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'Pura': un homenaje a los mayores, a los ultramarinos y a los cines desaparecidos

La compañía gallega Os Náufragos estrenan su nueva obra en la Sala Off, sobre la gentrificación y la especulación inmobiliaria

5/01/2022 - 

VALÈNCIA. La escuela de artes escénicas de la compañía de A Coruña Os Náufragos se llama On. Los gallegos actúan este fin de semana en la Sala Off de València y no es el único guiño de complicidad que les ha tendido el azar con el teatro y centro de formación emplazado en la calle Turia. Su montaje Pura es el tercero con el que visitan el espacio. El primero fue Silenciados. El título, que no el contenido de la pieza, se tornó premonición y metáfora al convertirse en el de la última obra que la sala programó en 2009 antes de su cierre por parte del Ayuntamiento. 

La propuesta con la que ahora la visitan los días 8 y 9 de enero aborda, precisamente, la desaparición de los lugares que un día fueron parte de nuestra vida y ya no existen. 

“Para mí era importante hablar del cuidado a los ancianos, de la memoria histórica, de lo que solo permanece en ellos y desaparece cuando ellos lo hacen, como los olores, las sensaciones y los no lugares que han formado parte de las ciudades y de las vidas de sus habitantes para convertirse en locales que podrían estar en cualquier lado, como un Starbucks”, lamenta el director de la pieza, Gustavo del Río

El personaje que da nombre a esta pieza que habla de globalización y especulación inmobiliaria es el de su abuela, que en la ficción, el día de su 94 cumpleaños, anhela visitar un cine que cerró, el París, convertido ahora en una tienda Pull & Bear. O así lo era cuando se escribió el texto, porque tras el azote de la pandemia, el comercio del grupo Inditex está ahora vacío, en ruinas. 

Todas las pérdidas

La crisis sanitaria ha resignificado el montaje. “La enfermedad ha hecho que perdamos a muchos mayores y con ellos, sus recuerdos, pero las grandes empresas también han afrontado pérdidas, con cierres y reducciones de plantilla, y el cine se ha convertido en una plataforma digital de venta”, expone el actor y dramaturgo, que revela que este homenaje a la tercera edad surgió durante el confinamiento, en los meses en los que estuvo manteniendo conversaciones por Skype con su abuela.

Pura ha participado en la dramaturgia a partir de un video que aparecen en la función. También cuenta con aportaciones de la madres, la hermana y los amigos de del Río, que ordenó el puzzle junto a su coautor, Ismael G. Candal.

La representación tiene una cualidad sensorial, porque resulta muy descriptiva en las evocaciones de su protagonista, como la alusión al olor a café al que antiguamente se decía que olía A Coruña o al del jamón de Castilla que impregnaba la tienda de ultramarinos de los bisabuelos de Gustavo del Río. Hay incluso una escena en la que se come. Tampoco es una novedad, así sucede en todas las piezas del director, “como celebración de la gastronomía gallega y del resto de España”, bromea.

El sentido del oído se estimula con boleros y pasodobles de Jorge Sepúlveda, la música que sonaba en los bailes en los que la abuela del director se enamoró de su abuelo. “Son canciones que trasladan al espectador al imaginario de sus mayores, pero también a sus propios recuerdos, porque las han oído estando en su compañía”, explica del Río. 

Experimentos urbanos

Pura arranca con un monólogo diferente en función de la población donde se representa. “En todas las ciudades ha habido salas de cine y teatro, parques y tiendas de ultramarinos, así que es muy importante contextualizar en cada función”, argumenta el director, que es el responsable de enunciar esta introducción en la pieza, donde en València se hará mención a los cines desaparecidos.

Gustavo reconoce que en la trama también se ha colado el fenómeno de la gentrificación. De hecho, fue un tema recurrente durante su vida en Madrid. Os Náufragos es una compañía que fue madrileña 17 años y hace tres que con el traslado de su director a A Coruña se ha convertido en gallega. 

Cuando vivía en el capital, lo hacía en el llamado Triángulo Ballesta o TriBall, un experimento urbano entre Gran Vía, Fuencarral y Corredera Baja de San Pablo que, en opinión de su antiguo vecino, “cambió absolutamente la dinámica del barrio”.

Pura, por tanto, no solo habla de los no lugares en referencia a las empresas y superficies que han ocupado los antiguos baluartes de la memoria de los barrios, sino también de cómo cambian cuando se va aburguesando. 

También de la vuelta a las raíces. Ya lo hicieron con Castrapo, una propuesta de 2017 “sobre lo que fuimos y ya no somos y lo que somos y ya no seremos”, a través del personaje de un escritor gallego emigrado a Madrid. “Como en aquella ocasión, Pura es una búsqueda de la vuelta al punto de partida”. Como su abuela al revisitar las calles de su juventud, la ciudad natal de Gustavo del Río también había cambiado cuando regresó de su exilio madrileño: “Cuando sales de casa a los 18 años, piensas que lo que dejas forma parte de tu vida, pero mantienes una relación de amor-odio. Te marchas porque necesitas un cambio, nuevas experiencias, pero al margen de donde estés, la base familiar y los espacios, te terminan confirmando que siempre serás de este sitio”.

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