Cuando la carretera de la Cantera era un circuito de velocidad

La Cantera guarda muchos secretos. Bueno, en realidad ya no lo son tanto, pero bien vale la pena echar la vista atrás, descubrirlos para quien no los conozca y rememorarlos para quien los recuerde. ¿Sabe cuáles son? El Molinet, La Británica, los bunkers de la guerra civil, el circuito de velocidad... Permita que hoy solo me refiera a este último. Ya habrá tiempo de dedicarle esta crónica a los otros en otro momento, llegado el caso.

Para quien no lo conozca, ¿le pica la curiosidad? ¿qué es eso de un circuito de velocidad en la carretera de la Cantera en Alicante? ¿para qué se usaba, en qué momento? No solo fue curioso por sí solo, sino que fue extraordinario, sin igual. Ya verán.

A mediados del siglo XX en Alicante había mucha afición por el motociclismo. Los más atrevidos y competitivos usaban un pequeño circuito de velocidad improvisado por el puerto, que pronto se quedó pequeño. Tenían que buscar otro más largo y apropiado. Fueron ambiciosos en su propósito y encontraron circuito, organizador público y patrocinador privado. Ya saben ese dicho popular que dice que "el que la busca la consigue". Las autoridades del Ayuntamiento de Alicante se comprometieron en la organización de la competición. A su vez, la ciudad tuvo un entusiasta de excepción aficionado al motor: Paco Gomis (de Joyería Gomis), quien se volcó en esta competición.

Este nuevo circuito de velocidad fue urbano, recorriendo carreteras de la ciudad. Se iniciaba desde un punto cercano a la entrada del actual Colegio Jesuitas, bajaba por la avenida de Denia para girar hacia la Cantera, tomar la avenida de Villajoyosa para girar otra vez por la actual Isleta y coger la avenida de la Albufereta para volver al punto de partida.

Tenían circuito, organizador y patrocinadores, faltaba lo más importante: los pilotos y una carrera donde medir su coraje, que tuvo que ser mucho compitiendo con esas motos tan pequeñas que iban a tanta velocidad. A la carrera se la llamó Campeonato Vistahermosa.

Esta carrera tuvo tanta categoría que se llegó a considerar la mejor del mundo durante los años desde 1965 a 1970, nada menos. En esos años la competición era internacional, que la ciudad no se privaba de nada. Esta se realizaba durante las Fiestas de Invierno.

Quizá se pregunte ahora ¿qué características destacaron de él para hacerlo tan singular? ¿quiénes lo recorrieron? ¿qué repercusión tenía para los alicantinos? No se impaciente, ahora se lo cuento.

Una buena parte de la carrera se realizaba por la fachada marítima de esa parte de la ciudad. Durante todo el recorrido tenía cuestas pronunciadas y curvas muy cerradas, junto a viviendas unifamiliares y algunos edificios. Fue un circuito urbano, como el de Fórmula 1 en Montecarlo, pero en Alicante y para motos. Entonces esas carreteras eran más estrechas que las de ahora y tampoco tenían el asfaltado actual, aunque esto hacía la competición aún más emocionante.

Unas cosas y otras hicieron que la asistencia para ver esta competición fuera muy importante. Unas 80.000 personas llegaron a concentrarse para ver este espectáculo del motor en una de esas carreras. Imaginen ese gentío emocionado, esos aplausos entusiasmados cuando llegaban los pilotos montados en sus motos y pasaban tan cerca de los espectadores. Familias enteras iban con sus hijos a disfrutar de la carrera. Los más pequeños, mirando con el interés de la inocencia y la atención de la infancia. Entre ellos, me encontraba yo. Iba con mis padres y mis hermanos. Tuvimos la suerte de verlo desde varios sitios. Una vez fuimos al chalet de un conocido ginecólogo alicantino y vimos la carrera desde una de las terrazas de su vivienda. Mejor sitio, imposible. Otras, a pie de calle, frente a la ermita de la Santísima Cruz de Vistahermosa o en una de las curvas del recorrido. Los pilotos se acostaban tanto para tomar las curvas que verlo tan cerca era impresionante. No exagero, el recuerdo que tengo es preciso. Imaginen cómo se aceleraba la imaginación infantil después de ver la competición, queríamos ser campeones del mundo.

Los pilotos no iban lentos, qué va. En las bajadas llegaban a coger los 220 km/h. ¿Quiénes eran esos valientes? Uno de ellos fue nuestro campeonísimo Ángel Nieto, quien ganó 12+1 campeonatos del mundo (6 con 50 c.c. y 7 con 125 c.c.), poniendo la afición del motociclismo en España en lo más alto. Entre los pilotos internacionales participaron en este campeonato el campeón mundial Giacomo Agostini, entusiasmado por el recorrido, la seguridad, la organización, el clima de Alicante… También participaron otros campeones del mundo como Luigi Taveri, Hans Georg Anscheidt, Ralph Bryans, Bill Ivy, Phil Real, Kel Carruthers, Dieter Braun, Kent Andersson, Barry Sheene, y Walter Villa. A su vez, compitieron pilotos alicantinos como Pepe Medrano y Ramiro Blanco.

Citaré tan solo algunas de esas competiciones que merecen la pena ser mencionadas por su singularidad. En 1964 se realizó la I Gran Carrera Internacional Fiestas de Invierno. Fueron vencedores en 50 c.c., con Derbi, José María Busquets y Salvador Cañellas, ganando a Hans George Anscheidt que había sido campeón del mundo en 1963.

En 1966 participó Giacomo Agostini en 250 c.c. fue el primer campeonato en el que participó en España, organizado por el Motor Club Alicante, consiguiendo la victoria con la MW Agusta. Ese año la entrega de trofeos se realizó en el castillo Santa Bárbara durante una cena. Como en todo acontecimiento mediterráneo que se preste no faltó mesa, mantel y viandas con productos de la tierra.

El Primer Premio Escudería Alicante se celebró el 15 de febrero de 1970. El ganador fue Carlos Senante. Entre las escuderías que participaron quedaron de primera a tercera posición la Zaragozana, Universitaria y CITRA, en este orden.  El precio de las inscripciones era de 2.000 pesetas las individuales y 1.500 pesetas las escuderías. Fueron patrocinadores el Ayuntamiento de Alicante, Talleres Levante y Talleres Electro Diesel-Borrás. El Presidente de la carrera fue José Padierna, conde de Villapadierna. A su vez, el Comité Organizador lo formaron Lamagniere y Pepe Gomis.

El mejor recuerdo del Campeonato Vistahermosa es nuestra memoria y los hechos ocurridos durante y alrededor de esa competición. Pero hubo una persona, un fotoperiodista de excepción, que dejó fotografiadas para la posteridad imágenes inolvidables de esta carrera que cubren las lagunas del tiempo. Me refiero al alicantino de adopción Perfecto Arjones. Una vez más, la calidad de sus fotografías, en las que captó el momento preciso con el encuadre adecuado, muestra con detalle la deportividad de los pilotos, el rigor de la competición y el espectáculo del motor en este Alicante de finales del siglo XX, un tiempo que España se abría al mundo a través del turismo y, en este caso, por medio de la competición de una emblemática carrera de motos.