ALICANTE. Joan Calabuig Rull (València, 1960) es actualmente el delegado del Consell para la Unión Europea y Relaciones Externas, el nexo entre el Gobierno valenciano y Bruselas. Con una trayectoria política en el PSPV, por el que ha pasado por varias instituciones, Calabuig es el hombre del Consell que vigila ese volcán unilateral que es el Brexit, y que cada día despacha una vicisitud nueva. Y la Comunitat Valenciana está muy pendiente de todo lo que ocurre entre Bruselas y Londres por los intereses de la economía valenciana, tanto por las exportaciones como por el turismo, que ya comienzan a sufrir los primeros síntomas (reconocidos). Calabuig explica a Alicante Plaza que puede deparar el futuro, pero impredecible que sea.
-Aunque las novedades del Brexit cambian de un día para otro, ¿qué preocupación hay en estos momentos en Bruselas?
-La incertidumbre tiene un precio. Ya está produciendo oscilaciones de las exportaciones de la Comunitat Valenciana. Después del referéndum cayeron de una manera significativa, aunque más tarde se estabilizaron; la libra también se ha resentido a la baja y evidentemente, todo eso hace que los británicos aplacen las decisiones de inversión. Pero insisto, la incertidumbre ya tiene un precio, que estamos pagando, y especialmente los británicos la están pagando.
"Si el acuerdo inicial se rompe, pues si estaríamos en un escenario muy malo porque el 1 de abril el Reino Unido sería un como tercer país"
-¿Cómo ve el futuro más inmediato?
-Pues que los escenarios que se abren están marcados también por incertidumbre: el principal problema es que el Reino Unido no aclara cuál es su posición: no han tomado una posición y han empezado a negociar; sino que se han puesto a negociar y ahora dicen lo que les parece. En todo caso, hay que esperar al día 29 de marzo: la Cámara de los Comunes se reunirá y abordará los posibles cambios que haga Theresa May, por lo que básico no lo podrá cambiar. El acuerdo de separación que firmaron Gran Bretaña y la UE es el único posible, no se puede variar mucho, pues aporta estabilidad para dos años, más otros dos. Y en ese periodo es el plazo que tendremos para negociar la relación futura. Si ese acuerdo inicial se rompe, pues si estaríamos en un escenario muy malo porque el 1 de abril el Reino Unido sería un como tercer país, cuyas relaciones se regirían por las reglas de la Organización Mundial del Comercio, como lo son actualmente, por ejemplo, Zimbawe o Vietnam, con un incrementos de costes por los aranceles, por los certificados para la importación y exportación, etc. Sería el peor escenario, sobre todo, para Gran Bretaña, pero a nosotros también nos afectaría, sobre todo, a las empresas que trabajan en la Unión Europea. La incertidumbre es lo único seguro de este proceso.
-¿Qué le están transmitiendo los empresarios a la Gobierno de la Generalitat Valenciana?
-La Generalitat sabía que iba tener impacto en la Comunitat. Por eso, el presidente, Ximo Puig, estuvo con el negociador de la UE en el Brexit, Michel Barnier; creo que es el único presidente de toda España que ha estado con él directamente, y le planteó las preocupaciones de distintos sectores. El sector industrial, como el automóvil y sus derivados, tiene un problema importante porque dependiendo del grado de integración que tengan en la cadena de producción británica, tendrá un problema mayor o menor. En el caso del turismo, el impacto está más relacionado con al oscilación de la moneda y las incomodidades que puedan generar el tráfico y las conexiones aéreas. Y en el sector agroalimentario, pensamos que si hay un escenario de ruptura total, eso significaría un incremento de aranceles y controles fitosanitarios. Pero también hay tener en cuenta que el Reino Unido es muy dependiente los productos alimentarios del exterior. Ellos serían los primeros interesados en una solución, aunque fuera de forma bilateral para garantizarse el suministro.
"En el sector agroalimentario, si hay un escenario de ruptura total, eso significaría un incremento de aranceles y controles fitosanitarios"
-¿Qué está haciendo la Generalitat ante esta situación?
-El primer objetivo es que vamos a luchar porque los británicos tengan garantizados los servicios en la Comunitat, y lo mismo, para los valencianos que estén allí. El segundo es que el impacto en las relaciones comerciales y turísticas sea el mínimo posible. Hace tiempo que tenemos relaciones con todos los sectores afectados. Pronto vamos a convocar una reunión de la comisión interdepartamental de los Asuntos Europeos, monográfica para abordar la cuestión del Brexit. Y además, les hemos hecho llegar un paquete de documentación a todas las consellerias para todas tengan planes de contingencia: que hablen con los posibles afectados y se preparen para cualquier escenario.
-Ha dicho anteriormente que las exportaciones sí que descendieron con el referéndum. ¿cuáles son las consecuencias actuales en ese campo?
-Al inicio, la caída de las exportaciones sí que fue del 20%. Posteriormente, se estabilizó, y ahora son muy bajas. En el momento inicial, sí que es verdad que muchas empresas tuvieron problemas y paralizaron los procesos. En el turismo no se ha notado tanto porque es un sector muy sólido y los paquetes se contratan con mucha antelación. Pero sí que tiene impacto por la pérdida de poder adquisitivo de los británicos en la Comunitat Valenciana. Y en el tema de las viviendas, lo que son las decisiones importantes, a largo plazo, en el caso de los británicos sí que se ha notado una bajada posiblemente por el aplazamiento de las decisiones porque quieren esperar a que haya un marco de equilibrio. En todo caso, el escenario es preocupante, y la Generalitat estará al lado de todos los sectores con el objetivo de minimizar los daños.
-¿Hay otros sectores, además de los mencionados, que esté sufriendo las consecuencias del Brexit?
-Cualquier sector que tenga relación con ese país, está sufriendo las consecuencias ya. Me consta que se han paralizado algunas relaciones económicas y que hay contratos en discusión por los posibles gastos que generen los aranceles y otro tipo de costes extraarancelarios. Las reglas de juego están en situación de incertidumbre.
-Entiendo que el impacto del Brexit es para todos, pero ¿hay algún país que se está intentando aprovechar de esta crisis?
-La unidad de todos los países detrás de la figura del negociador, Michel Barnier, ha sido ejemplar. No hay ningún país o gobierno que haya querido aprovecharse de la situación; todos han trabajado de forma unánime y el Parlamento se lo ha reconocido a Barnier. De momento, el clima es positivo, constructivo y unitario.
-¿Se puede aventurar qué pasará con los ciudadanos de la Comunitat que residen y trabajan en Gran Bretaña?
-Creo que no pasará nada, sinceramente. Se buscarán fórmulas porque a nadie le conviene. En el peor de los escenarios nadie tocará los derechos básicos. Una cosa es que se busque la fórmula de separación entre Reino Unido y Gran Bretaña, con las matizaciones que se quieran, pero de ese documento es muy difícil salirse, y por eso, tanto los españoles que estén allí o los británicos que estén aquí, mantendrán sus derechos actuales. Esa será la referencia: todos harán un esfuerzo por garantizar los derechos de las personas.
"Aunque sea de forma bilateral, la Generalitat vamos a luchar porque ningún ciudadano británico quede desamparado en tema sanitario"
-Y los británicos que viven aquí...
-Hemos mantenidos reunión con sus representantes, tanto con el embajador como el cuerpo consular. Su principal preocupación es el sistema público de salud, que es muy valorado por la comunidad británica residente, es un sistema mucho más humano que el británico y da más opciones a las personas. Hay temor entre ellos porque esa situación se pueda deteriorar. La determinación es que, aunque sea de forma bilateral, la Generalitat vamos a luchar porque ningún ciudadano británico quede desamparado
-Por último, ¿ve posible un segundo referéndum para buscar una nueva salida?
-Sí que es posible, pero creo que es más probable que Gran Bretaña, vista la situación que tiene internamente, pueda pedir la paralización de la aplicación del artículo 50, el que permite su salida de la Unión Europea. Es una especie de parada del tiempo para que ver qué hacemos. Lo que pase posteriormente de esa decisión, algún consecuencia tendrá: o elecciones generales o un nuevo referéndum. Insisto, todos los expertos dicen que el actual documento de acuerdo se puede variar muy poco. Quienes deben reflexionar son ellos, quién tiene el problema son los británicos. Tampoco será sencillo paralizar el proceso: por ejemplo, el 1 de abril, todo los responsables políticos del Reino Unido en la Unión Europea cesan en su actividad y que los escaños que corresponderían a los británicos ya están distribuidos entre el resto de países.
"Más que un segundo referéndum, es más probable que Gran Bretaña pueda pedir la paralización de la aplicación del artículo 50"