenas, que "parecía un ojo por ojo, cuando un país la ponía, el otro también". Por ello, afirmó que una de las soluciones que podría haber funcionado este verano era hacer un mapa de colores, como el funcionamiento de un semáforo, para que desde Europa se dijera a qué lugares se podía viajar y a cuáles no, sin necesidad de que se delimitara por países si no por regiones menos afectadas. Una opción que parecen haber adoptado ahora.

Con todo, mencionó una de las posibilidades que podrían mejorar la actividad de alojamientos: la creación de un programa social de viajes como el del Imserso, pero para otros perfiles, como jóvenes o personas que han estado trabajando durante los días más duros de la pandemia y el confinamiento, como es el de los servicios de emergencia, sanitarios, transporte o alimentación. Sin embargo, indicó que lo mejor era dar un bono de una cuantía específica a aquellos que lo acrediten y así agilizar su uso "porque si no, no lo tenemos ni en dos inviernos", comentó.