El PSPV reaviva la operación de acercarse a Cs para romper al PP en Alicante
El PSPV reaviva la operación de acercarse a Cs para romper al PP en Alicante
ALICANTE. La política sigue siendo esa representación pública en la que, a veces, determinados actos de la función parecen aislados, pero al final confluyen en un mismo relato. Sucedió este viernes, un viernes tranquilo de confinamiento, cuando la mayoría de los padres y las madres esperan que sus hijos puedan, a partir de este domingo, disfrutar de una hora de paseo o juego al aire libre. Y en este contexto, a lo largo de la jornada se produjeron varios hechos aislados en el seno de la Diputación de Alicante, que al final ha dejado un escenario que no se entiende si no se ve en su conjunto: el PP de Carlos Mazón exhibió muestras de nerviosismo ante los rumores de un posible acercamiento entre PSOE y Ciudadanos que le podrían apear bien del Gobierno de la Diputación de Alicante, o del la Alcaldía de la capital, operaciones hoy muy lejanas, más allá del acuerdo entre socialistas y naranjas en el Ayuntamiento de Torrent para gobernar juntos. Pero de una filtración a La Vanguardia, amplificada por el diario Información sobre ese posible entendimiento socioliberal -ya apuntado por Alicante Plaza como posibilidad-, acabó por hacer pagano a Compromís de todos los males. Y fue curioso que fue el mismo día en que el propio PP, Cs y hasta Vox habían avalado la gestión de Vicent Marzà durante la crisis de la cuestión educativa durante la crisis.
Pero más allá de la sesión de control al Botànic en las Cortes, la jornada había empezado con comunicado del diputado valencianista Gerard Fullana criticando los fondos que la institución que preside Carlos Mazón aporta a los ayuntamientos para combatir a la crisis del Covid-19 frente a las diputaciones de Valencia y Castellón.
Continuó Ciudadanos con otra historia, con cierta similitud a las contrataciones de dos cargos de pasado zaplanista en el Consorcio Provincial de Bomberos. El portavoz de la formación naranja en el municipio de Ondara, Joan Costa, ponía en tela de juicio la contratación del nuevo gerente de la empresa municipal SIMNA (Serveis Integrals de Neteja i Medi Ambient), Juan Femenía Illán. No porque fuera un dedazo, sino porque el procedimiento se había llevado a cabo a través de una bases de 2015, y no de ahora, y que ello había impedido a otros aspirantes al cargo a optar en igualdad de condiciones. Con ello, Ciudadanos pretendía pasar de puntillas de su amnesia (administrativa) en las contrataciones de Marcos Alós y López Garrido en la Diputación de Alicante, de las que la propia formación naranja había exhibido la discrepancia de que fueran militantes del PP los beneficiarios del cargo, y cargar la responsabilidad en un gobierno municipal, de una localidad de 5.000 habitantes, gobernada por el PSOE y Compromís. "No parece ni muy transparente ni muy equitativo y dudo que en la selección esté garantizada la igualdad de condiciones con el resto de finalistas”, censuraron.
Eso sucedió pasadas a las 18 horas. Una hora más tarde, aparecía la filtración de que ahora Cs estaba dispuesta a revisar los pactos con el PP en la provincia de Alicante, una vez pasada la crisis del coronavirus, posibilidad que siempre estuvo ahí y que aparece y desaparece según los impulsos de algunos de los dos protagonistas, PSOE o Cs. Esta vez, las informaciones (nos desmentidas) apuntan al entorno de Toni Cantó, que, al igual que Arrimadas, viene haciendo gestos hacia los socialistas para posibles acercamientos y sacar a los naranjas de la foto de la Plaza de Colón.
Lo normal, y lógico, es que el PP hubiera arremetido contra Cs por dejarse querer ante un partido que sustenta con independentistas y populistas en Madrid, o con nacionalistas y populistas en València. O haber sacado la lista de agravios, improvisaciones y ineficaz gestión de Pedro Sánchez, o la desprotección de los sanitarios en la Comunitat Valenciana. Pero ni Cs ni el PSOE. Pasadas las 20 horas, el PP de la Diputación de Alicante esta vez, sí, con la lista de agravios, todos, los de ahora, y los del resto de mandato, para poner en la diana de las críticas al diputado de Compromís, pese a que la (super)vivencia está en mano de otros (como se puede ver).
A diferencia de lo visto en las Cortes Valencianas, donde más o menos, los partidos han modulado sus criticas hacia el Gobierno autonómico, el PP de Carlos Mazón lanzó al diputado Alejandro Morant -que no es el portavoz de grupo popular- con la lista de ajustes, única y exclusivamente, para el responsable de la coalición valencianista: por la elección del gerente de la empresa pública de Ondara; por la gestión de Mónica Oltra en las residencias de mayores y en las competencias sociosanitarias de la diputación, y por la “desaparición” del conseller Rafa Climent, justo en el momento en el que las empresas y autónomos más lo necesitan y la “nefasta gestión” que está realizando el conseller de Educación, Vicent Marzà, en los colegios públicos y concertados de la Comunidad Valenciana. En definitiva, que según Morant la gestión de las consellerias de la formación nacionalista durante la alerta sanitaria son "un desastre". ¿Y Sanidad? ¿Y Ana Barceló? ¿y el entorno de Toni Cantó? ¿Y las otras consellerias? No es que el diputado Morant tenga razón en sus críticas, que puede tenerla, lo curioso de su acción es disparar por peteneras cuando te duele el brazo, pero respondes que la culpa del todo es del lumbago. ¿Nerviosismo? ¿Maniobras de distracción para no molestar a Cs? ¿O para justificarse ante Cs? ¿Y por qué no al PSOE? Lo que sí parece es esta escenificación vivida este viernes es una burda representación de capítulos sueltos e inconexos que sólo tienen sentido si se ve la escena con algo de perspectiva y amplitud de miras. Y que una parte se está cobrando pequeñas rencillas, por incomodidad o estrategia política. Pero demasiada sacudida para la embrionaria operación, si la hubiere, y mucha inquietud, y debilidad.
El PSPV reaviva la operación de acercarse a Cs para romper al PP en Alicante