VALÈNCIA. “Kaya representa el enfrentamiento contra el peso de la tradición. Es una mujer joven que no quiere que su vida sea decidida por unas normas sociales en las que no cree. Incluso aunque creyera en ellas, se resistiría a que se las impusieran. Kaya quiere ser dueña de su vida y su destino”, así describe el valenciano Luis NCT a la protagonista que da nombre a su nueva obra: KAYA. Tras trabajar para Vertigo y DC el artista publica ahora su nuevo cómic en el que reflexiona sobre el empoderamiento femenino y la lucha a través de un personaje principal de lo más violento y cauto. La historia persigue a un personaje principal femenino en una lucha contra el entorno y el autodescubrimiento, a través de páginas plagadas de rojo sangre.
El relato llega después de Wahcommo, una primera parte en la que Luis comienza el viaje al Reino Perdido del Norte donde los jóvenes de la tribu deben competir para alcanzar “la pluma de guardián”, para convertirse en hombres. Aquí aparece por primera vez Kaya, quien acompañada de un hombre (el subcampeón Fox) podrá emprender el viaje con el grupo. Para comprender el por qué de este personaje llega esta continuación del relato, en la que los fans de la historia podrán descubrir a los recovecos que llevan a la joven guerrera a querer enfrentarse a todo para mostrar su valía.
-¿Qué supone el salto de Wahcommo a KAYA?
- Me gustan las historias largas y con trasfondo, que parece que te están contando solo una pequeña fracción de lo que hay detrás. Historias que provocan que el lector se haga preguntas y que fantasee las respuestas. Me parecen más estimulantes que aquellas en las que se da todo masticado, todo se sobre explica, todo tiene razón de ser… En el mundo real, en la vida, nos enfrentamos a muchas situaciones de las que no conocemos todos los recovecos, y es esa incertidumbre que experimentamos la que nos hace sentir que vale la pena andar el camino. El universo narrativo de KAYA es así.
-El relato es extremadamente sangriento y visceral, sin embargo, lo hace desde una imagen muy cuidada, ¿cómo lo haces?
- Surge de forma natural en el intento por transmitir el máximo de sensaciones al lector, utilizando todos los recursos que un medio tan rico como el cómic puede dar de sí. Un cómic es una experiencia narrativa gráfica, capaz de transmitir tanto ideas como sensaciones y sentimientos. Me gusta explotar esa capacidad que tienen los medios gráficos de representar tanto quietud como acción, desde el trazo mismo hasta la composición y el color.
-En esta segunda parte a Kaya aún le sigue Fox, lo hace desde Wahcommo aunque con una actitud más Tranquila” esta vez, ¿a qué se debe?
-Fox es el acompañante que le imponen, pero a su vez es “víctima” de esa rebelión de Kaya que le ha arrebatado el puesto de ser el más cualificado para realizar el viaje iniciático, y también es víctima de la presión que la propia sociedad marca para que él como hombre se ajuste a ciertas expectativas. Ambos son rivales y a la vez compañeros en una lucha contra el propio sistema, como los jóvenes de todas las épocas.
La importancia del color
-¿Cómo es trabajar como colorista para Vertigo y DC?
Mi trabajo de colorista para Vertigo/DC se limitó a una miniserie. Mayormente trabajo para publicaciones de Image Comics. Es una industria cuya dinámica consiste en contratar a nuevos talentos, hacer que se quemen a base de desorganización editorial, deadlines precipitados y otras malas prácticas, y finalmente -si no es el propio trabajador el que se va por su propio pie- tratan de quitarse de en medio a los veteranos (que ya no dan el brazo a torcer ante ciertos abusos) para empezar el ciclo de nuevo con otro incauto.
-¿Qué aprendizaje obtienes de esta experiencia?
- Lo único de provecho que he aprendido de trabajar como colorista para EEUU ha sido la rapidez. Rapidez en la toma de decisiones y rapidez a la hora de ejecutarlas. Todo lo demás, lo referente a la parte artística o al color, se aprende de mirar alrededor, de ver pintura, cine, fotografía…
-En tus obras las tonalidades marcan el ritmo de la historia, incluso hasta se entrelazan entre ellas, ¿a qué se debe?
- En la historia cada escena tiene una entidad de color propia, pero a la vez hay un hilo conductor que recorre el libro de principio a fin. Intento que siempre sea así en todas las obras que coloreo, tanto las propias como las ajenas. Esa forma de separar las escenas ayuda a aislarlas tanto como a dotar a cada una de una atmósfera particular que acentúe las intenciones narrativas y emocionales de las mismas.
-Debe ser difícil escoger ese color adecuado…
-Siempre me he dejado guiar mucho por el instinto, ya que al fin y al cabo este nos da respuestas rápidas a preguntas que ni siquiera hemos tenido tiempo de formular. Es decir, nuestro cerebro tiene un montón de información almacenada -en el caso que estamos tratando yo he visto mucha pintura, cine, fotografía, ilustración, etc- y no es necesario racionalizar el proceso para hacer uso de esa información y lo que hemos aprendido de la misma a nivel subconsciente.
-También se pueden ver viñetas a un solo color, ¿qué valor aporta esto a la lectura?
-En el caso de los recuerdos, el uso de la imagen monocroma (sepia generalmente) es un recurso establecido en varias formas de arte visual, y su razón de ser es tan simple como que evoca los daguerrotipos (las primeras fotografías). En las escenas de lucha, en este libro (KAYA) el rojo es el color que aparece y representa el Dragón, la ira, la violencia. Es también algo universal y fácil de entender de modo inconsciente por el lector.
-Como sucede en el parto de Kaya…
-Exacto. En esa parte de la historia, Kaya en cierta manera renace, saliendo de una situación traumática para caer en otra. Es un parto largo y doloroso en el que ha de enfrentarse sola a un gran peligro y violencia, lo que la deja marcada. La Kaya de antes de dicha escena y la de después, ya no ven el mundo de la misma forma. Por otro lado, ese renacer de Kaya está dibujado como una declaración de intenciones, suponiendo también mi renacer, mostrando la forma en la que quiero hacer las cosas tras este libro (abandonar el color, usar un dibujo a tinta más directo).
La guerra entre viñetas
-Dentro de tu obra uno de los personajes que acompaña a Kaya pronuncia la siguiente frase: “He vivido demasiado tiempo, tanto que había olvidado el valor de la vida humana”… ¿Qué papel clave tiene la guerra en la historia?
- La guerra, el máximo exponente de la violencia, es la mayor fuerza deshumanificadora del mundo (junto con el trabajo). No puedes ejercer violencia contra un semejante si tienes un mínimo de conciencia, así que en la guerra el agresor deshumaniza al oponente para acallar su conciencia, y en el proceso la pierde, y lo mismo al contrario. Vivimos en un mundo donde todavía se hace negocio de la violencia, promoviendo guerras, vendiendo armas, etc, y con la gente detrás de todo eso deberíamos hacer al respecto como sociedad (humana, mundial)
-Si comparas este tipo de guerra con la que se muestra en los cómics estadounidenses, ¿cuál crees que glorifica más la violencia?
- La mayor parte de historias que triunfan en EEUU se basan en diversas formas de justificación del fascismo y la violencia. Sufren eso dentro de su sociedad y lo exportan al resto del mundo en forma de bombardeos, invasiones y ficciones bélicas, policíacas y de superhéroes. Los superhéroes concretamente son como ese Marshall que quiere imponer el orden y la justicia en todas partes, incluso donde no se le ha invitado, a la vez que ofrecen recompensas por cada cabellera de nativo americano o cada búfalo abatido (y eso no es ficción, si no historia real de Norteamérica). Pero hay de todo fuera de esa corriente del pensamiento mayoritario, y precisamente por oponerse desde dentro a ese sistema suelen ser más interesantes.
-¿Somos menos violentos aquí?
-A este lado del Atlántico, quizá porque la tradición escrita tiene unos cuantos milenios más, creo que se tiende a tratar de contar historias que no glorifican gratuitamente la violencia.
-Y para terminar, ¿qué momento crees que está viviendo el cómic valenciano?
- València siempre ha tenido mucha gente que ilustra y hace cómic, y puede que ahora más que nunca, pero no soy partidario de etiquetas que acoten autores por territorios, sobre todo si para subsistir tienen que acabar trabajando para el extranjero.