Opinión

Opinión

AL OTRO LADO DE LA COLINA

Sudamérica continúa girando a derechas

Publicado: 20/12/2025 ·00:00
Actualizado: 20/12/2025 · 00:00
  • El nuevo presidente electo de Chile, Jose Antonio Kast.
Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

Desde la revolución francesa la geometría del espacio político ha balanceado entre los diestros y los zurdos, entre derecha e izquierda; antes se decía que había gente de orden o desorden; y parece que la derecha soberanista ha ganado otra posición en el continente americano, en este caso en Chile.

Algunos insisten en que la división entre izquierda y derecha, entre fachas y rojos en nuestros días, está ya superada, aunque puede que sí o puede que no, como diría un gallego, eso está también en función de lo inamovible que tenga cada uno tenga sus principios, cuanto más fácilmente sean de cambiar o de fluir, más indefinidos serán sus límites políticos y menos se percibirá esa división. Lo que está claro es que existen diferentes sensibilidades dentro de cada bloque o banda, y no sean malos no piensen en banda de forajidos (aunque los haya), me refiero a banda de estribor o babor.

Desde la ultra izquierda radical, comunistas, ecologetas varios, indigenismo y descamisados, socialismo sanchista, y socialdemócratas de todos los partidos; hasta el centro indefinido y blandito, tardo liberal y neoconservador, derecha globalista y lobista, derecha soberanista, la ultramontana y la extrema, hay muchos más matices en la política que la simple clasificación de diestros y zurdos; y además esto se observa mucho más en momentos, como la actual, de cambio, o de crisis con una gran fragmentación ideológica. Por eso el titular, reconozco desde ya, que puede ser un poco reduccionista.

Pero es claro que las posiciones de la derecha soberanista siguen consolidándose en Sudamérica, esa que antepone a sus países y conciudadanos por delante de otros intereses, “mi país lo primero” ese es su lema repetido. Si en el año 2022 las elecciones llevaron a candidatos de izquierda al poder, como Gustavo Petro en Colombia o Lula da Silva en Brasil; el año 2023 comenzó el giro a la derecha, con Santiago Peña en Paraguay, o Javier Milei en Argentina, o Daniel Noboa en Ecuador, y en este 2025 ha proseguido ese giro (con la excepción de Uruguay que se ha producido la alternancia), con José Jeri en Perú, o Rodrigo Paz en Bolivia o un segundo mandato de Noboa en Ecuador, para en esta recta final del año ganar la elecciones abrumadoramente, José Antonio Kast en Chile.

Lo que no hay duda es que, en las elecciones del 2025, en Sudamérica, sus resultados y los gobiernos emergentes de las urnas, han enviado un claro mensaje. La falta de gobierno, la falta de control de las fronteras, la falta de control de las cuentas públicas, la falta de seguridad en las calles, el entregarse a intereses económicos foráneos provocando carestías, la corrupción no solo económica, sino también la moral y por lo tanto el todo vale nada importa, ergo los marxistas (de Groucho) de todos los partidos, de estos son mis principios y si no les gustan los cambio, el cambiar de opinión continuamente ergo mentir, se ha acabado, o eso quisieran, por lo menos, los electores mayoritariamente, según lo votado, aunque otra cosa es que logren el cambio.

De todas formas, en las últimas décadas, en este subcontinente suele producirse una alternancia entre la izquierda y la derecha (gran aportación de la democracia). Una de las consecuencias, en este momento, es el continuado giro a derechas, y esto puede poner en sintonía (a priori) a esos gobiernos con la administración de Donald Trump y su nueva Estrategia de Seguridad Nacional noviembre/2025, que vuelve a percibir a esa parte del mundo, el Hemisferio Occidental (lo denominan así) como su patio trasero, donde tiene derecho a ejercer su Big Stick (gran garrote), y que se ha posicionado claramente frente a los gobiernos de izquierda, como son los de Brasil, Colombia y Venezuela.

Aunque ahora mismo, tras este casi primer año de mandato, los tiempos no son muy favorables para Trump, pues tienen una baja aceptación entre la población, según las encuestas. Porque tiene un hercúleo desafío, rectificar, y mucho, la política realizada por Joe Biden, el presidente ausente, y sus antecesores, principalmente durante la segunda y tercera década de la globalización. Ya que algunos datos de su gestión no son muy buenos, aunque en la política exterior, sí que ha realizado un gran vuelco de acontecimientos, y ha conseguido o impuesto (según se mire) un elevado número de paces en diferentes conflictos, y también, por ejemplo, se ha percibido positivamente por parte de la ciudadanía USA como se ha reinstaurado el orden en algunas ciudades USA por la intervención federal militarizada; pero los datos económicos, la inflación sobre todo, no le son muy favorables, y el votante norteamericano es muy pragmático, y suele votar con el bolsillo, ya veremos el año que viene con las elecciones del mid-term el partido republicano como queda, pues en un principio, Trump no se presentará a un nuevo mandato, por limitación constitucional, y aún está por ver su sucesor; aunque parece ser, eso se comenta en los mentideros políticos de Washington, que se apuesta entre dos opciones, o el Vicepresidente J.D. Vance o el Secretario de Estado Marco Rubio

Por lo que, como pueden intuir, este es un nuevo capítulo de ese pulso, dentro del bloque Occidental, entre globalistas y soberanistas, y su resultado será fundamental para nuestro destino frente a los futuros desafíos, entre otros la cuarta revolución industrial o el bloque euroasiático.

Recibe toda la actualidad
Alicante Plaza

Recibe toda la actualidad de Alicante Plaza en tu correo