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Hércules CF, primera empresa familiar de Alicante

26/11/2019 - 

No será que no lo he dicho veces: "El Hércules no es un club al uso". Los intereses económicos y empresariales se entremezclan con los lazos familiares y personales. El club blanquiazul es la primera empresa familiar de la provincia de Alicante desde hace 20 años. No se rían, es así (aunque solo lo sea por pérdidas y no por facturación o beneficios). 

En estas dos décadas Enrique Ortiz ha ido echando mano de cuñados, hermanos y yernos, como también de socios capitalistas e inversores varios a los que le unían otros muchos negocios que nada tenían que ver con el balón. En ese tiempo el Hércules ha penado en el purgatorio, tocado el cielo y bajado al infierno en varias ocasiones pero, desgraciadamente, todo parece indicar que el viaje en el que se ha embarcado esta temporada va a ser el último al camposanto y es que la trayectoria del equipo invita a pensar que si no termina con sus huesos en Tercera lo hará protagonizando una agónica salvación que tampoco le garantiza la supervivencia. Ya saben, las deudas.

La lista de responsables será larga, con Juan Carlos Ramírez, Javier Portillo y la actual plantilla en puestos muy destacados, pero con Ortiz en cabeza. Como después de tantas vicisitudes (y no hablo ya solo de fútbol) su espalda es ancha, imagino que la posible desaparición del Hércules le preocupa lo justo, pero he de reconocer que la reunión de este lunes en Panoramis me ha sorprendido e incluso descolocado. Y es que, viendo la errática derrota de la nave blanquiazul (algo que nadie podía prever después de lo sucedido a lo largo del verano, ¿verdad?) y que la única decisión hasta la fecha para corregir el rumbo había sido prescindir de un técnico, Lluís Planagumà, al que les recuerdo que precisamente Ortiz optó por renovar en contra de la opinión de Portillo, les confieso que creía que se había dado el barco por perdido. No es que a cuenta de la cita de este lunes se pueda hablar de un golpe de timón para evitar las rocas precisamente pero sí parece que, al igual que al herculano medio, en las oficinas de Foguerer Romeu Zarandieta también preocupa el futuro del Hércules y hay intención de hacer algo, aunque solo sea para evitar que también naufraguen otros barcos del mismo consignatario. Eso sí, igual ese algo no tiene nada que ver con lo que el herculano de a pie espera... 

Por lo pronto se pide con insistencia la destitución de Portillo y aunque con el Hércules nunca se sabe, de la reunión de este lunes no se desprende que Ramírez y menos Ortiz vayan a tomar esa decisión: puede que el propio exfutbolista termine sucumbiendo a la presión del entorno y decida echarse a un lado (o que en casa se lo recomienden (sería lo más juicioso a nivel personal y familiar) pero ahora mismo no parece que ese vaya a ser el caso. También salió indemne de la cumbre de Panoramis el técnico Jesús Muñoz que habiendo sido el último en llegar está casi tan cuestionado como Portillo y con razón: hace jornadas que el equipo ha demostrado sobre el césped que el mensaje del moteño ya no cala y las mismas razones que sirvieron para prescindir de Planagumà dos meses y medio después de renovarle permitirían justificar hoy la salida de su sustituto.

Ahora bien, igual una derrota ante el Olot (que nadie quiere) acaba provocando el fin de la etapa de Portillo en la dirección deportiva y/o de Muñoz en el banquillo del Hércules. Este club es así: Portillo no dimitió en verano cuando Ortiz y Ramírez decidieron renovar a Planagumà, como tampoco los empresarios dudaron de la recomendación del primero en septiembre para prescindir de los servicios del barcelonés. Decisiones contradictorias a más no poder que no son nuevas (recuerden la destitución de Luis García Tevenet, del que se prescindía cinco días después de posar junto a la plantilla y Ramírez en la sala de prensa escenificando unidad), pero que ahora van acompañadas de los peores resultados de equipo en 97 años. Lo que en cualquier otra empresa hubiese hecho rodar más de una cabeza en el Hércules se resuelve cobrándose la del técnico, una decisión que visto lo visto no parece que haya resultado la más acertada y que puede ir seguida de la destitución de precisamente su relevo en el banquillo.

Lo que sí queda claro tras la reunión de este lunes (por si no lo estaba ya después de la cita de la semana pasada de Ramírez con la plantilla), es que se va a negociar la rescisión de contrato con varios jugadores, entre otras cosas porque si se va a reforzar el equipo en enero será necesario hacer sitio a los nuevos (no hay fichas sénior libres), e incluso que a los damnificados no les cogerá por sorpresa. 

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