Hoy es 5 de noviembre

la cara b de las subvenciones a las promotoras

La resolución de las ayudas a los festivales levanta una polvareda en el sector

4/10/2022 - 

VALÈNCIA. Las empresas promotoras se han despertado el día de hoy nerviosas para revisar el Diari Oficial de la Generalitat. El viernes, una polvareda inédita en los últimos años se levantó en el sector a costa del reparto de ayudas a los festivales bajo la marca Mediterranew Musix de Turisme Comunitat Valenciana. Muchos festivales que daban por hecho la ayuda se han quedado fuera porque el crédito presupuestario se ha agotado aproximadamente en el 50% de los expedientes admitidos. Si la “nota de corte” rondaba antes el 8, ahora nadie que haya sacado menos de 14 va a recibir un solo euro. Y, como desde que se creó la línea de ayudas, habitualmente todas las grandes citas musicales habían conseguido la subvención, el estupor del viernes levantó ampollas y han dejado al descubierto algunas de las caras b de la propia iniciativa.

Porque lo que ha pasado este año no es que los macrofestivales se hayan ‘comido’ la subvención de iniciativas pequeñas, sino que las promotoras no logran entender cómo se han aplicado los criterios. “Se han hecho sin sensibilidad, sin estar de acuerdo a la realidad y de manera muy fría”. Es la sentencia de Quique Medina, promotor de Vallesonora o Día D, y uno de los afectados por este reparto. No es, ni mucho menos, el único que lo piensa. Las promotoras, llevan desde el viernes, cuando se publicó la lista de las iniciativas que sí han conseguido la subvención, hablando. Y parece que hay unanimidad: ha de cambiar el modelo.

“Rosalía, Marc Anthony, Simply Red… ¿En serio no ven la proyección turística de estos conciertos?”, señala por su parte Lorenzo Pérez Díaz, responsable de traer a València estos y otros artistas bajo el paraguas de Nits a La Marina a lo largo del verano. Su situación es aún más confusa porque, habiendo hecho la solicitud, no aparece ni en la lista de beneficiarios ni en los excluídos. Ha preguntado a Turisme pero, al cierre de este diario, no ha recibido respuesta alguna. Pérez Díaz señala que “el primer error” es dejar que todos los festivales se presenten: “Las ayudas se suponen que van dirigidas a fomentar las empresas que son tractores para el turismo. Si un festival tiene el mismo cartel que las fiestas de cualquier pueblo, ¿cómo se va a llevar más dinero que un referente turístico musical para la ciudad”.

Se refiere, no solo a su iniciativa, sino a otras dos de las citas más multitudinarias de València de este año: Big Sound Festival y Festival de Les Arts. Ninguna va a recibir un solo euro, según la resolución. La promotora del primero, que también se ha quedado fuera con su ciclo Nits al Carme, han pedido también hoy el informe completo de valoración, porque su nota debería ser más alta. Tampoco han recibido la respuesta hoy, pero en todo caso señalan que el problema es que la puntuación donde han cortado ha sido demasiado alta. “No han calculado bien la demanda que iban a tener y el problema ha sido la propia dotación de la ayuda”, señala Juanjo Talavan.

Big Sound parte, según explican, con una doble desventaja: “los criterios dan más puntuación a aquellos festivales que se celebran en localidades de menos de 10.000 habitantes, y el cálculo del tanto por ciento de público internacional es mucho más complicado que sea grande cuando los asistentes son decenas de miles de personas, aunque tu evento sea un éxito. Big Sound pide la ayuda sabiendo que ya parte desde atrás y no hay igualdad en la evaluación de criterios”.

Foto: CARLOS PASCUAL

Estos son solo tres testimonios de la casi cincuentena de iniciativas musicales que se han quedado fuera. Los tres están a la espera de la respuesta de Turisme para poder tomar una decisión. “Dejar al 50% fuera por falta de presupuesto, que algunos cobren hasta 100.000 euros y otros 0, es cruel”, sentencia Medina. “El problema no es solo que el corte sean 14 puntos, sino cómo se obtienen”, añade Pérez. 

Entonces, ¿cómo se obtienen?

La pregunta es pertinente porque la heterogeneidad de las empresas beneficiarias suscita una duda: “¿Qué habremos rellenado mal?”. Festivales que se han hecho en el mismo recinto tienen puntuaciones muy dispares; una misma promotora han hecho varias solicitudes (de las que se encargaba la misma persona) y han visto como uno de sus festivales se quedaban fuera. Estos son solo un par de ejemplos de la lupa con la que han mirado, estupefactos, los promotores que se quedaban fuera de la línea de ayudas.

Nadie quiere hablar mal de nadie, "no molesta que hayan conseguido la subvención otros, sino que nos hayamos quedado fuera la mitad", decía una fuente del sector. Pero, en efecto, analizando de manera pormenorizada, hay casos que destacan. El primero, que es sistémico, es que, como cada empresa solo puede presentar una iniciativa, las promotoras crear distintas sociedades para figurar como promotoras diferentes cuando no lo son. Arenal Sound, FIB y Love the 90s han recibido 100.000 euros, mientras que el Festival de Les Arts se ha quedado fuera. Las cuatro las organiza The Music Republic, aunque con distinto nombre, según las ayudas, habitualmente bajo la fórmula de Agrupación de Intereses Económicos (AIE).

Otro caso a subrayar es el festival-feria Trovam, que desde hace años impulsa el Institut Valencià de Cultura y tiene importante inyección económica que lo convierte casi en un festival público. A pesar de eso, al estar organizado por una asociación (la Valencia Music Association), se ha presentado y ha conseguido más de 21.000 euros. No solo eso, el Pro Weekend, con el que se celebra el Trovam desde hace muchas ediciones, actuando como un evento único, se ha presentado aparte y ha conseguido otros 13.000 euros. O Visor Fest, que si bien ha realizado una serie de conciertos en València, ha trasladado el grueso del festival a Murcia, y han sido ha sido beneficiado casi con 60.000 euros por esos conciertos en sala de música. 

Y más allá de los tecnicismos, festivales cuyas polémicas se alejan mucho de lo que se supone que persigue la 'marca de calidad turística' creada, se han beneficiado, mientras otras promotoras "comprometidas" se han quedado fuera. O citas que aún no han celebrado, como el Nómade, ni siquiera una edición se han puntuado mejor que otras muy consolidadas.

Son tres ejemplos de otros muchos: festivales o iniciativas micro han conseguido colarse por delante de otros nombres que se daban "por supuesto", y las notas no acaban de seguir un patrón que las promotoras puedan criticar en caliente. Ni depende del tamaño, ni depende del riesgo del cartel, ni depende del prestigio de la promotora, ni dónde, ni cuándo, ni si finalmente ha tenido que cambiar su ubicación o directamente cancelarse y no poder completar su celebración.

El "dar por supuesto" al que se refieren las promotoras es crucial, porque responde a un cambio de ciclo: desde que se ha creado la marca Mediterranew Musix, los festivales han encontrado en ella al gran interlocutor con la administración. Nunca nada había suscitado tanta polémica, y de hecho, fue Turisme Comunitat Valenciana el gran defensor de las promotoras durante la pandemia. En contraposición, los festivales han invitado a representantes del departamento a hablar en sus ruedas de prensa y han lucido el logo en sus carteles; y ahora se han topado con que este año no van a recibir un solo euro de esa ayuda pública.

Sintiéndose mimados, los festivales se han multiplicado. En mayo, fuentes de Turismo lo señalaban: la pandemia elevó el número de solicitantes a las ayudas de Meditarranew Musix de aproximadamente 40 a más de 130. Esto respondía a que los grandes festivales montaron productos paralelos para poder realizar eventos con las condiciones de la pandemia y para cobrar las ayudas directas al sector que se activaron. En 2020, se empezó a desinflar —las cifras son más cercanas a 70—, pero sin llegar a bajar, ni mucho menos, a los niveles de 2019.

Los tres coinciden en que el asunto es complicado de resolver, pero ya avisan que el colapso de este año solo se resolverá con una transformación profunda de las ayudas, tal y como se han entendido hasta ahora. En principio, ninguno depende directamente de esa ayuda, pero todos afirman "que es importante".

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