ALICANTE (EP). España despunta como potencia turística de cruceros a nivel mundial con el reto de la sostenibilidad como uno de los más acuciantes. El impacto económico del sector el pasado ejercicio fue de unos 9.500 millones de euros, según datos de Ocean Capital Partners (OCP), que asegura que la transición energética llevará aparejada una inversión en la red de puertos españoles de más de 4.500 millones de euros.
La industria de cruceros ha superado las expectativas tras alcanzar una cifra de pasajeros histórica y marcar un nuevo récord de llegadas en España. Gracias al resurgir del turismo tras la pandemia, la marca registrada en 2019 fue superada incluso antes de concluir 2023, un hito que confirma el empuje del sector.
A día de hoy, España se mantiene como el segundo destino de cruceros en Europa, por detrás de Italia. A cierre de 2023, se alcanzaron más de 12 millones pasajeros que llegaron en cruceros a puertos españoles, una cifra que supone un fuerte incremento, del 46,8%, en comparación con 2022.
Los puertos que encabezaron la clasificación por volumen e cruceristas fueron los de Barcelona y Baleares, aunque destacó especialmente el incremento en el Puerto de Cádiz (+72,4%) y en los puertos canarios.
Las previsiones son que el crecimiento de la demanda de cruceros mantenga una tendencia creciente a lo largo de los próximos años y para ello se pondrán en funcionamiento nuevos barcos, la mayoría de ellos más sostenibles. Este año están previstos la entrega de otros 14 nuevos buques, seis de ellos se moverán con gas natural licuado (GNL).
El precio cerrado o el completo catálogo de servicios a bordo podrían estar entre las razones de la explosión de esta industria, según explican desde la firma especializada en el sector portuario quien no obstante alerta de los desafíos que tendrá que afrontar el sector durante los próximos años, especialmente en los relacionados con la sostenibilidad. La industria tiene ante sí el reto de cumplir con Bruselas: se deben reducir las emisiones de CO2 en un 40% para el año 2030 y lograr su eliminación ya completa en el año 2050.
Actualmente, las grandes navieras están renovando su flota y fabricando los barcos del futuro, mucho más respetuosos con el medio marino. Para cumplir con los dictámenes de Bruselas, las grandes embarcaciones deben reducir en un 80% de forma progresiva las emisiones de gases de efecto invernadero desde 2025 a 2050.
Los nuevos desafíos medioambientales a los que se enfrentan los puertos y el sector de los cruceros se están abordando mediante iniciativas como la electrificación de puertos y buques, la utilización de combustibles alternativos, como el GNL, los avances en la digitalización e innovación, así como la integración entre puerto y ciudad.
La transición a sistemas más limpios como el gas natural licuado (GNL) o los motores híbridos desempeñarán por tanto un papel crucial en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
"La industria de los cruceros, con la inclusión de sistemas de electrificación y el avance en el uso de combustibles alternativos, progresa adecuadamente en relación con la sostenibilidad, no solamente ambiental, sino también económica", según los expertos de OCP.
Y es que la industria de los cruceros ha estado trabajando durante años en el desarrollo de tecnologías más sostenibles, incluyendo la instalación de sistemas que permiten la conexión con energía en tierra en sus nuevas embarcaciones. No obstante, para que estas iniciativas sean efectivas, se requiere que las infraestructuras portuarias construyan nuevas instalaciones que posibiliten la conexión eléctrica.
Esto implica enfrentarse a una serie de dificultades adicionales, como la debilidad de la red eléctrica en la última milla portuaria o la determinación de la potencia adecuada según el tipo de embarcación. En el caso de los cruceros, es necesario considerar que se requieren entre 10 y 20 MW de capacidad.
Además de cumplir con los requisitos medioambientales, el sector turístico debe comprometerse, según los expertos, en garantizar la sostenibilidad turística, "un desafío que se torna especialmente apremiante debido a las crecientes críticas sobre la masificación generada por los cruceros en las ciudades de escala".
Por ello que se considera "crucial" que la industria siga exponiendo las bondades de esta modalidad vacacional, con el objetivo de compensar las críticas que se reciban en relación con la masificación. También se considera imprescindible buscar alternativas que permitan un afloramiento de la industria sostenible desde el punto de vista social.
"Es importante tener en cuenta que tanto los desafíos medioambientales, como aquellos relacionados con asegurar un turismo sostenible en las ciudades están vinculados al gran reto de esta industria: mantener la velocidad de crucero y seguir sumando viajeros. Para lograrlo, sería fundamental atraer a las generaciones jóvenes a esta modalidad turística al tiempo que se garantice la sostenibilidad y rentabilidad económica", concluye el informe.