Cuestionario fetichista para conocer a los agitadores culturales.
El Cuestionario:
- ¿Calaveras o diablitos?
-Calaveras.
-¿Cuál es tu canción favorita?
- Suzanne, de Leonard Cohen.
-¿Cuál es la canción que odias?
- Lo siento por él, pero cualquiera de las de Eros Ramazzotti. Me torturó mi adolescencia.
- Puestos en faena: ¿de barrio o de pueblo?
- De aldea.
-¿Desayuno dulce o salado?
- Salado. Hoy he desayunado salmón ahumado, queso y pan negro.
-¿Coca dolça o coca salada?
- Salada.
- Si la respuesta es coca salada: ¿de molletes, farcida o amb tonyina?
- De molletes
-¿Te gustan tus tobillos?
- ¿Si me gustan mis tobillos? Mmmmm... pues depende del día (levantando la pierna y mirando su tobillo) Todas las mujeres tenemos días gordos. Eso no me lo habían preguntado nunca.
-Una palabra que odias.
- El gerundio, no es una palabra, es una forma. Odiando que es gerundio.
- ¿Eres más de TV o de Internet?
- En la actualidad más de internet.
-¿Cuál es tu serie de TV favorita de todos los tiempos?
- “Yo Claudio”... Que viejuna estoy ¿no? A ver, Juego de Tronos es mi último gran enganche, pero la que me marcó de verdad, fue “Yo Claudio”.
- Una pareja cómica: ¿R2D2/C3PO o Koothrappali/Wolowitz?
- Koothrappali/Wolowitz, hombre. Clarisimamente. Además tengo el doblador de camisetas de Sheldon Cooper. Soy una una absoluta freaky... Pobrecitos míos, además no encuentran salida a su amor.
-¿Cuál es la ciudad del amor: París o Roma?
- Ni París ni Roma. Nueva York.
- ¿Cuál es el último libro de poesía que has leído?
- Antes de ayer estuve leyendo las Elegías de Duíno, porque estoy volviendo a leer “Melocotones Helados”, para corregirlo y demás. Y las Elegías de Duino fue un libro que estaba leyendo cuando estaba escribiendo precisamente el mío... me marcó mucho. Es una lectura que igual hacía 12 años que no hacía las Elegías de Duino.
-¿Cuál es tu objeto fetiche?
- Los zapatos. Además estamos en tierra de zapatos. Alicante, Elda en particular me enseñó a mí a amar los zapatos. Y aquí aprendí yo a amar los zapatos, sí sí. Ayer (durante la entrega del Premio Azorín de Novela) llevaba unos Magrit de encaje muy chulos.
- Esta se la robamos a los compañeros del Selfiematón: ¿cuál es tu nombre de trama de corrupción predilecto?
- Aquel que todavía no ha salido.
-Una tipografía: ¿Times o Comic Sans?
- Times.
-¿Hablas con tu móvil?
- Constantemente. No tiene nombre, que por ejemplo mi Tom-tom si que lo tiene se llama Caren. Pero el móvil es que me duran... como año y medio... no le acabo de coger cariño...Como en año y medio ya se acabó... Pero sí le hablo mogollón.
-Hazte una pregunta breve.
-¿Por qué?
- ¿Qué has soñado esta noche? Si has soñado.
- Sí. He soñado que una antigua amiga se quedaba viuda y que yo tenía que ir a consolarla.
- Y aquí hacemos un alto en nuestro cuestionario fetichista básico. Porque hoy es un día especial. Espido Freire flamante ganadora del Premio Azorín de Novela, se somete a “Calaveras y Diablitos”, pero toca hablar de su libro. Conversar con la escritora un poco más. Y a la vez, seguir alimentando nuestra curiosidad por esta bilbaína de 43 años que con tan solo 25 se convirtió en 1994 en la autora más joven en ganar el Premio Planeta. Editorial que pondrá en circulación en un mes, más o menos, “Llamadme Alejandra” obra con la que ha conquistado el galardón , justo el año, el mes y el día en que se cumplía el 50 aniversario de la muerte del escritor alicantino que da nombre al premio.
- Ahora, suéltanos tu monólogo. ¿ Cuéntanos lo que quieras o dinos qué tal le va a tu sector cultural?
La situación es tan compleja que es muy difícil resumirla en cuatro palabras. Por un lado tenemos que cada vez hay más interés por escribir y por leer. Pero cada vez hay menos interés por pagar por ello. Ha cambiado la manera de consumir. Y el escritor está muy por detrás de esa manera de consumir. Y por otro lado el comunicador está comiendo terreno al escritor. Estamos en un momento mucho más de impulsos que de pensamiento. Y el escritor tiene que trabajar con la palabra y con el pensamiento. Entonces en esa fricción en donde surgen las nuevas historias. Es dónde nos tenemos que colocar.
- ¿Qué representa esta novela para ti?
- Un trabajo de casi 15 años. Una pasión que por fin ve la luz. Y un espacio para compartir con lectores nuevos. Espero que vivan la misma pasión que yo. El hecho de haber obtenido un premio con ella me facilita mucho las cosas. Y... ¿qué significa? Significa que durante un año voy a poder hablar de algo que me gusta mucho.
- Durante la rueda de prensa tras recibir el Premio Azorín de Novela, ¿había algo de perplejidad o estupor en tu expresión cuando te preguntaron por qué habías estado tiempo sin escribir, o por qué habías tardado años en publicar tu siguiente novela... había un punto, un toque de resentimiento en tu respuesta?
- Es que lo que no he hecho ha sido publicar novelas, pero he estado publicando uno o dos libros al año. Entonces no fue resentimiento, fue sorpresa.
- ¿Querías decir que si quieres escribir algo quieres escribirlo bien, pase el tiempo que tenga que pasar para conseguirlo?
- La novela requiere seriedad. La novela, el relato de ficción es muy exigente. La literatura de ficción, la novela, el relato, es muy difícil, es exigente si se quiere hacer bien. Hay otro tipo de formatos que te permiten otros ritmos. Ahi está el ensayo. Ahí está la novela juvenil. Ahí están las redes sociales que son una manera de expresión muy inmediata... Pero bueno hay temas y temas, así que un tema tratado con seriedad, con el ritmo de vida que llevo yo, no lo puedo hacer en año y medio.
Una cosa son los tiempos editoriales y otra cosa son los tiempos de la literatura. Y yo he elegido mis propios tiempos en muchos sentidos. No siempre coinciden. Durante estos 6 años que he publicado novela he escrito 3. Pero son primeras versiones. Luego alguna verá la luz, otra no.
Ha habido una crisis muy profunda. Y un escritor que se considere como tal, no está ajeno a lo que está pasando en la sociedad. Y esta es una novela que va sobre una mujer que ha sufrido mucho. Y yo creo que en cierta medida, toda esa idea de sufrimiento social, de pueblo que lo está pasando mal, también se ha absorbido. Los ensayos sobre el mileurismo yo los públiqué antes de la crisis. Advertían de una cosa muy seria. El escritor en cierta medida también es un sensor y han sido años muy complicados como para andarse con futilidades también.
- ¿Crees que “Llamadme Alejandra” tiene cierta contemporaneidad, sobre todo por el papel de la mujer?
- Sí. Si no... podría haber estado trabajando cinco años más en ella. No pasaría nada. Si total, mientras tanto... como te decía, hay otras cosas que hacer. Esta es una mujer que no quería ser lo que le tocó ser, y nos pasa a muchas. Hizo todo lo posible, y lo hizo por lo general, bastante mal. Tuvo una fractura importante siempre entre la vida privada y la vida social, la vida pública. Es algo que no puede ser más moderno. No es que intentara conciliar. Es que fue de las primeras mujeres que hizo lo que pudo por mantener la privacidad. Tenía un concepto de vida privada, antes de que eso existiera. Y luego es un personaje, en muchos sentidos, muy antipático. Y es la hora de reivindicar mujeres antipáticas. No solamente heroínas que permitan vernos en ellas como en espejos idealizados, sino como en espejos reales. A eso me refiero.
- Has hablado en plural cuando has dicho que, como a Alejandra, muchas mujeres no queréis ser lo que os toca ser ¿A ti te pasa lo mismo?
- Si yo fuera una persona para la que la felicidad fuera fácil, para la que el disfrute fuera fácil, es muy posible que no escribiera. Más allá de las circunstancias, más allá del carácter, es una condición de visión del mundo. Hay gente que es disfrutona por naturaleza, hay gente que es hedonista. Yo no lo soy, para mí la felicidad es un esfuerzo. Y quizás si hubiera encajado en un papel más convencional hace unos años, quizás hubiera pasado por el mundo con cierta felicidad. Pero estamos en un momento en el que las mujeres nos podemos plantear qué queremos ser y cómo queremos vivir, y esa es una gran responsabilidad, si se intenta ser coherente.
Regresamos a nuestro cuestionario fetichista
- ¿Entrada mora o entrada cristiana?
- ¿Puedo ser pirata?
- Esta se la robamos al famoso cuestionario Proust: ¿qué es lo que más detestas?
La hipocresía, quizás. La doble moral, la hipocresía.
- Un viaje que te queda pendiente:
Islandia. ¡Jo! Llevo unos cuantos años queriendo ir a Islandia y no hay manera de escaparse a Islandia.
- ¿Has estado en Rusia?
No. No he estado en Rusia. ¡Qué horror! ¿Verdad? Pero vamos, la embajada rusa tiene ahora una magnifica oportunidad en estos momentos para invitarme...
- Una persona que admires de tu vida cotidiana
Mi jefa de prensa.
Espido Freire decidió que el nombre de su gata iba a ser Rusia. Estaba embarcada en la escritura de "Llamadme Alejandra", cuando se topó con ella. Así que era necesario terminar este cuestionario preguntándole por ella
- ¿Cuál es la cualidad que más admiras de Rusia, tu gata?
Que es indómita. Es imposible que te caiga mal Rusia. Rusia es divertida, es curiosa, es impertinente. No le tiene miedo a nada.Es... es impetuosa. Es una gata que en realidad nació pantera. Y es simpatiquísima. Es una gata tronchante.
(Los Fabulosos Cadillacs. Calaveras y diablitos)